Capítulo 31

Tras que Eduardo me escuchó se levantó rápido, me tomó del brazo y sin querer me giré de golpe, encontrándome con su mirada de nuevo cerca de mí.

— No, no hagas tonterías — suplicó en voz baja, sin mostrar su ira y sin lastimarme

— Necesito a Lucrecia — Señalé de nuevo sintiéndome nerviosa por estar tan pegada a él, podía sentir su respiración en mi cara

— Solo no pude traerla, he estado muy ocupado, vendrá después, lo prometo — Afirmó en un tono de voz lleno de ternura, que me hizo creer que no mentía, fue conmovedor.

— Ella es todo para mí, lo único bueno que tengo — Señalé titubeando por nervios, pero con tranquilidad, pues era como si estuviéramos conversando en confianza con normalidad, como si no fuera una patética farsa nuestra relación

— Vendrá Lucrecia, lo prometo que vendrá, pero ahora no puedo — Contestó mirándome con bondad, como si en ese momento volviera a ser quien era, yo no pude evitar las lágrimas, una emoción contradictoria se apoderó, pues la misma persona que
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo