— ¿Hijos?— sin duda ella no pensaba tener hijos de nadie, si esto iba a acabar en tres años.Una cosa era que ella cayera en desgracia por decisión propia y, otra muy distinta, era que hicier a alguien que no había pedido venir a este mundo desgraciado con ella.El padre de Evan se encontraba sujetando un iPad viendo hacia el mar en la sala, esperando que tanto su hijo como su futura nuera salieran pensando en cómo hablar con ellos.El hombre se encontraba apenado, aun así podía verse en su rostro que estaba molesto, sobre todo con su hijo, a quien le tiró el iPad, como si con eso explicará el motivo por el cual se encontraba ahí.—¿Me puedes decir que es esto? ¿Cómo se les ocurrió parar una junta así de importante? Encantado de verte de nuevo Lía.El padre de Evan volteó a ver a Lía, hablando con voz suave y gentil. Lo que le hizo recordar a Evan al vociferador de Harry Potter en la cámara de los secretos haciendo que tuviera que contenerse para no reír.Si esa carta parlante que le
Lia despertaba en una inmensa cama al lado de un hombre al que quería con todo su ser, de un modo en el que no creía posible ser capaz de amar jamás.Él todavía dormía y no le extrañaba, el día anterior fue muy movido para ambos, después de la interrupción de su futuro suegro, reanudaron sus actividades mucho más placenteras pero ya en la cama.Se pegó a él besando su cuello con ternura mientras acariciaba su torso, como podía estar tan bueno ese hombre, habrían roto algún tipo de molde con él, de eso estaba segura porque era extraña y absolutamente hermoso.Y aquello a pesar de gustar ya no podía más que causarle inseguridad como ¿Cuándo se daría cuenta de que ella no estaba a su altura?— Buenos días… Vamos a desayunar, muero de hambre — dijo Lia con voz muy suave para no despertarlo de golpe y es que no recordaba haber comido nada al día anterior, tan solo su desayuno, habían estado tan inmersos el uno en el otro que hasta se olvidaron de comer.Evan no pudo más que estar feliz de
— Dime lo que quieras decirme — dijo ella impaciente porque aquel hombre guardaba demasiados secretos, todo era un sueño para ella, la forma como él la trataba y hasta parecía que realmente se sentía atraído por ella, nadie podía ser tan buen actor.Lia se llevó un trozo de pastel a la boca y luego lo besó dejándole probar el sabor suave derritiéndose en ese beso, con él estaba haciendo tantas cosas que jamás creyó hacer con nadie.— Vamos, no voy a morderte — susurró la chica contra su boca, bajando por su mentón y dejando besos en este, sabía que estaban en un lugar público y que debía controlarse, pero era tenerlo cerca y ser incapaz. — A menos que así lo quieras — murmuró en su oído.Por supuesto que deseaba sentir sus dientes, pensar en eso lo hizo gemir y por supuesto sentir como su entrepierna empezaba a dolerle por la presión que ejercía el pantalón.Besos, esos labios con sabor a tarta de queso, los besó de manera lenta, mordisqueándolos antes de perderse en esos labios, ante
Evan ya dormía y Lia estaba inquieta, tenía una extraña sensación de que algo malo estaba por suceder, de que algo pronto llegaría a perturbar su felicidad y es que no estaba acostumbrada a ser feliz, siempre creyó que esa sensación no estaba hecha para ella, solo recordaba haberlo sido de pequeña y un poco al inicio de su relación con Max, llena de altibajos, pero con sus cosas buenas o al menos eso pensaba entonces.Así que intentó convencerse de que esa era la única razón de su presentimiento, el autosabotaje, que jamás le habían ocurrido cosas buenas, pero tal vez el universo había decidido que ya era hora de que dejara de sufrir y empezará a ser una mujer feliz.Observó a su novio durmiendo al lado. Su novio, él, le había pedido que tuvieron una relación de verdad sin ningún contrato por medio. Estaba tan perpleja todavía con eso, era tanto lo que se le calentaba el pecho cuando lo tenía cerca, cuando le decía que la amaba, cuando la acariciaba haciendo que sintiera sus manos des
