—¿Lo es? ¿Lo conocemos de casualidad? ¿De qué trabaja? — indaga sospechosa. —Lo es. No sé si tú le conoces, pero es un inversor, estadounidense — invento e invento. —¿Inversor extranjero? ¿Cuántos años me dices que tiene? — pregunta con una malicia que me sabe amargo — ¿Es su edad el problema? ¿Ti
Es interesante cómo la mente humana funciona en un episodio maniático. Veme aquí habiéndole propuesto matrimonio a mi jefe en un ataque de ira. Él no mejora mi bochorno al tomar el control de su escritorio y presionar para que las persianas bajen automáticamente para resguardarnos de los curiosos.
—Presentaré mi renuncia, esta tarde. Disculpa por mi actitud, no ha sido profesional — menciono con más lágrimas cayendo. Escucho un suspiro profundo, muy profundo. —No hay necesidad — dice él rendido. Lo miro esperanzada — Todos tenemos decisiones y días de m****a. No mereces ser despedida por un
A una semana del desastre de la tienda de vestidos de novias, la perversa de la mujer que me gasto como madrastra no ha parado de insistir con que le pasé el nombre de mi supuesto prometido. Pero lo único que he conseguido de esa infame app de citas han sido veinte dickpics, cinco propuestas de sexo
—Nada. Voy al club ecuestre. Es la cena de compromiso de Amanda, mi hermana — explico. —¿Con qué planeas sabotearla esta vez? No me digas que te has rendido, eso sería muy aburrido de tu parte. Le miro con mi lengua pegando de mi mejilla. Me siento ridiculizada, burlada pero ya qué tanto. Más bajo
América, América de Belmonte es el nombre de mi detestable madrastra. Pero es que su nombre lo detesto tanto que trato de no recordarlo. Ese nombre era el que mi madre repetía sin parar enferma, responsabilizándola a ella de la destrucción de su matrimonio. Desde joven lo pude comprender, que más cu
—No seas maleducado Andrew. Él es mi invitado. Vino conmigo — le comunico para que se controle. —Él es tu jefe. No tiene que ir contigo a ninguna parte — impone molesto apenas aguantándose. Ruego mis ojos, y le pasó por el lado por esta escena. —No seas ridículo, contrólate — le susurro cuando pa
Una madrastra en el suelo, un aparente novio que salió de la nada y más alcohol en mi sistema del que debería tener. Ese es un resumen de la escena que estoy viviendo en estos momentos. Con América desmayada, Sergio no tarda en reaccionar. Mi padre la lleva en brazos, más atrás sale gritando y alarm