Me desperté en la madrugada, debía regresar a mi cuarto por si me buscaba Hazel, estaba apoyada contra el pecho de Alex y se sentía bien. Levanté mi mirada y lo observé, hasta durmiendo era lindo, suspiré mientras admiraba lo perfecto que era.
—Me dijiste que no te habías enamorado de mí ¿debo preocuparme? —dijo con los ojos todavía cerrados, me asusté y me incorporé en la cama.
—Lo...lo siento —arreglé mi pelo. Él me detuvo con su brazo y se sentó sobre la cama.
—Hey, no importa, —sonrió—puedes enamorarte de mí.
Sonreí cuando dijo aquello, me tomó la barbilla y me besó.
Y como lo decidió al día siguiente estábamos embarcándonos en la avioneta que nos llevaba de vuelta a la ciudad. Jack, el conejo, iba con nosotros en una jaula para conejos.Cuando llegamos nos estaban esperando Eric y Alfred quien traía el auto. Bajamos del auto y los saludamos. Alex se tomó unos minutos para hablar con su amigo aparte mientras Alfred introducía nuestras cosas en el maletero. De pronto Alex se acercaba a Hazel y se inclinaba a su altura.—Oye hijo, te quedarás hoy en la casa de tu tía Érica y así pasas tiempo con Sam, hay algo que quiero enseñarle a Freya ¿te parece?—Sí papá.—Buen chico —le dio un beso en la frente y se puso
Escuchamos las voces de papá y Alex en el salón y parecía que estaban llevándose bien. Los alcancé y efectivamente se llevaban bien mientras bebían observando las fotos que estaban colgando de la pared, fotos nuestras.—Os quedareis a cenar al menos ¿cierto? —habló mi padre, sé que era su forma de castigarme por no haberle hablado de la boda—Tu cuarto sigue igual que cuando la dejaste, podéis quedaros allí esta noche.Miré a Alex y él me miró a mí, eso no estaba planeado.—Por su puesto —contestó Alex, no entendía por qué le seguía el juego.—Papá, él tiene que trabajar.
Había amanecido ya, sentí la mano de Alex acariciando mi rostro, sonreí y abrí los ojos para encontrarme con los suyos que me observaban intensamente. Recorrió su pulgar desde mis pómulos hasta mi barbilla.—Buenos días—depositó un tierno beso en mis labios antes de contestarme.—Muy buenos días.Me acurruqué contra su pecho y acaricié su perfecto dorso, cerré los ojos y respiré hondo.—No me dijiste cómo encontraste este lugar ¿te lo dijo mi hermana?—No, fue tu cañado.—¿Iván? —lo miré algo sorprendida &mda
Durante el desayuno estuvimos charlando y riéndonos hasta que llamaron a la puerta.—Iré a ver quién es—se ofreció Mary.Se levantó de la mesa y se dirigió a abrir la puerta.—Hijo, has venido. —la oímos decir, que yo sepa, ella solo tenía un hijo— Pasa, te encantará ver Freya, está aquí.Nos quedamos con la mirada en la puerta esperando a ver al que tenía que entrar, yo aún más tenía curiosidad y con razón, pero cuando entró me quedé completamente sin palabras.—¿Eddy? —no sé cómo me sentí al descubrir que el que me robó el b
Iba a contestarlo, pero apareció Alex por la puerta y no parecía nada contento.—¿Nos vamos ya? —me preguntó sin apartar la mirada de Eddy.—Claro, voy por mis cosas—los miré, no se quitaban la mirada el uno del otro—.no os peléis por favor— supliqué.—Descuida.Me lo había prometido, podía ir tranquila. Entré en la casa a despedirme de mi padre con un abrazo y de Mary que parecía preocupada preguntándome sobre mi caso con su hijo, pero la dije que no pasaba nada grave para que no se preocupara. Entré a mi habitación para recoger mi bolso y del comedor recogí la flor y la nota la puse en mi bolso con una sonrisa, quería
Me encontraba en mi cuarto y mi mente estaba en blanco, no podía pensar en nada. Alex le había acompañado a Celeste a la comisaría a prestar declaración, había dicho algo sobre que Celestina había tenido algo que ver en su accidente, no había prestado mucha atención al respecto, mi mente estaba pensando en otras cosas. No quería arrepentirme por lo que había tenido con Alex, pero tampoco podía alegrarme al pensar que nuestra corta relación había llegado a su fin. Sería muy ingenua si no hubiera creído que esto pasaría, solo que no había querido afrontarme a esa realidad. Quería ser fuerte y no llorar de la angustia, no ser egoísta y pensar en Hazel, al fin iba a recuperar a su madre después de tanto tiempo necesitándola, la necesitaba y había regresado, si yo no iba a ser feliz al menos él lo sería y mucho. Me senté en el suelo y apoyé mi rostro contra mis rodillas, no había conseguido detener las lágrimas, resultaba
Durante el día no supe nada de ellos, estaba encerrada en mi cuarto recordando todo lo que había vivido. Quise hablar con Maura, pero no lo hice, me quedé mirando el celular durante un rato y desistí de hacerlo, todo lo que tenía por contarla no podía hacerlo por teléfono y tampoco quería que viniera hasta aquí.Decidí bajar a la cocina, Cloe estaba colocando alimentos en una bandeja, se detuvo al verme, me acerqué a la mesa y me senté en una silla.—¿Quieres que te sirva algo?—No, gracias—me volteé a mirar cómo terminaba de guardar todo en la bandeja. —¿Y eso?—Es para la señora Celeste y su hijo.
Me acerqué aún más preocupada a él y me puse delante de él. Pasé mis manos por su cuello y le acaricié.—¿Por qué lo has hecho?—No me gusta esta situación, no quiero tener que elegir, ninguna os lo merecéis. —otra punzada en el pecho, era evidente lo mucho que le afectaba todo esto como para tener estas pintas y no quería verlo así, no quería que sufriera tanto. Le quité el peluche y lo deposité a un lado de la cama.Apoyé mi frente en la suya y cerré los ojos, suspiré.—Sé que sabes que te quiero— hablé aun con un nudo en la garganta —y espero que también sepas que sea cual se