No encontrarla le causó cierto temor, su estómago parecía retorcerse y mil pensamientos cruzaron por su mente todos a la vez, por lo que no tardó en llamarla, evitando caer en pánico.—Lia, cariño...— sin embargo, Lia no respondió, por lo que si entró en pánico.Evan se levantó de la cama rápidamente caminando hasta el cuarto de baño, su corazón latía de manera acelerada, tan acelerada que parecía que se le iba a salir del pecho, era como un caballo desbocado en medio de una estampida.Casi corrió hasta la puerta del cuarto maldiciendo por haberse quedado dormido, sus pasos rápidos se dirigieron hasta la cocina, a lo mejor Lia se había levantado para hacer el desayuno. Se sintió un tonto por temer, más volvió a desestabilizarse en cuanto notó que no había nadie en la cocina, ¿dónde podría estar Lía? ¿Y si se había marchado?Pensó Evan caminando hacia la estancia, sin ningún tipo de respuesta.El gran CEO frío e imperturbable parecía no serlo, al menos no en ese momento que ya empezaba
— Estaba buscando un libro para ir a leer a la playa y ver como el sol baña el agua del océano y encontré este ¿Te apetece hacer eso conmigo? ¿Quieres que te lea mientras vemos el amanecer?— preguntó ella buscando su boca para dejar sobre sus labios unos pocos piquitos muy tiernos.Él por fin dejó de temer y de abrazarla fuertemente, para buscar con su mirada y clavarla en la de ella, como si pudiera anclarse así a esa mujer, asintiendo a las palabras e invitación de Lia.—Me encantaría que me leas, aunque ya es muy tarde para ver el amanecer, el sol ya ha salido— le respondió sonriendo y preguntándose.¿Cuánto tiempo había estado en la biblioteca Lia?— ¿Por cierto, quién es la chica de la fotografía? — Preguntó la chica con curiosidad.—¿Qué chica?— le preguntó él, quién no había visto de qué foto de la que le estaba hablando ella.Lia se sorprendió mucho al saber que ya había salido el sol, cuando llegó a esa biblioteca le dio la impresión de que tardaría bastante ¿Cuánto rato había
— Dónde está Lia — preguntó Judith Taylor llegando de repente al apartamento que compartían su hijo Charlie y su sobrina.— Hola mamá, estoy muy bien gracias ¿Y tú, cómo estás?— preguntó Charlie fingiendo una sonrisa forzada al ver a su madre en esa actitud.Sabía por qué venía, su prima había llamado demasiado la atención, pero a él no le importaba, tenía derecho a divertirse y a pasarlo bien, a ser feliz con ese hombre que parecía más bien sacado de una de esas novelas de amor que a Lia tanto le gustaban.— Lo sé hijo, por eso no pregunté — respondió Judith — pero no podría decir lo mismo de tu prima si sigue comportándose de este modo.— De cualquier modo madre, Lia solo sale con un hombre, no hace nada malo— respondió Charlie, molesto por la situación.— Déjala ser feliz, ya es mayorcita.Charlie sabía que su madre solo protegía a su prima, y que la había estado protegiendo desde que perdió a sus padres, pero si algo tenía claro es que su prima necesitaba libertad, necesitaba que l
Los tres días que Lia y el CEO Anderson se habían tomado de vacaciones, terminaron tan rápido como empezaron, lo que estaba claro era que en algún momento tenían que volver a la rutina y hacerse cargo de la reunión que habían dejado a medias.A primera hora de la mañana, los trabajadores del nuevo departamento de la empresa estaban todos reunidos en la sala y Lia entraba para presentarse nuevamente y saludarlos a todos.En esa ocasión Evan no dijo una sola palabra y la dejó terminar con toda su explicación, ya estaba claro que todos sabían de su relación, en realidad se habían convertido en una pareja de moda y esos tres días las redes sociales estuvieron llenas de informaciones sobre ellos.Así que, a diferencia de la otra reunión, en esta nadie se atrevió a cuestionar sus palabras, a faltarle el respeto, o no hacerle caso a la señorita Lia, la reunión terminó sin ningún problema y todos ocuparon sus lugares para empezar a instalar la nueva aplicación de Lia Taylor.— Señorita Taylor