—En serio siento haberme comportado como un idiota.—Esta bien, pero no vuelvas a hacerlo. Yo no soy esa clase de chica, sí, me gusta divertirme pero respeto la exclusividad en una relación.—Te creo.—Ese chico es un imbécil, y los imbéciles no me gustan, además contigo lo tengo todo y un muy buen sexo —digo sonriendo, él sonríe y me alegro de haberle sacado una sonrisa.Es impresionante como ciertas situaciones nos vuelven inseguros en un determinado tema. Y lo entiendo, porque en algunas cosas yo me había sentido así, y quizás aquello hizo que Caleb se cerrara a las relaciones y que ahora se haya comportado de esa forma. Es una media excusa, porque él no puede volver a hacerlo, yo elegí estar con él.—Vivo para darte placer.—Lo sé.—¿Vuelves conmigo? Aún me quedan treinta minutos de entrenamiento.Asiento y tomo mi bolso del suelo. Ambos caminamos de la mano hacia el gimnasio. Al entrar, Dylan me mira con una sonrisa de medio lado y Caleb lo ve porque se tensa. Yo aprieto su mano
Nos veíamos cómo unos jodidos dioses.Caleb y Jared se veían más ardientes que las malditas llamas del infierno. Ambos vestían pantalones negros y camisa negra. Encima de sus hombros colgaban unas telas de color blanco que tenían una cruz bordada y les llegaba solo hasta el pecho. Bueno en verdad, Jane los había cocido a sus camisas y se veían mucho mejor. Además que les daba la soltura para moverse sin que se les estuviera cayendo a cada momento.—Se ven ardientes. Si no estuviera de novia, probablemente habría querido pecar con los dos al mismo tiempo.Caleb abre los ojos y Jared se larga a reír. —¡Dios santo! —dice Jared. Luego mira a su hermano—. Cuide a esta señorita, Catalina, porque usted y yo no somos amigos.Ahora es mi turno de largarme a reír. Pero luego me vuelvo hacia Caleb que nos mira confundido e incluso un poco molesto. Subo mis manos por su pecho y abro un botón de su camisa para dejar un beso.—Era broma. Pero contigo sí quiero pecar.—¿Qué es eso que dijiste? —le
Miro a Caleb, aparte de su cuerpo tenso, en su cara no hay ninguna emoción que indique su incomodidad ante la presencia de Dylan. En mi cara, en cambio, no puedo decir que estoy escondiendo el hecho de que ese ser frente a mí, es de mi agrado, porque no lo es y en estos momentos no voy a fingir una cosa diferente. Quiero que me vea y que se dé cuenta lo poco que me agrada y quizás de esa forma, él desista de lo que sea que pase por su retorcida mente.–Miren que coincidencia, amigos –dice él.Enarco una ceja.¿Amigos?Porque estábamos lejos de ser eso.Además, dudo que él supiera lo que es ser amigo de alguien si usa esa palabra como si no valiera nada.–¿Se conocen? –pregunta Kate mirando de Dylan a nosotros y viceversa.–Por desgracia –respondo. Ella se ve muy confundida, pero no me molesto en explicarle.Dylan en cambio, aún sonríe de forma maliciosa, como si el encontrarse con nosotros aquí fuera lo mejor que le había pasado. Y yo tenía unas ganas tremendas de borrarle esa estúpid
Me asomo por una rendija en la cortina del segundo piso. Al principio, había pensado que era sólo un auto, pero en realidad eran dos camionetas negras. La puerta de una de las camionetas se abrió y de ella bajo nada más y nada menos que Dylan.El jodido Dylan.—Es Dylan.Caleb asiente cuando me doy vuelta hacia él. Jared entra corriendo a la habitación y le entrega un arma a Caleb. Los miro con una ceja enarcada.—¿Y la mía? —preguntó. Ambos se miran y luego Caleb se acerca a mí.—¿Sabes usar una?Entorno los ojos y coloco una mano en mi cadera.—Pues claro que sí. Denme una—estiro mi mano. Caleb duda unos segundos.—¡Caleb, Jared, vengan a abrirme la puerta para que tomemos el té! —grita Dylan.—Mire que a tomar el té, idiota —sisea Jared. Pero yo no le quito la mirada de encima a Caleb, y tampoco bajo la mano, porque quiero que sepa que no me voy a dar por vencida. Somos apenas tres, vamos a necesitar toda la ayuda posible.Dylan dispara hacia arriba y le da a la ventana de la habi
