Omnisciente. Crecer en la guerra en medio del caos mientras cada día contemplas cuerpos sin vida y un sin fin de tragedias te hace ser fuerte de corazón, carácter y sobre todo calculador.Así como el consejo peleaba por dividir su parte de Veranes en un reino independiente, mis padres hacían lo mismo con nuestra parte, no fue porque quisieran sino porque ellos querían todo el terreno posible y nosotros estábamos en su radar.Se podría decir que peleamos por honor o avaricia, sin embargo, creas cualquiera de las dos de igual forma, participamos y vencimos porque a diferencia de lo que diga el consejo, este logró únicamente hacer un trato con Helido y una enemistad eterna contra Urabia.A pesar de lo que digan los libros y personas, la guerra no comenzó por Agnes, ella no fue la rebelde principal, sino los humanos. Más exactamente el primer Bathory, el bastardo de Blagden fue más ambicioso que cualquiera en esos tiempos.Era un líder nato, eso no se podía negar, sin embargo, querer gobe
Aidan Desmond. Las hermanas del destino.Había llegado a un punto donde me cuestionaba muchas cosas sobre el futuro, sobre mi destino. Y para resolver esa duda no me queda otra cosa más que recurrir a las Moiras, a las mismísimas deidades más temidas por los hombres, criaturas e incluso Dioses. Para hacer aquello tuve que sacrificar mucho, puesto que aquello no era permitido y al ser parte del cosmos era casi imposible hablar con ellas, sin embargo, al parecer ellas tenían la misma urgencia de hablar conmigo. Me encontraba ansioso por lo que fueran a decir y no quería que nadie nos interrumpiera, por lo que me había encerrado en lo más recóndito del palacio con solo la iluminación de la chimenea y un círculo de velas encendidas.Sentado en la silla, esperé durante un par de horas su llegada. Tenía miles de preguntas, pero las más importantes por supuesto era las que iba a hacer, después de todo ellas eran diosas que no se podían tomar a la ligera como simples mortales. Debía ser p
Dos siglos después. ¿Quiénes son los Bathory? ¿Qué hicieron realmente en medio de la guerra Dorada para ser parte del consejo, no siendo más que simples mortales? Esa clase de preguntas se hacían una que otra criatura que admiraba o aborrecía al consejo. Y es que si veíamos a profundidad a cada Bathory que tuvo la dicha de ser rey, no íbamos a encontrar más que avaricia, crueldad y perpetua putrefacción. Porque sí, cada uno de ellos representó con perfección esas palabras. Pese a ser mortales y no tener ni la cuarta parte de fuerza que sus enemigos no los limitó a ser los titiriteros del acto. Desde el comienzo hasta el final consiguieron ser más poderosos que cualquier otro en Nirvana al usar la lujuria que desprendían a su favor. Sin embargo, su función se dio por terminada una vez llegó Aarón Bathory a la vida de Agnes. Aunque para entender esa parte hay que saber que para Blagden fue muy fácil seducir y engañar la cabeza del grupo. Durante largos años los Bathory tuvieron el
-¿Crees que nos castiguen por esto? -Cuestionó Froilan a Kairon limpiando la sangre que quedó en la alfombra. -No lo sé, pero puedo decirte que no me arrepiento en lo absoluto. -Eso lo sé, sé que lo merecía. Él nos arrebató a nuestra madre -acotó el mayor exprimiendo la toalla llena de agua y sangre fresca. -¡Su majestad! Adelis está aquí y lo necesita -la voz de Davinia, una de las criadas más cercana a la familia; tenso a los hermanos. -¡Dile que espere! -pidió él mayor limpiando rápidamente la sangre en la alfombra. Sin perder tiempo busco con la mirada a todos lados pensado donde podía esconder toda la evidencia incriminatoria, pero sin darle tiempo a nada la puerta fue abierta de golpe. La figura exuberante de Adelis no tardó en aparecer, su mirada felina se clavó en los hermanos escaneandolos con suma cautela. -¿Dónde está su padre? -preguntó dando una mirada furtiva a las manos de Froilan. -No lo sé -se encogió de hombros restándole importancia a su presencia, él joven sin
