Iba a contestarlo, pero apareció Alex por la puerta y no parecía nada contento.
—¿Nos vamos ya? —me preguntó sin apartar la mirada de Eddy.
—Claro, voy por mis cosas—los miré, no se quitaban la mirada el uno del otro—.no os peléis por favor— supliqué.
—Descuida.
Me lo había prometido, podía ir tranquila. Entré en la casa a despedirme de mi padre con un abrazo y de Mary que parecía preocupada preguntándome sobre mi caso con su hijo, pero la dije que no pasaba nada grave para que no se preocupara. Entré a mi habitación para recoger mi bolso y del comedor recogí la flor y la nota la puse en mi bolso con una sonrisa, quería
Me encontraba en mi cuarto y mi mente estaba en blanco, no podía pensar en nada. Alex le había acompañado a Celeste a la comisaría a prestar declaración, había dicho algo sobre que Celestina había tenido algo que ver en su accidente, no había prestado mucha atención al respecto, mi mente estaba pensando en otras cosas. No quería arrepentirme por lo que había tenido con Alex, pero tampoco podía alegrarme al pensar que nuestra corta relación había llegado a su fin. Sería muy ingenua si no hubiera creído que esto pasaría, solo que no había querido afrontarme a esa realidad. Quería ser fuerte y no llorar de la angustia, no ser egoísta y pensar en Hazel, al fin iba a recuperar a su madre después de tanto tiempo necesitándola, la necesitaba y había regresado, si yo no iba a ser feliz al menos él lo sería y mucho. Me senté en el suelo y apoyé mi rostro contra mis rodillas, no había conseguido detener las lágrimas, resultaba
Durante el día no supe nada de ellos, estaba encerrada en mi cuarto recordando todo lo que había vivido. Quise hablar con Maura, pero no lo hice, me quedé mirando el celular durante un rato y desistí de hacerlo, todo lo que tenía por contarla no podía hacerlo por teléfono y tampoco quería que viniera hasta aquí.Decidí bajar a la cocina, Cloe estaba colocando alimentos en una bandeja, se detuvo al verme, me acerqué a la mesa y me senté en una silla.—¿Quieres que te sirva algo?—No, gracias—me volteé a mirar cómo terminaba de guardar todo en la bandeja. —¿Y eso?—Es para la señora Celeste y su hijo.
Me acerqué aún más preocupada a él y me puse delante de él. Pasé mis manos por su cuello y le acaricié.—¿Por qué lo has hecho?—No me gusta esta situación, no quiero tener que elegir, ninguna os lo merecéis. —otra punzada en el pecho, era evidente lo mucho que le afectaba todo esto como para tener estas pintas y no quería verlo así, no quería que sufriera tanto. Le quité el peluche y lo deposité a un lado de la cama.Apoyé mi frente en la suya y cerré los ojos, suspiré.—Sé que sabes que te quiero— hablé aun con un nudo en la garganta —y espero que también sepas que sea cual se
Freya MorrisonAntes de que mis ojos se abrieran mi mano estaba explorando la cama buscando estar en contacto con un cuerpo, pero no lo alcanzaba, abrí los ojos y Alex ya no se encontraba conmigo, sentí tristeza, pero al menos tenía al peluche en su lugar, algo que obviamente no lo reemplazaba, pero era un regalo suyo, lo tomé y lo pegué a mi cuerpo respirando profundo. ¿Por qué tenía que haber amanecido?Llamaron a la puerta y me incorporé sobre la cama ¿será Alex? Pensé, me bajé de la cama poniéndome las pantuflas, me acerqué a la puerta y la abrí, toda la ilusión se desapareció cuando vi que no tenía nada que ver con él, era Cloe.—Buenos días, Celeste me manda decirte que el desayuno
Después de recoger mis cosas pillé un taxi y me dirigí a la casa de Maura, mi antiguo hogar, nunca me imaginé que regresaría tan pronto. Me bajé del taxi y me acerqué a llamar a la puerta, pero antes de que lo hiciera se abrió ésta dejándome ver a mi hermana que estaba buscando algo en su bolso.—Maura —dejó lo que estaba haciendo para verme sorprendida.—¿Freya? ¿Qué haces aquí? Ahora iba a verte.—No me digas, has visto las noticias.—Así es ¿estás bien?No le respondí, me acerqué a ella y me envolví en sus brazos, la escu
Cogí un taxi y me dirigí a la dirección que me envió Iván. Cuando llegué me bajé del auto. Me quedé de pie en frente del edificio y volví a releer el mensaje por si faltaba algo, el lugar no era exactamente lo que le había pedido, era nada menos que un bar y eso no era mi estilo.Me armé de valor y me acerqué, no había llegado la hora punta cuando se levantaban los demonios, solo era mediodía y seguramente no habría tanta gente dentro.Abrí la puerta y entré. Afortunadamente era como me imaginé, poca gente, pero aun así me incomodaba, era todo informal y mucho ruido, miré alrededor buscando aquel rostro familiar, no lo veía ¿en serio estaba llegando tarde? Lo iba a matar si lo encontraba, primero por hacerme e
La seguí por detrás mientras ella se acercaba a la puerta y la abría.—¿Maura Morrison?—Sí.—Firme aquí por favor.No pude distinguir bien a la persona, pero sabía que se trataba de un recadero. Se marchó después de que maura firmara y cuando se volvió a mí, llevaba un ramo de flores en la mano y las miraba extraña.—¿Un admirador secreto? —pregunté.—No lo sé, pero son hermosas.—Tendrá alguna tarjeta por algún lado. —me acerqué y la rebusqué entre l
Alexander LaurentMe encontraba en mi auto, frente a la puerta mi casa. Había tenido un día intenso y estaba realmente agotado, sobre todo ahora que tenía que enfrentarme a lo más importante, pero estaba absolutamente seguro de que, si podía ver a Freya y escuchar su voz, podía relajarme, era lo único que en este momento me daba fuerzas. Después de unos minutos, me bajé del auto y entré en la casa, daban las nueve y estaba casi todo oscuro.Prendí la luz y ocurrió lo que menos me esperaba, encontrarme a Celeste esperándome sentada en las escaleras.—Hasta que por fin llegas.—Celeste ¿qué haces aquí?—¿Espe