La situación era una mierda, todo se había vuelto tan bizarro que me costaba creer que mi novia había estado envuelta en un tiroteo, que había disparado a alguien para salvarnos y que además parecía estar muy bien. La observé mucho rato cuando estábamos en la sala, ella casi parecía cansada de que todos le estuvieran preguntando si estaba bien, y la comprendía.Si había algo que a Trini no le gustaba, era que la consideraran una chica débil, muy lejos de lo que ella en sí era. Ahora estábamos acostados, ella con su cabeza apoyada en mi pecho y un brazo alrededor de mi cuerpo. Se sentía jodidamente bien estar así con ella.Acaricio su cabello mientras siento su cálida respiración sobre mi piel, y no puedo evitar en lo rápido que esta chica se ha metido bajo mi piel. Si tuviera que enumerar sus cualidades, no terminaría nunca. Y hoy, mi morena había sido muy valiente.A pesar de que yo le había dicho que si quería dejábamos esto hasta aquí, en el fondo quería que ella se quedara, y eso
Decir que estaba en shock no era nada, nada, porque yo sentía que literal nunca había estado tan sorprendida en mi vida. Probablemente no era así, pero ahora mismo no podía recordar otro momento en que estuviera así de sorprendida.Te amo.Esa palabras hacían eco en mi cabeza a cada segundo y creo que ni siquiera estaba pestañeando, solo miro a Caleb sin decir nada mientras él me mira con una expresión nerviosa en su rostro.Cómo no iba a estar nervioso si acababa de decirme que me ama y yo no he dicho nada.¡Espabila Trinidad!Muevo la cabeza intentando despejarme, y por fin pestañeo. Me aclaro la garganta y hablo.–¿Estás seguro? Es decir, es una palabra muy grande, con mucho significado –digo, él asiente.–No jugaría con algo como eso.Bien.–Estoy sorprendida.Caleb cierra los ojos y suspira.–Di algo, lo que sea, si no sientes lo mismo lo entenderé –dice sin mirarme.¿Siento lo mismo?¿Lo amo?Indago en el fondo de mi corazón y encuentro la respuesta.–Te amo.Él abre los ojos rá
Había llegado el gran día de Caleb.Según él, no lo era pero todos sabíamos que sí.Hoy sería su primera pelea de boxeo y ahora mismo todos estábamos en la habitación que le habían asignado. Bueno, todos eran: Jared, John, su padre y yo. Mi querida suegra llegaría más tarde porque venía viajando.—¿Estás nervioso? —le pregunta Jared. Caleb enarca una ceja.—¿Debería estarlo?—Acabo de ver al otro imbécil, ¡es gigante! —dice, yo me encojo de hombros y Caleb igual.—Sí, es grande pero lento —digo.Él me mira.—¿Cómo sabes?—Porque Caleb y yo fuimos a una de sus peleas —digo sonriendo grande.Hace dos semanas había peleado en un club clandestino y por supuesto que Caleb y yo habíamos ido a verlo, claramente, bien de lejos, pero lo necesario como para ver cada uno de sus movimientos.—Él no tiene nada de lo que preocuparse —digo moviendo la mano.Estaba en el regazo de mi novio, mientras le vendaba ambas manos.—Ves, si ella, la experta en noquear tipos dice eso, le creo —dice mi suegro.