Nos bajamos del auto con precaución, me acerco al lado de Caleb que se está agarrando el brazo. Mi chico baja su mano y revisa que ya no esté saliendo más sangre.-Dame la mano –me dice. Agarro su mano y la aprieto.A lo lejos veo a Ethan y otro chico caminando hacia la camioneta de Dylan. Mientras avanzamos más puedo ver con mayor claridad, y me sorprendo cuando reconozco al chico que está al lado de Ethan.Noah.Aunque eso no es lo más impresionante, sino el hecho de que Ethan lleva un arma, la levanta y le dispara sin siquiera vacilar, en la cabeza a Dylan. Me detengo en seco y no puedo evitar pensar en lo rápido que esta historia cliché dio un giro, en que hace unas horas yo creía que estos chicos eran simples adolescentes con problemas de adolescentes hormonales y alocados. No podía estar más lejos de la realidad.Ahora mismo me siento inmersa en una historia de mafias y cliché.Y no sé qué es más raro, si el hecho de estar pensando en eso o el estar mirando cómo la sangre sale d
–¿Qué pasó con eso de que ibas a cuidarla? –le espetó furioso mi hermano a Caleb.–Yo no quería que sucediera esto, hice lo mejor que pude en el momento –se disculpa mi novio. Yo niego y me posiciono entre medio de ambos. La mirada enojada de Benjamín cae en mí y se suaviza al instante.–Benja, Caleb y Jared me protegieron –le digo.Mi hermano suspira y luego asiente mirando a Caleb.–Lo siento, pero debes entender que el saber que mi hermana ha estado metida en un tiroteo, me pone nervioso.–Lo entiendo, no te preocupes.Y luego de eso Benja se calmó, yo lo entendía. Si hubiera sido al revés, probablemente me habría tirado encima de Jacinta pidiéndole explicaciones. Bueno, quizás no tanto, quizás también le habría gritado un poco si mi hermano no estuviera herido.–Me sorprende verte aquí –me susurra Noah cuando nos quedamos los dos solos en la sala. Caleb, Jared y Ethan estaban llevando los cuerpos envueltos al auto y Benja había hecho la mezcla de los líquidos para borrar toda manc
Los padres de los chicos llegaron casi de inmediato. Su madre, por supuesto que los reviso de arriba abajo para saber que estaban bien, pero cuando vio la herida de Caleb lo obligó a sentarse, le curo y vendó la herida. Lo hizo con tanta naturalidad que me pregunté si había tenido que hacer mucho eso con su esposo, teniendo en cuenta lo que sabía sobre él. Mi hermano ya se había marchado, todos le agradecieron por el trabajo que había hecho limpiando y lo obligaron a venir a una cena.–Cariño, ¿estás bien? –me preguntó, yo asiento y me dejo caer al lado de Caleb en el sofá–. Caleb me contó que le salvaste de otro disparo, y que tú lo mataste. ¿En serio estás bien?La verdad es que me lo habían preguntado tanto que ya comenzaba a molestarme, es decir, ¿tan débil creían que era?–Sí, lo estoy.Ella asiente dándome una mirada cálida.–Eres una chica muy fuerte y valiente.Le doy una sonrisa y esperando que no me vuelva a preguntar nada más, me apoyo en el hombro de Caleb cuando ella se a
La situación era una mierda, todo se había vuelto tan bizarro que me costaba creer que mi novia había estado envuelta en un tiroteo, que había disparado a alguien para salvarnos y que además parecía estar muy bien. La observé mucho rato cuando estábamos en la sala, ella casi parecía cansada de que todos le estuvieran preguntando si estaba bien, y la comprendía.Si había algo que a Trini no le gustaba, era que la consideraran una chica débil, muy lejos de lo que ella en sí era. Ahora estábamos acostados, ella con su cabeza apoyada en mi pecho y un brazo alrededor de mi cuerpo. Se sentía jodidamente bien estar así con ella.Acaricio su cabello mientras siento su cálida respiración sobre mi piel, y no puedo evitar en lo rápido que esta chica se ha metido bajo mi piel. Si tuviera que enumerar sus cualidades, no terminaría nunca. Y hoy, mi morena había sido muy valiente.A pesar de que yo le había dicho que si quería dejábamos esto hasta aquí, en el fondo quería que ella se quedara, y eso