Omnisciente.
Crecer en la guerra en medio del caos mientras cada día contemplas cuerpos sin vida y un sin fin de tragedias te hace ser fuerte de corazón, carácter y sobre todo calculador.Así como el consejo peleaba por dividir su parte de Veranes en un reino independiente, mis padres hacían lo mismo con nuestra parte, no fue porque quisieran sino porque ellos querían todo el terreno posible y nosotros estábamos en su radar.Se podría decir que peleamos por honor o avaricia, sin embargo, creas cualquiera de las dos de igual forma, participamos y vencimos porque a diferencia de lo que diga el consejo, este logró únicamente hacer un trato con Helido y una enemistad eterna contra Urabia.A pesar de lo que digan los libros y personas, la guerra no comenzó por Agnes, ella no fue la rebelde principal, sino los humanos. Más exactamente el primer Bathory, el bastardo de Blagden fue más ambicioso que cualquiera en esos tiempos.Era un líder nato, eso no se podía negar, sin embargo, querer gobernar todo siendo un simple mortal no era la idea más ingeniosa, pero al igual que los otros cuatro partes de su grupo buscaban ese mismo dominio, fue lo que lo llevo a vencer.Para su suerte y desgracia, estos aceptaron gobernar por igual en cuánto ganarán la guerra. Daban por sentado que ganarían, aunque eran muchos los que no lo apoyaron y se pasaron a otro bando.Cuando la primera campanada sonó una noche tranquila para Veranes todo comenzó, un punto a su favor fue que no atacaron atracción. Simplemente, Agnes habló con el pueblo esa noche presagiando su reinado.—Hermanos, hermanas. Esta noche, bajo la atenta mirada de los dioses y la bendición de estos, hago saber que prontamente comenzaré mi reinado con mis compañeros y hoy al líder le pido de favor que nos conceda una parte del territorio para nuestro futuro reino.Tal vez para muchos fue un chiste, pero para el consejo que estaba más que decidido no lo fue. Aquellas palabras de Agnes no fueron más que un espectáculo, puesto que a la última persona que deseaba pedir aprobación era al líder.Para ese entonces, Agnes ya había perdido a su esposo y por supuesto que a su nieta—la cual se desconoció por completo la causa de muerte—e hija hacía unos meses. Los rumores decían que luego de matar al padre de su nieta, esta había acabado con la vida de la pequeña porque no soportaba la idea de siquiera verla a los ojos. Sin embargo, fuera como fuera, solo ella sabía la verdad y jamás la contaría.Todos daban por hecho que una catástrofe ocurriría en Veranes por lo acontecido, puesto que el líder había perdido a un hijo por culpa de ella, sin embargo, lo que pocos sabían era que al hombre no podría importarles menos. Por su mente, su único pensamiento cuando le dieron la noticia fue que: tenía más hijos, uno más o uno menos, no le afectaba.Además de que este daba por hecho de que era merecido su castigo, ya que este jamás apoyó el capricho de su hijo con la hija de Agnes.Aunque su esposa pensará lo contrario y quisiera venganza. Su hijo fallecido había sido el mayor, los demás tenían entre ocho y diez años, por lo que a la única que le dolía verdaderamente era a su madre, quien deseaba cada vez más arrancar la cabeza de Agnes y alzarla como trofeo.Dado que al líder no le importó tal situación, todo estuvo pacífico hasta aquella noche que directamente ellos les propusieron guerra.Yo para ese entonces no era más que un niño de seis años, pero poco después escuché la historia de mis propios padres.—Y quiero dejar en claro que únicamente diré esto una vez tómenlo como advertencia o una oportunidad, ¡El que desee unirse bienvenido sea, pero el que no y esté en desacuerdo con nuestra elección, prepárese para que lo ataquemos con todo!Esas palabras llenas de soberbia bastaron para que la esposa del líder enloqueciera.—¡¡Cómo te atreves m*****a, infeliz!! Acabaste con la vida de mi pequeño y aun así ¿te atreves amenazarnos? Estás muy equivocada si piensas que nos quedaremos de brazos cruzados.La mujer estaba harta de ella y más que nada que su esposo fuera un bastardo inútil que no se conmovía por nada.