Ellie.Enfrenta el pasado con valentía si no quieres enfrentar la realidad con cobardía.No le temas a tu vida pasada, nunca temas a recordar los errores cometidos porque de ellos has aprendido.No temas, nunca, a volver a mirar hacia atrás.—¿Estás segura que James vendrá en media hora? —Vicenzo me preguntó. Esta noche, y al igual que siempre, continuaba viéndose muy atractivo. —James dijo que vendría a las ocho y media en punto, puedo asegurarte que ese hombre es muy puntual y es alguien de palabra —sonreí—¿Hablaste con tu madre? La visita de James no me agradaba del todo y no se trataba de él en sí, sino de lo que su compañía puede significar para mi familia. —Mi madre sigue igual que siempre, aun así, creo que se siente más feliz que antes en cuanto le contamos la verdad sobre nuestra relación. A ella le agradas mucho, y el que seamos honestos con ella, la pone bastante contenta.La señora Vittoria es un regalo del cielo, de eso estoy segura. —Debo admitir que todo salió mejor
Vicenzo.La vida nos golpea, usando nuestras debilidades a su favor, aun cuando estas nunca nos han hecho ningún bien.Acaricié la espalda de Ellie mientras ella lloraba desconsoladamente en mi regazo.James es un hombre muy bueno, con un gran corazón y alguien muy transparente, tal como Ellie me dijo en algún momento, y eso quedó demostrado en cuanto nos habló con honestidad respecto a lo que él sabía. James apenas se había ido de nuestro apartamento hace menos de quince minutos, luego de contarnos lo que estaba sucediendo con la señora Lisa Stewart. Al parecer la mujer se encuentra muy enferma, los médicos le detectaron un cáncer de páncreas que está en una etapa bastante avanzada. Le han dicho que no importa el dinero que invierta en el tratamiento o todos los esfuerzos que haga para recuperar su salud, ella ya no tiene una segunda oportunidad. Le quedan muy pocos meses de vida. Su situación es muy compleja, aun sintiendo desde mi lado humano, puedo decir que no siento misericordia
Ellie.Miré las estrellas mientras estaba recostada en una cobija en la terraza y las lágrimas rodaban por mis mejillas.La vida es injusta para mí, siempre lo ha sido.Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que sentí a la soledad como mi único refugio. Ha pasado un tiempo desde que no me he sentido realmente mal como en este momento, ahora mismo no sé cómo debo reaccionar y mucho menos sé qué debería hacer para tratar de solucionarlo todo y me es inevitable no recordar varias cosas que tuve que vivir con mi madre, tanto buenas como malas.Y el enterarme de la enfermedad de mi madre, uno de los secretos más grandes de mi familia comenzó a carcomerme. Han pasado diez años y todavía sigo pensando en ella como si fuese ayer.—Ellie, cuando crezcas, no quiero que te conviertas en una mujer que no es capaz de buscar su propia felicidad. Y asegúrate de casarte con un hombre que en serio valga la pena —señaló mientras servía el almuerzo. Rodé los ojos, sabiendo que he tenido que escuchar
EllieEstaba a punto de morir de los nervios, sin embargo, aun sintiendo todo ese miedo me atreví a marcar al teléfono de mi madre, esperando que no me tratara tan mal como las otras veces y que pudiera arreglarlo todo para quedar en buenos términos con ella puesto que no deseaba que llegara al día de su muerte teniendo una mala relación conmigo. Y, sobre todo, mi más grande deseo era que yo fuese capaz de encontrar a Karina para que se despidiera de ella adecuadamente, olvidándose del pasado por unos cuantos instantes.El timbre sonó varias veces, hasta que ella al fin se dignó a contestarme.—Buenos días —su voz sonaba muy distinta, ya no era prepotente, sino que se sentía sin fuerza alguna. Es increíble cómo las personas podemos cambiar porque nos sucedan cosas malas, y en cuanto nos suceden cosas buenas, ni siquiera somos capaces de apreciarlas en sí. Y nunca sabemos lo que tenemos hasta que llegamos a perderlo, una verdadera lástima.—Buenos días mamá, soy Ellie...—tuve que contr
