Ellie.Miré las estrellas mientras estaba recostada en una cobija en la terraza y las lágrimas rodaban por mis mejillas.La vida es injusta para mí, siempre lo ha sido.Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que sentí a la soledad como mi único refugio. Ha pasado un tiempo desde que no me he sentido realmente mal como en este momento, ahora mismo no sé cómo debo reaccionar y mucho menos sé qué debería hacer para tratar de solucionarlo todo y me es inevitable no recordar varias cosas que tuve que vivir con mi madre, tanto buenas como malas.Y el enterarme de la enfermedad de mi madre, uno de los secretos más grandes de mi familia comenzó a carcomerme. Han pasado diez años y todavía sigo pensando en ella como si fuese ayer.—Ellie, cuando crezcas, no quiero que te conviertas en una mujer que no es capaz de buscar su propia felicidad. Y asegúrate de casarte con un hombre que en serio valga la pena —señaló mientras servía el almuerzo. Rodé los ojos, sabiendo que he tenido que escuchar
EllieEstaba a punto de morir de los nervios, sin embargo, aun sintiendo todo ese miedo me atreví a marcar al teléfono de mi madre, esperando que no me tratara tan mal como las otras veces y que pudiera arreglarlo todo para quedar en buenos términos con ella puesto que no deseaba que llegara al día de su muerte teniendo una mala relación conmigo. Y, sobre todo, mi más grande deseo era que yo fuese capaz de encontrar a Karina para que se despidiera de ella adecuadamente, olvidándose del pasado por unos cuantos instantes.El timbre sonó varias veces, hasta que ella al fin se dignó a contestarme.—Buenos días —su voz sonaba muy distinta, ya no era prepotente, sino que se sentía sin fuerza alguna. Es increíble cómo las personas podemos cambiar porque nos sucedan cosas malas, y en cuanto nos suceden cosas buenas, ni siquiera somos capaces de apreciarlas en sí. Y nunca sabemos lo que tenemos hasta que llegamos a perderlo, una verdadera lástima.—Buenos días mamá, soy Ellie...—tuve que contr
VicenzoApenas entramos al apartamento, me apresuré en quitarme la chaqueta y la corbata, desabrochando los primeros botones de mi camisa. Ellie me siguió con una sonrisa en el rostro, se quitó la chaqueta y dejó su bolso a un lado de la mesa.—Ven aquí, mi cielo...—le pedí, sentándome en el sofá de la sala y palmeando mi muslo—Tú y yo debemos tener una pequeña conversación.Se mordió el labio de manera coqueta mientras iba acercándose a mí con una tímida sonrisa, por supuesto que ella imagina lo que estoy a punto de hacer. Ella se sentó sobre mi pierna.—¿Podrías explicar lo que estabas haciendo esta noche? —Coloqué mi mano sobre su muslo desnudo y dejé leves caricias sobre él.Ellie y yo salimos a cenar en un lujoso restaurante hace un par de horas acompañados de mis más entrañables amigos, la invité a la cita porque los dos necesitábamos despejar nuestra mente un poco antes de viajar a Londres para enfrentarnos con la realidad, sin embargo, ella decidió jugar conmigo a su antojo to
EllieEl pasado es nuestro mayor enemigo, el presente nuestro más grande reto, y el futuro nuestro mayor anhelo.¿Pero qué sucede cuando todo se une y amenaza con destruirte? ¿Seguirías o no podrías soportar tal remolino de emociones?En cuanto tomamos un taxi que nos llevara a casa de mis padres, donde mi esposo y yo íbamos a quedarnos durante dos semanas y media en lo que organizábamos el tratamiento de mi madre, no pude evitar recordar aquellas palabras que se clavaron en mi pecho una y otra vez. Sé que mi madre parece haberse arrepentido del comportamiento que ha tenido a lo largo de los años, y que todo el mundo merece una segunda oportunidad para corregir sus errores...Aun así, por más que mi corazón me diga que merece una oportunidad y que merece mi perdón como cualquier persona, mi mente no deja de recordarme el dolor ocasionado varias veces.—Creo que hay varias cosas que no me has contando, Ellie. Quiero que me digas, en este mismo instante, de qué demonios estaba hablando r