—Calma mujer. Si ella quiere reinar, pues adelante todos en Veranes tienen el derecho de hacer lo que les plazca y si ella quiere hacer su propio reino, no le veo el problema, que así sea.La mujer estaba sorprendida, pero más que eso estaba dolida. En ese momento supo que su esposo no merecía ser líder y que debía deshacerse de él a como diera lugar.Y tal como su instinto se lo pidió, se dejó llevar por la ira, decapitando delante de todos a su esposo con su espada.—¡¡Yo soy Katrishka Hart su única y legítima líder y hoy todos van a escuchar mis palabras!! —vociferó alzando la cabeza de su difunto esposo —. Si quieren irse con esta malnacida bien puedan, pero considérense mi enemigo de ahora en adelante y tengan muy presente que soy una mujer peligrosa. ¡Gobierno sobre los vampiros, nací con una corona pegada a mi cabeza al llegar a este mundo y puedo destruir a todos si me lo propongo! Así que piensen bien a quién van a elegir.Dejando caer sobre sus pies, la cabeza del exlíder esta llevó su mirada a la mujer que la contemplaba con odio.—Si quieres guerra Agnes te recomiendo, ataca con todo corazón porque de mi parte yo jamás me apiadaré de ti. Mataste a mi hijo y no sabes lo que haré por tu maldito descaro. —le dijo y en respuesta Agnes sonrió con descaro.—Conmigo no puedes ni podrás Katrishka yo soy superior y con lo que pasó con tu hijo… te puedo asegurar que lo volvería hacer con todo el gusto del mundo. —rebatió soberbia. La mujer no se pudo contener al momento de abalanzarse a horcajadas y darle uno que otro golpe que no la dejó del todo satisfecha.Quería acabar con ella, pero el alboroto que comenzó a su alrededor la hizo desistir de la idea.Todos tenían algo que decir y muchos ya habían elegido un bando que a la mujer en su mayoría no dejó contenta. No tenían idea aquellos que se unieron al consejo lo que les esperaba, a ellos los llenaron con mentiras y un paraíso que solamente sería para el consejo.La guerra a partir de ese momento comenzó y tuvo una duración de diez largos años en los que todo Veranes se llenó de niebla, oscuridad y caos.La situación para cada bando era a la par y lo suficientemente estable como para no rendirse en ningún momento.Pero lo que empezó con Agnes Salvatore y Kathishka Hart se terminó por unir más criaturas que fueron claves para el triunfo de cada parte.A la líder se les unieron los Desmond y quien le dio la gloria fue el segundo hijo, la líder lo nombró la espada inquebrantable, sin embargo, a él le gustaba más que lo llamarán: Titánico.Para Agnes irónicamente fue el hijo mayor de los Desmond junto a su esposa quienes ayudaron a quedarse con al menos algo de territorio en la batalla.Lo que estás dos mujeres jamás supusieron ni mucho menos esperaron las criaturas habían elegido un bando era que llegaría un tercero en medio de todo y que esté a su vez arrasaría con más de la mitad del territorio obtenido de cada uno.Los Daulas fueron muy astutos al quedarse por más de ocho años observando las estrategias del enemigo para después atacar con todo y vencer.El más afectado con ese ataque sorpresivo, sin dudas, fue el bando de la líder, que perdió más del 70% del territorio obtenido. Kathishka había perdido mucho contra el enemigo y eso le costó la vida poco después.Su único deseo desde que se había enterado de la muerte de su hijo mayor siempre había sido que le entregaran la cabeza de Agnes o ella misma mostrarla al pueblo con orgullo. Sin embargo, luego de esa derrota fatal no pudo más y por el líder de los Daulas fue decapitada en medio del campo de batalla.Quien fue su sucesor no fue nadie más que el Titánico, quien con un poco más de astucia logró recuperar un 20% del territorio perdido, logrando ser coronado dos años después del fin de la guerra.El desenlace de esta no fue más porque para Agnes ya no era soportable seguir en batalla teniendo tan pocos soldados, en cambio, para los Daulas crecía cada vez más el número. En el caso de los Desmond estos lograron llegar a un acuerdo luego de perder dos miembros importantes que desequilibró el bando.Los dos bandos que comenzaron todo terminaron por ceder al no poder dar