— Por fin Ian vuelve a casa — Dijo Lía emocionada abrazando a su novio nada más despertar y es que ya no imaginaba su vida sin tenerlo cerca de ella por la mañana o sin buscar a su lado y que el cuerpo caliente de Evan estuviera allí, tan cerca del suyo.

Había pasado un mes desde la operación y después de una recuperación excepcional y unos análisis más que prometedores. Por fin les dejaban llevarse al niño a casa.

Todavía no le habían dicho quién era su verdadero padre, pero el acuerdo era hacerlo en cuanto saliera del hospital y para que Ian no debiera decidir, ni su rutina cambiara, por el momento Lia y Evan se trasladarían a vivir a la mansión.

— Aunque todavía es pronto — la mano de Lia se deslizó por el abdomen de su novio intentando encender su fuego, bajando hasta su entrepierna, la cual encontró más que despierta sin saber del todo si había sido por su toque o porque ya amaneció así preparado — Deberíamos despedirnos de nuestra cama por un tiempo ¿No crees? Ella va a extrañar