EllieA lo largo de mi vida, nunca me había sentido tan nerviosa como en este momento.Vicenzo insistió en acompañarme, pero, me negué rápidamente asegurándole que esto era algo que necesitaba llevar a cabo por mi propia cuenta. Tampoco deseo hacerle pasar por un momento incómodo.Y aquí estoy en este instante.Frente a las oficinas principales de G.H. Vaughan, sin saber qué me depara el destino.—Buenos días, bonita, me pregunto en qué puedo ayudarte —un hombre alto de ojos azules se me acercó con una sonrisa en el rostro, admito que era muy atractivo y quizás un arrogante total debido a su expresión—Mi nombre es Edrik Maxwell.—Ellie Coppola, un placer —extendí mi mano como acto de educación y él la tomó. Esta vez decidí ser más inteligente. Existía la posibilidad de que si decía que deseaba ver a Karina no me lo permitieran, por lo que opté por hacer algo más—Me encantaría hablar con Blossom Vaughan, puedes decirle que Ellie la está buscando y seguramente accederá de inmediato.—Le
Ellie.Uno, el reloj sigue avanzando.Dos, el mundo sigue desmoronándose.Tres, la vida se está acabando.Mi vida, que se resume a un hombre que me ha llevado a las estrellas, amenaza con llegar a su fin.—¿Cómo que le dispararon a Vicenzo?—Me toqué el pecho mientras corría por mi bolso y las llaves de la casa. Acto seguido, le seguí hasta el auto—Alessandra...Por favor, necesito que me expliques lo que le ha pasado a Vicenzo. No puedo soportar más.El reloj sigue avanzando, la oportunidades se acaban...¿Vicenzo estará bien? ¿Está a tiempo de salvarse a sí mismo?—Todo lo que mencioné con anterioridad —estaba nerviosa, aunque todavía lograba controlar sus emociones. Ella colocó las manos en el volante y comenzó a conducir, supongo que en dirección al hospital en el que se encontrara el dueño de mi alma— Le dispararon a Vicenzo mientras se dirigía a la oficina, al parecer en cuanto detuvo su automóvil, un hombre le disparó en la pierna al conseguir abrir la puerta del auto. Fue lo poco
Ellie.Todo amor tiene sus consecuencias, y algunos amores siguen condenándonos a regresar a nuestro pasado.—Me parece haber sido lo suficiente clara en aquella llamada entre tú y yo —lo desafié, obligándolo a soltarme de la mano—¿Cuántas veces voy a tener que repetirte que no quiero nada contigo? No soy la misma Ellie que conociste hace años, y mi corazón ya no late más por ti. Déjame en paz, es lo único que pido Harry.Lo miré, no entendía qué estaba haciendo en este lugar.—¿Qué estás haciendo aquí? No pienso volver a repetir la misma pregunta ni una sola vez más —farfullé—No entiendo qué tratas de decir que estás en este lugar por mí...No tengo tiempo para esto cuando el verdadero amor de mi vida está en una cama de hospital esperando a que esté a su lado haciéndole compañía.—¿Cómo llegaste hasta acá? —Me molesté —¿Quién te dijo que me encontraba en este hospital? No pienso creer que lo adivinaste porque es evidente que alguien tuvo que decirte.—No me lo ha dicho nadie, y adem
Vicenzo. Esto es arte en su máxima expresión.Ellie se sonrojó ante mi petición, y a pesar de todo, en realidad ese era mi deseo. Siempre me ha fascinado pensar en tenerla bajo mi poder, y cuando lo pude hacer , toqué las estrellas sin llegar al cielo. —Vicenzo...—murmuró, tomando con sus dedos el dobladillo de su buzo de cuello alto. Pensé que iba a cumplir con mi pedido, pero, soltó su ropa y me miró —Ni siquiera pienses que voy a hacer eso cuando te acaban de operar hace tan solo un par de horas. Al menos, espera hasta mañana para ser un completo pervertido.—No decías lo mismo cuando estabas debajo de mí...—le guiñé el ojo.—Eres un imbécil —soltó de repente—Cierra la boca y recuerda que te dispararon, que tuviste que someterte a una cirugía medianamente complicada debido a eso y que mereces descansar de todo por un buen tiempo. De acuerdo, no quería que me regañara así que asentí y entrelacé nuestras manos. —Tienes razón, es demasiado pronto para pensar en estas cosas —sonre