la talla a tal magnitud.Veranes se había vuelto un baño de sangre que no dejó más que escombros de lo que alguna vez fue.Pasando de ser el verdadero Nirvana que toda criatura deseaba alguna vez vivir o ver únicamente para dejar nada más que el verdadero suplicio.Aidan Desmond. Las hermanas del destino.Había llegado a un punto donde me cuestionaba muchas cosas sobre el futuro, sobre mi destino. Y para resolver esa duda no me queda otra cosa más que recurrir a las Moiras, a las mismísimas deidades más temidas por los hombres, criaturas e incluso Dioses. Para hacer aquello tuve que sacrificar mucho, puesto que aquello no era permitido y al ser parte del cosmos era casi imposible hablar con ellas, sin embargo, al parecer ellas tenían la misma urgencia de hablar conmigo. Me encontraba ansioso por lo que fueran a decir y no quería que nadie nos interrumpiera, por lo que me había encerrado en lo más recóndito del palacio con solo la iluminación de la chimenea y un círculo de velas encendidas.Sentado en la silla, esperé durante un par de horas su llegada. Tenía miles de preguntas, pero las más importantes por supuesto era las que iba a hacer, después de todo ellas eran diosas que no se podían tomar a la ligera como simples mortales. Debía ser p
Dos siglos después. ¿Quiénes son los Bathory? ¿Qué hicieron realmente en medio de la guerra Dorada para ser parte del consejo, no siendo más que simples mortales? Esa clase de preguntas se hacían una que otra criatura que admiraba o aborrecía al consejo. Y es que si veíamos a profundidad a cada Bathory que tuvo la dicha de ser rey, no íbamos a encontrar más que avaricia, crueldad y perpetua putrefacción. Porque sí, cada uno de ellos representó con perfección esas palabras. Pese a ser mortales y no tener ni la cuarta parte de fuerza que sus enemigos no los limitó a ser los titiriteros del acto. Desde el comienzo hasta el final consiguieron ser más poderosos que cualquier otro en Nirvana al usar la lujuria que desprendían a su favor. Sin embargo, su función se dio por terminada una vez llegó Aarón Bathory a la vida de Agnes. Aunque para entender esa parte hay que saber que para Blagden fue muy fácil seducir y engañar la cabeza del grupo. Durante largos años los Bathory tuvieron el
-¿Crees que nos castiguen por esto? -Cuestionó Froilan a Kairon limpiando la sangre que quedó en la alfombra. -No lo sé, pero puedo decirte que no me arrepiento en lo absoluto. -Eso lo sé, sé que lo merecía. Él nos arrebató a nuestra madre -acotó el mayor exprimiendo la toalla llena de agua y sangre fresca. -¡Su majestad! Adelis está aquí y lo necesita -la voz de Davinia, una de las criadas más cercana a la familia; tenso a los hermanos. -¡Dile que espere! -pidió él mayor limpiando rápidamente la sangre en la alfombra. Sin perder tiempo busco con la mirada a todos lados pensado donde podía esconder toda la evidencia incriminatoria, pero sin darle tiempo a nada la puerta fue abierta de golpe. La figura exuberante de Adelis no tardó en aparecer, su mirada felina se clavó en los hermanos escaneandolos con suma cautela. -¿Dónde está su padre? -preguntó dando una mirada furtiva a las manos de Froilan. -No lo sé -se encogió de hombros restándole importancia a su presencia, él joven sin
-No la soporto, ¿¡Como carajos te terminaste cansando con ella!? -el grito de Kai hizo sobresaltar a Elizabeth en cuanto esté al entrar golpeó la puerta de la habitación. -¿¡Te puedes callar!? -Bramó el rey tomando una muñeca en sus manos para lanzarla justo a su cara. -¿No ves que la asustas? -Kai en ese momento notó a su sobrina en el suelo destrozando las muñecas en lugar de jugar con ellas. -¿Qué haces? -arrugó el entrecejo intercambiando la mirada entre ella y su hermano. -Intentó que juege pero al parecer le entretiene más arrancarles las cabezas, que jugar con ellas -comentó el rey viendo el desastre que hizo su pequeña. -Es pequeña, aún no tiene idea ni de su existencia. No creo que ese deba ser el mayor de tus problemas por ahora, de hecho hay asuntos que sí necesitan de toda tu atención -reprochó Kai. -¿Podrías dejar de ser tan maldito y saludar por lo menos a tu sobrina? -preguntó enojado Froilan desviando sus acusaciones. -¿Pará qué la voy a saludar si ni me presta at