VicenzoApenas entramos al apartamento, me apresuré en quitarme la chaqueta y la corbata, desabrochando los primeros botones de mi camisa. Ellie me siguió con una sonrisa en el rostro, se quitó la chaqueta y dejó su bolso a un lado de la mesa.—Ven aquí, mi cielo...—le pedí, sentándome en el sofá de la sala y palmeando mi muslo—Tú y yo debemos tener una pequeña conversación.Se mordió el labio de manera coqueta mientras iba acercándose a mí con una tímida sonrisa, por supuesto que ella imagina lo que estoy a punto de hacer. Ella se sentó sobre mi pierna.—¿Podrías explicar lo que estabas haciendo esta noche? —Coloqué mi mano sobre su muslo desnudo y dejé leves caricias sobre él.Ellie y yo salimos a cenar en un lujoso restaurante hace un par de horas acompañados de mis más entrañables amigos, la invité a la cita porque los dos necesitábamos despejar nuestra mente un poco antes de viajar a Londres para enfrentarnos con la realidad, sin embargo, ella decidió jugar conmigo a su antojo to
EllieEl pasado es nuestro mayor enemigo, el presente nuestro más grande reto, y el futuro nuestro mayor anhelo.¿Pero qué sucede cuando todo se une y amenaza con destruirte? ¿Seguirías o no podrías soportar tal remolino de emociones?En cuanto tomamos un taxi que nos llevara a casa de mis padres, donde mi esposo y yo íbamos a quedarnos durante dos semanas y media en lo que organizábamos el tratamiento de mi madre, no pude evitar recordar aquellas palabras que se clavaron en mi pecho una y otra vez. Sé que mi madre parece haberse arrepentido del comportamiento que ha tenido a lo largo de los años, y que todo el mundo merece una segunda oportunidad para corregir sus errores...Aun así, por más que mi corazón me diga que merece una oportunidad y que merece mi perdón como cualquier persona, mi mente no deja de recordarme el dolor ocasionado varias veces.—Creo que hay varias cosas que no me has contando, Ellie. Quiero que me digas, en este mismo instante, de qué demonios estaba hablando r
EllieA lo largo de mi vida, nunca me había sentido tan nerviosa como en este momento.Vicenzo insistió en acompañarme, pero, me negué rápidamente asegurándole que esto era algo que necesitaba llevar a cabo por mi propia cuenta. Tampoco deseo hacerle pasar por un momento incómodo.Y aquí estoy en este instante.Frente a las oficinas principales de G.H. Vaughan, sin saber qué me depara el destino.—Buenos días, bonita, me pregunto en qué puedo ayudarte —un hombre alto de ojos azules se me acercó con una sonrisa en el rostro, admito que era muy atractivo y quizás un arrogante total debido a su expresión—Mi nombre es Edrik Maxwell.—Ellie Coppola, un placer —extendí mi mano como acto de educación y él la tomó. Esta vez decidí ser más inteligente. Existía la posibilidad de que si decía que deseaba ver a Karina no me lo permitieran, por lo que opté por hacer algo más—Me encantaría hablar con Blossom Vaughan, puedes decirle que Ellie la está buscando y seguramente accederá de inmediato.—Le
Ellie.Uno, el reloj sigue avanzando.Dos, el mundo sigue desmoronándose.Tres, la vida se está acabando.Mi vida, que se resume a un hombre que me ha llevado a las estrellas, amenaza con llegar a su fin.—¿Cómo que le dispararon a Vicenzo?—Me toqué el pecho mientras corría por mi bolso y las llaves de la casa. Acto seguido, le seguí hasta el auto—Alessandra...Por favor, necesito que me expliques lo que le ha pasado a Vicenzo. No puedo soportar más.El reloj sigue avanzando, la oportunidades se acaban...¿Vicenzo estará bien? ¿Está a tiempo de salvarse a sí mismo?—Todo lo que mencioné con anterioridad —estaba nerviosa, aunque todavía lograba controlar sus emociones. Ella colocó las manos en el volante y comenzó a conducir, supongo que en dirección al hospital en el que se encontrara el dueño de mi alma— Le dispararon a Vicenzo mientras se dirigía a la oficina, al parecer en cuanto detuvo su automóvil, un hombre le disparó en la pierna al conseguir abrir la puerta del auto. Fue lo poco