No encontrarla le causó cierto temor, su estómago parecía retorcerse y mil pensamientos cruzaron por su mente todos a la vez, por lo que no tardó en llamarla, evitando caer en pánico.—Lia, cariño...— sin embargo, Lia no respondió, por lo que si entró en pánico.Evan se levantó de la cama rápidamente caminando hasta el cuarto de baño, su corazón latía de manera acelerada, tan acelerada que parecía que se le iba a salir del pecho, era como un caballo desbocado en medio de una estampida.Casi corrió hasta la puerta del cuarto maldiciendo por haberse quedado dormido, sus pasos rápidos se dirigieron hasta la cocina, a lo mejor Lia se había levantado para hacer el desayuno. Se sintió un tonto por temer, más volvió a desestabilizarse en cuanto notó que no había nadie en la cocina, ¿dónde podría estar Lía? ¿Y si se había marchado?Pensó Evan caminando hacia la estancia, sin ningún tipo de respuesta.El gran CEO frío e imperturbable parecía no serlo, al menos no en ese momento que ya empezaba
— Estaba buscando un libro para ir a leer a la playa y ver como el sol baña el agua del océano y encontré este ¿Te apetece hacer eso conmigo? ¿Quieres que te lea mientras vemos el amanecer?— preguntó ella buscando su boca para dejar sobre sus labios unos pocos piquitos muy tiernos.Él por fin dejó de temer y de abrazarla fuertemente, para buscar con su mirada y clavarla en la de ella, como si pudiera anclarse así a esa mujer, asintiendo a las palabras e invitación de Lia.—Me encantaría que me leas, aunque ya es muy tarde para ver el amanecer, el sol ya ha salido— le respondió sonriendo y preguntándose.¿Cuánto tiempo había estado en la biblioteca Lia?— ¿Por cierto, quién es la chica de la fotografía? — Preguntó la chica con curiosidad.—¿Qué chica?— le preguntó él, quién no había visto de qué foto de la que le estaba hablando ella.Lia se sorprendió mucho al saber que ya había salido el sol, cuando llegó a esa biblioteca le dio la impresión de que tardaría bastante ¿Cuánto rato había
— Dónde está Lia — preguntó Judith Taylor llegando de repente al apartamento que compartían su hijo Charlie y su sobrina.— Hola mamá, estoy muy bien gracias ¿Y tú, cómo estás?— preguntó Charlie fingiendo una sonrisa forzada al ver a su madre en esa actitud.Sabía por qué venía, su prima había llamado demasiado la atención, pero a él no le importaba, tenía derecho a divertirse y a pasarlo bien, a ser feliz con ese hombre que parecía más bien sacado de una de esas novelas de amor que a Lia tanto le gustaban.— Lo sé hijo, por eso no pregunté — respondió Judith — pero no podría decir lo mismo de tu prima si sigue comportándose de este modo.— De cualquier modo madre, Lia solo sale con un hombre, no hace nada malo— respondió Charlie, molesto por la situación.— Déjala ser feliz, ya es mayorcita.Charlie sabía que su madre solo protegía a su prima, y que la había estado protegiendo desde que perdió a sus padres, pero si algo tenía claro es que su prima necesitaba libertad, necesitaba que l
Los tres días que Lia y el CEO Anderson se habían tomado de vacaciones, terminaron tan rápido como empezaron, lo que estaba claro era que en algún momento tenían que volver a la rutina y hacerse cargo de la reunión que habían dejado a medias.A primera hora de la mañana, los trabajadores del nuevo departamento de la empresa estaban todos reunidos en la sala y Lia entraba para presentarse nuevamente y saludarlos a todos.En esa ocasión Evan no dijo una sola palabra y la dejó terminar con toda su explicación, ya estaba claro que todos sabían de su relación, en realidad se habían convertido en una pareja de moda y esos tres días las redes sociales estuvieron llenas de informaciones sobre ellos.Así que, a diferencia de la otra reunión, en esta nadie se atrevió a cuestionar sus palabras, a faltarle el respeto, o no hacerle caso a la señorita Lia, la reunión terminó sin ningún problema y todos ocuparon sus lugares para empezar a instalar la nueva aplicación de Lia Taylor.— Señorita Taylor