Adeliza sabía bien las consecuencias de sus acciones de destruir por completo un matrimonio y peor aún a todo una familia, que antes de su llegada a la vida de Aarón era perfecta. Y fue precisamente el hecho de que fuera perfecta la que la llevó a aceptar sin rechistar aquel trato que le ofreció su líder.Tal vez para muchos era muy cruel de su parte, pero como todos ella quería poder, y una familia que fuera parte de aquellos que controlaban cada aspecto de su vida. El mayor pecado que albergaba en cada Nirvanences sin dudas era la avaricia; la ambición de tener poder para destruir o ser parte de aquellos que para muchos eran considerados dioses. Ella no era diferente, había una codicia insaciable en su ser que la llevó a su porción esperando pacientemente la hora de su reinado.En su cabeza, luego de la muerte de la reina, realmente pensó que la corona se le concedería. Sin embargo, no podía estar más equivocada, los hermanos no estaban dispuestos a cederle el cargo que una vez fue
Reina de Hélido. Dos años después. Desde mi trono observó a mi hija danzar al compás de la música, sus pies se mueven con una delicadeza con la que solo ella puede. Su vestido se eleva al dar giros perfectos, su cabello tapa parte de su hermoso rostro angelical. Sus facciones me recuerdan tanto a su padre que sonrió sin siquiera notarlo, adoración es una palabra muy vana para el sentimiento que tengo hacia mis pequeños. Daría todo por ellos, y aun así no me bastaría. -¿Qué le parece el baile, su alteza? -pregunta mi más fiel amigo a mi lado. -Estupendo cómo siempre, Emir. -digo con sinceridad, observó a los invitados bailando con alegría y emoción. Cada mes se hace un baile en el reino para la princesa. Mi hija menor. Su capricho por los bailes ha hecho que tengamos que hacer uno cada cierto tiempo para complacerla. —Por cierto, ¿Dónde está el príncipe Azariel? Hace varias horas que no lo veo. -inquiero recordando a mi otro bebé. -Temo que sea escapado nuevamente, alteza, ¿desea
Evelyn.Tres días, tres días han pasado desde el caos que se volvió mi vida. Yo había viajado por varios pueblos y ciudades del mundo junto a mi padre, a él le encantaba viajar y de vez en cuando con la insistencia de mi madre porque aprendiera más de política y nuevos lugares me llevaba.Por lo que no era novedad para mi Elinor de hecho había ido aproximadamente unas dos veces y en esas dos mi padre había comprado una pequeña casa para los tres. Elinor no era una ciudad fea, puesto que allí vivía el rey junto a su reina. Se podría decir que Elinor para muchos era el punto más importante al estar tantas personas de alcurnia. Pero para mí me daba igual, ya que me encantaba Arneira, sin embargo, dadas las circunstancias, yo tendría que dejarla atrás.Mi vida y todo lo que conocía.—Prima ¿Cómo te sientes? No te ves bien Estás muy pálida. —Estoy bien, solo que estoy algo nostálgica. No es fácil pensar en siquiera dejar toda mi vida atrás y estar “casada” para salvar mi vida. —explicó
Omnisciente. Tres años atrás. En el momento en que Edgar conoció al Marqués enseguida, este le desagrado por un tiempo. Porque viendo la vida que el Marqués llevaba a comparación de la suya, creyó que no iban a llevarse bien por lo alejado de la realidad en la que vivía Ian. Dado que mientras Edgar tenía que trabajar duro por su futuro y el de su hermana, el joven solo tuvo la suerte de esperar el día en que le dieron el poder de ser Marqués. Aunque no teniéndolo solo decir que deseaba algo, ya lo tenía porque no había mayor cosa que le satisficiera a su familia que darle lo que el joven quería en bandeja de oro. Ian jamás había conocido lo que era pasar hambre o siquiera que le dijera que no a algo o alguien. Para él en la vida no podía haber nada que no pudiera tener. Sin embargo, al pasar noches en vela con su nuevo amigo se daba cuenta de que lo único que no tenía era ese anhelo que desprendía su amigo al hablar de su amiga Evelyn. —¿Cómo es ella físicamente? Siempre dices q