-No la soporto, ¿¡Como carajos te terminaste cansando con ella!? -el grito de Kai hizo sobresaltar a Elizabeth en cuanto esté al entrar golpeó la puerta de la habitación. -¿¡Te puedes callar!? -Bramó el rey tomando una muñeca en sus manos para lanzarla justo a su cara. -¿No ves que la asustas? -Kai en ese momento notó a su sobrina en el suelo destrozando las muñecas en lugar de jugar con ellas. -¿Qué haces? -arrugó el entrecejo intercambiando la mirada entre ella y su hermano. -Intentó que juege pero al parecer le entretiene más arrancarles las cabezas, que jugar con ellas -comentó el rey viendo el desastre que hizo su pequeña. -Es pequeña, aún no tiene idea ni de su existencia. No creo que ese deba ser el mayor de tus problemas por ahora, de hecho hay asuntos que sí necesitan de toda tu atención -reprochó Kai. -¿Podrías dejar de ser tan maldito y saludar por lo menos a tu sobrina? -preguntó enojado Froilan desviando sus acusaciones. -¿Pará qué la voy a saludar si ni me presta at
Adeliza sabía bien las consecuencias de sus acciones de destruir por completo un matrimonio y peor aún a todo una familia, que antes de su llegada a la vida de Aarón era perfecta. Y fue precisamente el hecho de que fuera perfecta la que la llevó a aceptar sin rechistar aquel trato que le ofreció su líder.Tal vez para muchos era muy cruel de su parte, pero como todos ella quería poder, y una familia que fuera parte de aquellos que controlaban cada aspecto de su vida. El mayor pecado que albergaba en cada Nirvanences sin dudas era la avaricia; la ambición de tener poder para destruir o ser parte de aquellos que para muchos eran considerados dioses. Ella no era diferente, había una codicia insaciable en su ser que la llevó a su porción esperando pacientemente la hora de su reinado.En su cabeza, luego de la muerte de la reina, realmente pensó que la corona se le concedería. Sin embargo, no podía estar más equivocada, los hermanos no estaban dispuestos a cederle el cargo que una vez fue
Reina de Hélido. Dos años después. Desde mi trono observó a mi hija danzar al compás de la música, sus pies se mueven con una delicadeza con la que solo ella puede. Su vestido se eleva al dar giros perfectos, su cabello tapa parte de su hermoso rostro angelical. Sus facciones me recuerdan tanto a su padre que sonrió sin siquiera notarlo, adoración es una palabra muy vana para el sentimiento que tengo hacia mis pequeños. Daría todo por ellos, y aun así no me bastaría. -¿Qué le parece el baile, su alteza? -pregunta mi más fiel amigo a mi lado. -Estupendo cómo siempre, Emir. -digo con sinceridad, observó a los invitados bailando con alegría y emoción. Cada mes se hace un baile en el reino para la princesa. Mi hija menor. Su capricho por los bailes ha hecho que tengamos que hacer uno cada cierto tiempo para complacerla. —Por cierto, ¿Dónde está el príncipe Azariel? Hace varias horas que no lo veo. -inquiero recordando a mi otro bebé. -Temo que sea escapado nuevamente, alteza, ¿desea
Evelyn.Tres días, tres días han pasado desde el caos que se volvió mi vida. Yo había viajado por varios pueblos y ciudades del mundo junto a mi padre, a él le encantaba viajar y de vez en cuando con la insistencia de mi madre porque aprendiera más de política y nuevos lugares me llevaba.Por lo que no era novedad para mi Elinor de hecho había ido aproximadamente unas dos veces y en esas dos mi padre había comprado una pequeña casa para los tres. Elinor no era una ciudad fea, puesto que allí vivía el rey junto a su reina. Se podría decir que Elinor para muchos era el punto más importante al estar tantas personas de alcurnia. Pero para mí me daba igual, ya que me encantaba Arneira, sin embargo, dadas las circunstancias, yo tendría que dejarla atrás.Mi vida y todo lo que conocía.—Prima ¿Cómo te sientes? No te ves bien Estás muy pálida. —Estoy bien, solo que estoy algo nostálgica. No es fácil pensar en siquiera dejar toda mi vida atrás y estar “casada” para salvar mi vida. —explicó