Lia se sentía muy celosa por lo ocurrido durante la reunión, la forma en que todas miraban a Evan la hacia consciente de lo mucho que le gustaba, no el percatarse de como lo miraban, si no lo mucho que le molestaba, lo mucho que sus celos se encendían de un modo en que solo quería asegurarse de que él seguía sintiéndose atraído por ella.Lo empujó al interior del despacho más cercano, poco le importaba que no fuera el suyo y tras cerrar acorraló al CEO de la empresa contra la puerta.Los ojos verdosos de Lia se oscurecieron y tomaron un matiz esmeralda volviéndose un tanto amenazante, recordaba aquel antiguo y famoso escritor ingles que describió ese sentimiento como un monstruo de ojos verdes.Evan Jamás hubiera creído que ver a su novia celosa lo pondría tan duro, es más, jamás creyó que deseara ver a una mujer celosa, pero ahí estaba encantado de ver ese sentimiento encender la mirada de su novia, de esa mujer a la que le había pedido que se comprometiera con él en un contrato.Eso
Lia se sintió triunfadora, de conseguir que su jefe, un hombre tan imperturbable como frío, con fama de no tener ningún tipo de piedad, en cuanto a trabajo se refería, decidiera parar una junta solo para estar con ella.—Dime, ¿me encuentro bien?— le preguntó Evan con la ropa toda desaliñada, al igual que despeinado a causa de ese momento íntimo entre ellos.Ella no podía dejar de mirar el bulto que se notaba en sus pantalones, estaba por decir que no, que no iba nada bien porque notará aquello y mucho menos mirarlo, pero él no le dejó contestar.Evan tomó de la mano a Lia sin esperar que ella respondiera y caminó con ella nuevamente hasta donde se realizaba la junta y esperaban los empleados.—Lo siento, pero esta junta será aplazada hasta dentro de tres días— dijo mostrándose ante todos tan desaliñado que todo el mundo pensó que algo le había pasado.Lia se sentía extraña de la mano de él en público, era cierto que lo suyo se sabía, primero por la prensa, y luego porque en realidad
Él viaje hasta la casa de la playa se le hizo demasiado largo, cada vez que giraba el rostro y lo veía sentía más ganas de besarlo nuevamente ¿Cómo podía ser tan perfectamente guapo? Pero no era solo eso, Evan tenía algo que le hacía acudir a él, como las moscas quedan inevitablemente atrapadas en la miel,Él era miel, perfecta, pura. Lleno de energía y de virtudes, y ella una mosca, así se veía a su lado, no entendía cómo él no era capaz de verlo, era demasiado para alguien como ella.—¿Qué es lo que piensas? — le preguntó llegando a la casa y estacionando el auto.Sintiendo cómo ella no le quitaba la mirada de encima.— Creo que eres muy guapo — respondió segura de lo que decía sin entender muy bien que le había llevado a fijarse en ella.—¿Será que le guste, señorita Taylor?— le preguntó volviendo a besarla antes de bajar y abrirle la puerta del auto.Una vez la tuvo de nuevo a su alcance, Evan no pudo quitarle las manos de encima, ella ejercía un magnetismo en el difícil de explic
Evan recorrió con delicadeza y destreza las curvas de Lia, descubriendo con su toque nuevas formas de encender esa piel, de erizarla, pero no solo sus dedos fueron los únicos que encontraron nuevas maneras de hacerla gemir también sus labios, descubrió que a Lia le excitaba mucho que deslizara su barba en sus muslos internos, era pasar el su mentón con su barba a medio crecer, los gemidos que ella le prodigaba era miel para sus oídos, y para su entrepierna que en ese momento se encontraba más que firme y con la punta húmeda, era un gran esfuerzo el que Evan hacía para no buscar enterrarse en el interior de su novia, pero no lo haría hasta que ella misma lo deseara, hasta que ya no pudiera soportar solo encenderse y no lograr apagarse.Alzo su mirada solo para ver en ella el deseo encendido en su mirada un deseo que lo llevó a dirigirse a esos pliegues que no hacían más que iniciarlo cada vez al llevar uno de sus dedos entre ellos y notar lo húmeda que estaba, no solo sus dedos, ansiab
