—¿De verdad no recuerdas quien soy Mathew? — Bastián preguntó mientras lo seguía.—Tengo un leve recuerdo, pero si llevas el apellido Silverman, sé que perteneces a la manada de la cual soy parte—Ambos entraron a la sala de juntas, Mathew cerró la puerta, y le hizo una señal a Bastián para que sentara—Sigue por favor— Bastián se sentó, abrió los botones de su chaqueta y se quedó viendo a Mathew—Eres demasiado refinado para ser un lobo hermanito, por lo visto jamás has sabido sobre nuestras costumbres ¿cierto? ——¿Hermanito? — peguntó Mathew confundido, —¿eres mi hermano? ——Si, soy tu hermano menor y por eso soy considerado el beta de la familia, por haber nacido un año después que tú, cuando mis padres murieron yo estaba con los tíos, y no corrí con tu suerte, dinero por montones, una vida fuera del bosque y una novia preciosa que tenías a tus pies—Mathew se sorprendió con la frialdad con la que le hablaba su hermano, pues él tampoco había estado en completa felicidad en los años
Luego de haber terminado su compromiso con Lía, Mathew regresó con Jenna, la necesidad de estar con ella todo el tiempo, era aún más fuerte que su propia voluntad.—¡Mathew! No pensé que regresarías tan rápido— Jenna se sorprendió al verlo de nuevo en el apartamento—Cariño, para mí en este momento es casi imposible vivir sin ti, no sé qué me has hecho, pero quiero estar todo el tiempo a tu lado— Mathew se abalanzo y la beso y aunque Jenna le correspondió, con tristeza se apartó un poco de su lado.—Mathew no puedo negar que lo que siento por ti es igual de fuerte, pero ya te dije, no puedo ser tu amante, eso va en contra de mis principios, además jamás seriamos felices—Mathew la tomó de nuevo y la giró hacia él, le dio un beso en la frente y la abrazo.—Cariño, más que nadie tengo claro lo que me estás diciendo, pero eso ya está solucionado——¿Solucionado? ¿a qué te refieres? ——He anulado mi compromiso matrimonial con Lía a partir de este momento soy un hombre soltero y disponible,
Una verdad que conduce al odio y la venganzaLía comenzó a llamar desesperada a Mathew, pero él no contestaba el telefono.>Se alisto rápidamente y se fue directo a su ático a buscarlo, ella quería confirmar con sus propios ojos lo que Bastián le había dicho, tomó una ducha rápidamente, tomó su auto y salió directo hasta el ático de Mathew.Lía estaba demasiado nerviosa, las manos le temblaban, sentía como el sudor recorría su cuerpo, no podía ser que su prometido la hubiera engañado todo ese tiempo.> se repetía durante todo el trayecto, cuando arribo, parqueo su auto con desespero, y cuando fue a timbrar, justamente Mathew estaba llegando también a su ático.—Lía, ¿Qué está haciendo aquí? — le preguntó sorprendidoElla se quedó viéndolo de arriba abajo, su mirada estaba confundida, era como si no se tratara de ella.—Lía ¿estas bien? — Mathew empezó a preguntarle, cuando se dio cuenta de que ell
Un mes más tarde—¿Segura ya te sientes mejor para regresar al trabajo? — Mathew acarició dulcemente la mejilla de Jenna.—Por supuesto, ya llevó más de un mes sin ir al trabajo, no sé si aún conservo el puesto que me diste, de verdad todo ha sido tan rápido Mathew——No te preocupes cariño, tú lo has dicho, quien te asigno el cargo en la empresa fui yo, así que no tienes nada de qué preocuparte——Contrario a lo que piensas, sí, si tengo mucho de qué preocuparme, ya sabes mi familia necesita dinero, soy su única fuente de ingreso, además, debo conseguir otro lugar que no sea de tu apartamento para irme de aquí— Mathew aparto a Jenna de su pecho y la miró confundido.—¿Estas incomoda en este lugar? Si es así, podemos buscar otro, ese es el menor problema——Claro que no Mathew, has sido tan bueno y generoso conmigo, y este lugar es espectacular, pero es que precisamente por eso debo irme, no quiero seguir abusando de tu hospitalidad—Mathew tomó las mejillas de Jenna, le dio un dulce bes
