—No me gustaría lastimarte —me susurró todavía entre sus brazos, en su mirada podía volver a ver al encantador Alex que sé que conocía.
—Sé que no sería capaz —le contesté.
-—¿Por qué te empeñas en creértelo? — se quedó mirándome a los ojos como si buscara en ellos alguna respuesta. Nuestros cuerpos seguían pegados y no había suficiente distancia entre nuestras caras, sería poco decir lo muerta de nervios que estaba.
—Simplemente...lo sé. —conseguí decir.
Lo escuché suspirar y acto seguido unir su frente a la mía y cerrar los ojos. Nuestras respiraciones se mezclaban, mir&
Regresamos a la cabaña. Isabel y Hazel estaban sobre la mesa intentando ordenar un puzle de 200 piezas, una de las cosas que compramos en la tienda, Alex se quitó el abrigo y lo colgó en el lugar destinado para ello.—¡Papá! —exclamó Hazel cuando vio a su padre, se puso en pie y corrió a su encuentro.Con un poco de esfuerzo, Alex lo alzó entre sus brazos.—Hola campeón, no te he visto esta mañana.—Estaba jugando. —hasta ahora no se atrevía a hablarle del conejo—Bien ¿y qué hacéis ahora? — preguntó observando la mesa.—Intentar r
Alexander LaurentTenía su cabeza apoyada contra mi pecho y resultaba placentero poder sentirla de esta manera, poder tocar su suave y delicada piel todo a mi disposición; no estoy seguro de cómo determiné que deberíamos intentarlo si mi vida no estaba aclarada, pero recuerdo que lo que estaba empezando a sentir por ella se estaba volviendo más claro e imposible de ignorar. La observé contra mi pecho, observaba lo linda y preciosa que era, reconozco que era valiente, después de Celeste, nadie había conseguido hacerme sentir de esta forma, pero tenía un constante miedo a hacerla daño. Me había pedido que le hablara sobre Celeste y la verdad no estaba seguro de lo que sentía por la que un día había ocupado un lugar tan importante en mi vida. Desde que Freya había aparecido en mi vida, cada vez me resultaba dif&iac
Abrí la puerta y miré por el pasillo asegurándome de que nadie me veía. Cerré mi puerta y llamé a la suya, no contestaba así que decidí entrar.—Alex— lo llamé. No estaba en la cama, cerré la puerta tras mí.Escuché la ducha, estaba prendida, debía estar bañándose, deposité las botas a un lado de la habitación.—¿Freya? — me asusté al escucharlo pronunciar mi nombre.—Ah...sí, yo… —muy bonito, esta era yo balbuciendo otra vez, cerré los ojos y maldije. —Creo que volveré en otro momento.Me di la vuelta con la intención de ma
Me cambié, me recogí el pelo en una cola no muy perfecta y salí de mi cuarto. Isabel estaba en la cocina mientras se podía escuchar la voz de Hazel viniendo de fuera. Me acerqué a Isabel, estaba batiendo unos huevos para el desayuno. Cuando me vio se quedó quieta observándome.—¿Qué? —pregunté haciéndome la tonta.—¿Que qué? Entré esta mañana en tu cuarto y no estabas ¿dónde te metiste?—Probablemente estaba en el cuarto de baño —aparté mi mirada para que no notara que estaba mintiendo, era pésima haciéndolo.—No tienes por qué mentirme, —se rió —esa cara tuya lo di
Comimos unos bocadillos que nos trajimos acompañado de zumo de frutas sentados sobre una alfombra mientras escuchábamos música del celular de Isabel. Entre las tantas melodías que sonaron me gustó más la de More than you'll ever know del grupo Boyz II Men, la canción es hermosa y la letra preciosa, te hacía pensar si realmente podría existir un sentimiento como del que hablaban en la canción, me encantaba.Charlamos, nos reímos y lo pasamos a lo mejor que pudimos. Hazel pretendió hacerse el valiente al intentar nadar sin flotadores, pero no le salió, al menos aprendió de qué iba lo de nadar. De todas formas, no había prisa, había tiempo para seguir aprendiendo.De pronto sonó mi móvil dentro de la bolsa y no, no se trataba de una
Pasamos un buen rato allí sentados contemplando el paisaje y observando cómo anochecía ante nuestros ojos.—¿Entonces continuarás la historia que dejamos pendiente? —lo pregunté.—¿Te refieres a la que ya no pude contarte porque te quedaste dormida entre mis brazos? —sonreí y asentí.—Esa misma. Necesito saberlo.—Ya hablaremos de ello.Si me lo había prometido esperaba que lo haría.—Dijiste caramelo cuando nos conocimos ¿por qué?No me esperaba que me hiciera esa pregunta, me quedé ob
Me desperté en la madrugada, debía regresar a mi cuarto por si me buscaba Hazel, estaba apoyada contra el pecho de Alex y se sentía bien. Levanté mi mirada y lo observé, hasta durmiendo era lindo, suspiré mientras admiraba lo perfecto que era.—Me dijiste que no te habías enamorado de mí ¿debo preocuparme? —dijo con los ojos todavía cerrados, me asusté y me incorporé en la cama.—Lo...lo siento —arreglé mi pelo. Él me detuvo con su brazo y se sentó sobre la cama.—Hey, no importa, —sonrió—puedes enamorarte de mí.Sonreí cuando dijo aquello, me tomó la barbilla y me besó.
Y como lo decidió al día siguiente estábamos embarcándonos en la avioneta que nos llevaba de vuelta a la ciudad. Jack, el conejo, iba con nosotros en una jaula para conejos.Cuando llegamos nos estaban esperando Eric y Alfred quien traía el auto. Bajamos del auto y los saludamos. Alex se tomó unos minutos para hablar con su amigo aparte mientras Alfred introducía nuestras cosas en el maletero. De pronto Alex se acercaba a Hazel y se inclinaba a su altura.—Oye hijo, te quedarás hoy en la casa de tu tía Érica y así pasas tiempo con Sam, hay algo que quiero enseñarle a Freya ¿te parece?—Sí papá.—Buen chico —le dio un beso en la frente y se puso