Ella no me cree en lo que me escucha. Pero mi cara de culpa, vergüenza y dolor, la convence. No solía mentir, no en estas cosas.—Muérete. Estás mintiendo.—¿Qué más quisiera yo que estar muerta? No lo estoy — me lamento.—¿Él te reconoció? ¿Qué te dijo sobre eso? ¡Pudieron hablarlo! — desea saber a
No tenía ínfulas de reina, fue una necesidad quedarnos hasta esta hora, he trabajado desde abajo en esta empresa, tampoco me merecía ser traicionada por mi ex prometido con mi propia media hermana. Lo más que me arde es que me hayan acusado de ser amante de un señor casado que no ha hecho más que se
Mi vida en estas últimas dos semanas consistía de vivir de tragedia en tragedia. Otra muestra de esto lo estoy viviendo con los golpes constantes que escucho que vienen de al lado. No me pondré creativa con las adivinanzas, es el sonido que descubrí anoche hacia el espaldar de la cama de Giana contr
—¿Quién era? — pregunta saliendo Giana con una bata de seda amarrada a su cintura. —Por fin me enviaron mi ropa — digo exhausta y buscando un exacto en la cocina para abrir las cajas. —¿Ya era hora no? ¿Por qué Andrew tardó una semana en enviarte tus pertenencias? ¿No habías hablado con la trabaja
—Marianne Belmonte. Hermana de la novia — digo con una sonrisa siniestra. —La hermana… de la novia — menciona lentamente. Es como si me quisiera decir algo que se ahorra — ¿Desea champagne? Los invitados están reunidos en el living room, la cena estará lista en pocos minutos. Tomo una de las copas
Comienzan a servir las entradas. Y mi media hermana no puede dejar que me coma el carpaccio de salmón en tranquilidad. Ella toma una de sus copas de agua y choca un tenedor con esta. El ruido de la conversación general se acaba para escucharla. —No saben lo afortunados que somos de tenerlos con nos
—Habíamos acordado en que reservaríamos la noticia para otra celebración, hija — comenta mi papá. Verlo es ver la imagen de la hipocresía. Él sabe la verdad, que esto es una farsa, que hasta hace menos de dos semanas estaba enamorada de Andrew y quería darle miles de hijos. Pero ¿Sergio Belmonte ad
—¿Entenderme en qué, si podría ser más específico?—Si lo de la otra noche fue producto de mi imaginación, y estás segura de ello. ¿Por qué rehúyes de mí?—No estoy rehuyendo de usted. ¿Por qué habría de hacerlo? Debe haberlo malinterpretado.—¿No? Debías facilitarme el estudio de mercado de la prop