—¿Cuáles son las pruebas en contra de ambos? —pregunta el padre de Caleb.Nos tenían a ambos en la comisaria, mi padre venía en camino y por mientras mi suegro había tomado la representación de ambos.—No tenemos prueba en su contra…—¿Me está diciendo que los han traído, esposados, como unos criminales, solo para hablar?André estaba furioso, y por supuesto que yo también.—Les pregunte la razón y nunca me la dieron, nos trajeron a la fuerza —digo. André se gira a mirarme y se me acerca rápidamente.—Cariño, ¿estás herida?Niego y él asiente dándose vuelta hacia Caleb.—¿Hijo?Caleb niega también.—Nos siguieron hasta el lago y nos tomaron como si fuéramos prófugos.—¿Dónde está Derek? —le pregunta a uno de los policías. Ellos se miran entre ellos claramente incomodos.Lo que no es menor y un claro indicio del abuso de poder.—Él no está aquí…—Quiero ver la orden de arresto, ¡ahora!Los policías vuelven a mirarse entre ellos y la incomodidad de ambos incluso me da pena.—No hay orde
Según John, en la primera fila estaban los mejores patrocinadores, y por tanto a Caleb tenía que gustarle a uno de ellos. No se trataba de dinero, ya que los padres de Caleb bien podrían patrocinarlo, sino que se trataba del prestigio de los mismos. Algunos de ellos tenían gimnasios equipados con máquinas de última generación, todo un equipo de médicos que se enfocaban específicamente en ellos.—Ese que está ahí —me dice apuntando a un hombre grande y serio que a pesar de que estaban sentados, se veía mucho más grande que los demás—. Es el mejor patrocinador, los chicos a los que ha puesto bajo su brazo se han vuelto profesionales reconocidos.Asiento mirándolo.Nosotros estamos sentados frente a ellos con solo el cuadrilátero que nos distancia, estamos todos, dicho esto incluso Ethan está aquí. Lo único raro que encontré es que detrás de los patrocinadores esta Alisha. Quién me ha visto y me ha dado una sonrisa macabra, como si ella supiera algo que yo no.Como diríamos en chile, “te
—¿Qué crees que haces? —pregunto enojada.Alisha iba caminando hacia donde estaba la habitación que le habían asignado a Caleb en el gimnasio de Joel. Ahí podría cambiarse, asearse y lo que quisiera hacer adentro.Ella se da vuelta y me da una sonrisa inocente.—Hola Trini.—Te hice una pregunta.Me acerco más a ella recordando lo bien que se sintió romperle la nariz y lo mucho que me estaba pidiendo a gritos que lo hiciera. Yo no soy agresiva pero ella saca lo peor de mí.—Solo camino por aquí, ¿acaso no puedo? —dice y coloca ambas manos en su cintura—. Porque te recuerdo que este lugar es mío y puedo entrar a donde se me antoje.—Eres patética, ¿lo sabías? Ni todo el dinero del mundo podría cambiar eso.La expresión de Alisha cambia drásticamente y sé que he dado en el clavo. A veces no necesitas usar la fuerza porque las palabras pueden herir aún más y no sanan en un par de días, sino que te persiguen por mucho tiempo.—¿Acaso vas a golpearme? Porque si lo haces, el pobre Caleb ten
Morena parecía completamente eufórica.No. Corrijo.Estaba completamente eufórica. Miraba hacia todos lados y casi no pestañeaba.—Creí que no era la primera vez que ibas a una carrera clandestina —le digo. Ella me mira sonriendo.—No, pero aquí son como en la película, allá es diferente, más flaite, más cuídate o terminas apuñalado.—¿Qué? —pregunto horrorizado al pensar que ella ha estado en lugares así a punto, quizás, de ser apuñalada.Ella mueve su mano quitándole importancia.—Cosas que pasan en Chile.Muevo la cabeza y voy a decir algo pero mi celular vibra con una mensaje de Ethan.Noah está allí, ahora está corriendo pero luego se acercara a ustedes.Entendido.—Noah está aquí, luego vendrá hacia nosotros —le digo.Unos tipos pasan frente a nosotros y le dan una mirada hambrienta a mi chica, ella no se da cuenta porque está muy entretenida mirando la carrera que está ocurriendo frente a nosotros. La pego más a mí y ellos llevan su vista hacia mí que los miro con una expresión
Había llegado el día de la boda de Juliette y Mateo, a quienes yo no conocía, pero por las cosas que me habían dicho, ansiaba conocer. Además que ya dije que me encantan las bodas porque hay mucha comida gratis. Con mi mamá habíamos ido a comprar un vestido, tenía algunos pero no eran adecuados para una boda y teniendo en cuenta que íbamos a una boda lujosa, no quería verme mal.Caleb me había dicho que eligiera un vestido rojo porque según él ese color me favorecía, y que él iría con una corbata roja a juego conmigo. Acepte, porque el color rojo si me favorece.Para qué engañarnos.Y cuando lo vi en la vitrina, me enamoré al instante.Era largo, sin mangas y tenía una abertura en la pierna. Precioso era poco.Obvio que me quedó perfecto, y ahora mismo mientras lo tenía puesto y me miraba al espejo con el maquillaje y el peinado que me hizo mi madre, me sentía muy hermosa.—Te ves hermosa.—Lo sé.Ella ríe y se acerca a mí, coloca sus manos en mis hombros y me mira a través del espejo