—Si necesitas ayuda, me dices, no dejes que te tiren la bronca por cosas que son mi responsabilidad — le susurró Evan a Lia tras el beso que él había dado, luego se dispuso a caminar hasta la puerta y salir dejando a ambas mujeres solas.Ella solo le sonrió asintiendo y no borró la sonrisa de su rostro hasta que lo vio salir de la estancia, luego su expresión cambió nuevamente, centrando eso por completo en su supuesta tía.— Podría creer este comportamiento de Charlie, pero no de ti Lia ¿Dime que tienes que decirme al respecto?— ¿Qué tengo que decirte al respecto?— Lia se tensó, sí tenía claro de que debía protegerse y los asesinos de sus padres y bla-bla-bla, pero después de casi doce años no creía que esos hombres la estuvieran buscando, al fin y al cabo ella no sabía nada de ellos ni tenía nada que a ellos pudiera interesarles.Judith no podía creer que Lia le hubiera respondido esa clase de cosa, era como estar frente a una nueva Lia, Algo había cambiado en ella, no solo se veía
— Esta tarde saldré antes de trabajar— explicó Lia mientras terminaba su café observando a Evan.— Debo pasar por XLBeauty para hablar con Marjorie.Ella pudo notar la molestia de Evan en su respuesta, pero aquello le encantaba, cómo le gustaba sentir los celos de él y sobre todo como intentaba disimularlos.No le gustaba que alguien más que no fuera él, hiciera que Lia saliera temprano del trabajo, era algo tóxico, lo sabía, pero no le importaba, le daba absolutamente igual, lo único que deseaba era, por lo que gruñó al escuchar lo que Lia le decía.—Se puede saber ¿para qué es qué vas a ir a hablar con ella?— No lo sé, realmente solo me mandó un mensaje pidiendo que pasará que era algo urgente — explicó Lia algo extrañada y a la vez intrigada por lo que la madrastra de su novio quería contarle.—Ya veo, en pocas palabras me estás informando y al mismo tiempo diciendo que no haga nada para molestar a Marjorie y me quedé tranquilo hasta que regreses.Lia no le respondió, lo que signif
Evan se encontraba molesto, por primera vez no era en la oficina donde deseaba estar, algo raro en un workaholic como él.Llevaba con su portátil encendido en la misma página desde hacía más de media hora. Su secretario lo encontró justo en la posición que lo había dejado al marcharse, jugando con el mismo bolígrafo en su mano, sacando y metiendo la punta del mismo una y otra vez.Se encontraba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que el secretario había dado la vuelta por atrás de su silla, para cerciorarse de lo que estaba leyendo.Evan volvió en sí cuando su secretario se colocó en frente de su escritorio de nuevo y fingió toser.—¿Qué ocurre? No ves que me has desconcentrado— respondió Evan fingiendo que se había molestado a causa de la interrupción.—Ni siquiera lo intente, que he visto que no ha avanzado en la propuesta y tampoco ha firmado los papeles que le coloqué hoy en la mañana.Evan no dijo nada, solo tomó los documentos empezando a firmarlos;
— Lo que no entiendo es porque también tengo que ir yo — protestaba Charlie metido en la parte trasera del coche familiar de sus padres mientras atravesaban las rejas de la gran mansión Anderson.En ese instante, a pesar de ser ya un joven que pasaba los 20, se sentía como un crío obligado a estar en una de esas reuniones sociales que son solo para adultos.— Porque tú formas parte de la familia y Evan nos invitó a todos a conocer a sus padres— dijo Judith mientras su esposo aparcaba.Él iba a responder, pero justo ahí en la puerta estaba Lia junto a Evan y un chico de no más de diez u once años que parecía una pequeña copia del novio de su sobrina, aunque con el cabello más claro.— Seguro que cree que así está más seguro y eso que no tiene ni idea que sois policías encubiertos con licencia para matar— dijo el joven en tono de burla, aunque no bromeaba, más o menos eso eran sus padres.— Ni debe saberlo, para todo el mundo somos relojeros.Judith le dio un codazo a su esposo cuando v