La junta directiva se avecinaba rápidamente, y Lía acababa de salir de la oficina de Mathew. Él, por su parte, se quedó allí, en estado de shock, como si las palabras de Lía hubieran penetrado hasta el núcleo de su ser. Se dirigió a su cava de vino y extrajo una botella. Bebió una copa, luego otra, hasta que quedó completamente ebrio.La mente de Mathew estaba en un torbellino, y no sabía cómo lidiar con la noticia inesperada que Lía le había dado. No quería dejar a Jenna, la mujer a la que amaba profundamente. Odiaba los caprichos de su propia naturaleza, porque si tuviera el control absoluto de su mundo, Lía no podría aprovecharse de su secreto y chantajearlo con revelarlo al mundo.De repente, la puerta de su oficina comenzó a resonar, unos fuertes golpes lo sacaron de su ensimismamiento. —¡Mathew! ¿Estás bien? — la voz de Jenna llenó sus sentidos. Se esforzó por levantarse de su escritorio, tambaleándose debido a la embriaguez y con la visión un tanto borrosa.Cuando abrió la puer
Después de un ciclo lunar completo, 29 días habían transcurrido, y la luna llena brillaba con todo su esplendor en el cielo. En un elegante ático de la ciudad de Nueva York, Mathew Sullivan, un hombre imponente y enigmático, se sumergia en la transformación que lo convertía en un poderoso hombre lobo. Desesperadamente, sintió cómo su cuerpo se convirtió en el de una feroz criatura, sus aullidos se intensificaron y el aire a su alrededor adquirió una densa aura. Al convertirse en lobo, sus instintos más primitivos salen completamente descontrolados. Con un salto, aterrizó en un oscuro callejón y comenzó a caminar decididamente, guiado por su agudo olfato que le inficaba la cercanía de seres humanos. Su oído sensible detectó pasos ligeros en la calle de abajo. Intrigado, se acercó sigilosamente a la fuente del ruido y se encontró con Jenna y su amiga, caminando en la oscuridad. —¡No puedo creer lo que me estás diciendo! ¡Te felicito, Jenna, ya era hora de que obtuvieras ese puesto!—
Jenna corría por las abarrotadas calles de Nueva York. Su amiga le había prestado unos zapatos de tacón para que se presentara de manera formal en su primer día de trabajo, pero esos zapatos estaban destrozando sus pies y aún le faltaban tres cuadras para llegar. Sumado a su fuerte jaqueca por tanto llorar y su ropa maltrecha, se sentía fatal. La falta de empleo había llevado a Jenna a una situación deprimente, y lo único que la mantenía en pie ese día era la ilusión de un nuevo trabajo. Con su cabello castaño suelto hasta los hombros y un suave maquillaje en su rostro, sus ojos se iluminaron al ver el gran edificio en el que sería una de las diseñadoras de interiores. "¡Por fin he llegado!", pensó mientras se acercaba a la entrada. Sin embargo, uno de los tacones se rompió, haciendo que su pie tropezara y cayera frente a unas hermosas piernas. —¡Ten cuidado, pordiosera!—gritó una voz aguda y desagradable. —¡Por favor, Margaret! Esta mujer tuvo un accidente— intervino Mathe
Mathew fue directo a enfrentar a Helen, su corazón latía acelerado y su ira estaba a punto de estallar. —¿Por qué trataste así a Jenna?—exclamó con voz firme dentro de la oficina. Helen, visiblemente nerviosa, intentó justificar sus acciones, pero Mathew no estaba dispuesto a escuchar excusas. —Estas despedida—anunció con decisión. Helen se resistió, pero la determinación de Mathew era inquebrantable. —No te importa lo que yo haga, solo eres el protegido de Sullivan—Helen gritó con amargura. Mathew tragó su rabia y la ignoró, centrando su atención en Jenna. Sabía que ella merecía más, y en un acto impulsivo, decidió ofrecerle el puesto de Helen sin importar su experiencia. Jenna regresó a su modesto apartamento, donde vivía, desconsolada por no obtener el trabajo. Yulieth siempre la acompañaba y esa tarde no era la excepción —No te preocupes por los zapatos, puedo reponerlos—Intentó consolarla Yulieth. Jenna le explicó lo sucedido con la mujer que la despidió, pero