De pronto, la mesa… vibra un poco. Es un movimiento pequeño que puedo captar, me impresiona al igual que mi tía. Ya para este momento tenemos los ojos abiertos las dos.—¿Quieren hacerle daño… a Sara? — pregunta Lucía desconcertada.La mesa vuelve a temblar lentamente, o así empieza. Tanto mi tía co
Los regresos tenían que hacerse por la puerta grande, y de eso me estoy asegurando esta tarde en este evento social. Es la fiesta de inauguración de este museo de arte contemporáneo, los dueños son la familia Barceló, y los mismos rostros influyentes de siempre están entre sus invitados.Yo no podía
—Te quiero lejos de mi hijo Sara — vuelve a ordenar Victoria.Reviro mis ojos tanto, que hasta me duelen y más por lo de mis operaciones.—Con el respeto, que usted nunca ha tenido para mí, su hijo fue el que vino hasta mí. Como usted es la que se acercó a mi persona — le recuerdo y burlo juguetona.
Mi vida sentimental es un lío actualmente. De eso no hay duda alguna. Pero uno de los pocos consuelos que me quedaban era que había todavía una esperanza pequeña de que ese matrimonio no se realice. Ahora, si Lorenzo y Emma llegasen a enamorarse o ella estuviese embarazada de él, esa esperanza se ev
—Podemos hacerlo sin ropa…Veo el rostro de mi amigo, y es realmente atractivo, el tipo de hombre que me prende. Pero ni recuerdo el nombre de mi amigo, ni estoy tan prendida por él, y tampoco es buena idea acostarse con alguien por primera vez, ni por despecho, borracha.—Paso, toco una cama y me d
Sus labios sobre los míos, sus manos apretando mis caderas y su fuerza propiciando que entre y salga de mi cuerpo. Pero mi placer es interrumpido por el sonar de un ruido molesto, inmensamente molesto. Uno que me conduce… a despertarme.Abro los ojos con la luz del día lastimándome, aquí en mi cama
Yo me rindo, y canso de negar lo que es evidente a este nivel. No la contradigo, sólo la veo adolorida, y ella suspira.—De todos, nunca hubiese imaginado que Lorenzo sería el más codicioso y calculador del grupo — asegura ella, le voy a contradecir, ella me pone el dedo cerca de la cara — No quiero
En estas ando llegando a la casa de mis papás. En lo que entro los aromas de la cocina me impactan. Allá está mamá vigilando su pollo al horno, y aquí estoy dirigiéndome a ella dejando mi maletín en el sofá, en lo que me ve me abraza con mucha fuerza.—¿Cómo está mi mujer de negocios favorita?—Algo