Lia levantó la vista y sus ojos conectaron con los de Evan mientras pasaba la lengua por toda la extensión de su miembro, desde la base hasta la punta, recogió una gota de presemen con la punta de la lengua y cerró los labios sobre su glande para deslizar los lentamente hasta la mitad de su dureza, era incapaz de alojarla toda en su boca.— Si Lia continúa no pares…Ella lo observaba desde abajo, con malicia, arrodillada entre sus piernas, sintiendo el agua húmeda a su alrededor y con su dureza en la mano. Respiró y sopló con suavidad, calentándolo con su aliento de forma superficial, sacó la lengua y lo tocó ligeramente con ella como si probara su sabor.Sonrió con desvergüenza y lamió lentamente toda la envergadura de su miembro, desde la base hasta la punta, de forma lasciva, observándolo todavía desde allí, entre sus piernas, con una perfecta y excitante sumisión que no podía excitar más a Evan.Tiró lentamente hacia abajo con dos dedos, descubriendo el glande, paseando lentamente
Alojó la dureza de su novio entre los senos y los apretó el uno contra el otro para darles la presión que sabía que necesitaba. Sus senos estaban completamente mojados por el agua, así que le era fácil resbalar en cada movimiento.Por suerte, la polla de Evan era grande, así que llegaba sin dificultad a su boca, primero la lamió observándolo con lascivia desde abajo, y luego fue capaz de englobarlo entre sus brazos y deslizar los labios un poco más allá del glande mientras seguía masturbándolo entre sus pechos.Ver cómo sus senos apretaban su dureza hizo que Evan casi se corriera cuál adolescente la realidad era aún mejor que lo que había llegado a imaginar.La tibieza de los senos de Lía era tan jodidamente excitante como cuando lo tomó por primera vez en su boca. Evan estaba loco de placer por lo que para controlarse tuvo que cerrar sus ojos y sujetarse con las dos manos de la orilla del jacuzzi donde estabaEra la primera vez que se sentía completamente dominado por una mujer, es m
— Evan… Evan… Te quiero…Gimió su nombre moviéndose al ritmo que su propio cuerpo le pedía hacerlo como en busca de su propio placer y de darle más placer todavía a él. Alzándose y dejándose caer una y otra vez para sentir como el placer la recorría por completo, como se deshacía en sus brazos con su toque delicado a la vez que rudo.No le importaba nada, solo sentirlo así dentro de ella, volviéndose cada vez más exigente en sus movimientos. En busca de ese placer que empezaba acumularse de nuevo y a tejerse como un inmenso nudo en su bajo vientre.Era la primera vez que Evan estaba más atento al placer de su pareja que al suyo propio. No podía dejar de moverse para darle más placer, descubriendo que le enloquecía que lamiera sus pezones, y después darle pequeñas mordiditas que hacían que sus uñas se enterraran en su piel.Haciendo que sintiera como su polla amenazaba con liberarse cada que sentía esas uñas sobre su piel, él quien siempre había odiado que las mujeres dejarán constanci
—¿Fuiste abusada?— era una pregunta que, al hacerla, llenó a Evan Anderson de coraje, porque aunque sabía que era la primera vez de Lia él, eso no quitaba que hubieran tratado de hacerle daño.—Max es un imbécil, jamás un hombre debe referirse así a una mujer, sea cual sea la situación.Evan acunó el rostro de Lia entre sus manos, atrayéndola para darle un beso tierno, que él extendió un poco más, atrayéndola contra él, no de manera sexual, sino como un refugio, él quería convertirse en el lugar seguro de Eva, ya que había descubierto que ella se había convertido en el suyo en muy poco tiempo, mucho antes de lo que jamás imaginaba que alguien podría hacerlo.Lia no dudó en corresponder el beso, ni siquiera podía plantearse no besar a ese hombre que la había enamorado en tiempo récord, ella jamás se había sentido así por nadie, ni siquiera por Max, de quien creyó estar enamorada en su momento y ahora se daba cuenta de que era algo muy distinto, tal vez amistad, tal vez agradecimiento p