Él viaje hasta la casa de la playa se le hizo demasiado largo, cada vez que giraba el rostro y lo veía sentía más ganas de besarlo nuevamente ¿Cómo podía ser tan perfectamente guapo? Pero no era solo eso, Evan tenía algo que le hacía acudir a él, como las moscas quedan inevitablemente atrapadas en la miel,Él era miel, perfecta, pura. Lleno de energía y de virtudes, y ella una mosca, así se veía a su lado, no entendía cómo él no era capaz de verlo, era demasiado para alguien como ella.—¿Qué es lo que piensas? — le preguntó llegando a la casa y estacionando el auto.Sintiendo cómo ella no le quitaba la mirada de encima.— Creo que eres muy guapo — respondió segura de lo que decía sin entender muy bien que le había llevado a fijarse en ella.—¿Será que le guste, señorita Taylor?— le preguntó volviendo a besarla antes de bajar y abrirle la puerta del auto.Una vez la tuvo de nuevo a su alcance, Evan no pudo quitarle las manos de encima, ella ejercía un magnetismo en el difícil de explic
Evan recorrió con delicadeza y destreza las curvas de Lia, descubriendo con su toque nuevas formas de encender esa piel, de erizarla, pero no solo sus dedos fueron los únicos que encontraron nuevas maneras de hacerla gemir también sus labios, descubrió que a Lia le excitaba mucho que deslizara su barba en sus muslos internos, era pasar el su mentón con su barba a medio crecer, los gemidos que ella le prodigaba era miel para sus oídos, y para su entrepierna que en ese momento se encontraba más que firme y con la punta húmeda, era un gran esfuerzo el que Evan hacía para no buscar enterrarse en el interior de su novia, pero no lo haría hasta que ella misma lo deseara, hasta que ya no pudiera soportar solo encenderse y no lograr apagarse.Alzo su mirada solo para ver en ella el deseo encendido en su mirada un deseo que lo llevó a dirigirse a esos pliegues que no hacían más que iniciarlo cada vez al llevar uno de sus dedos entre ellos y notar lo húmeda que estaba, no solo sus dedos, ansiab
Lia levantó la vista y sus ojos conectaron con los de Evan mientras pasaba la lengua por toda la extensión de su miembro, desde la base hasta la punta, recogió una gota de presemen con la punta de la lengua y cerró los labios sobre su glande para deslizar los lentamente hasta la mitad de su dureza, era incapaz de alojarla toda en su boca.— Si Lia continúa no pares…Ella lo observaba desde abajo, con malicia, arrodillada entre sus piernas, sintiendo el agua húmeda a su alrededor y con su dureza en la mano. Respiró y sopló con suavidad, calentándolo con su aliento de forma superficial, sacó la lengua y lo tocó ligeramente con ella como si probara su sabor.Sonrió con desvergüenza y lamió lentamente toda la envergadura de su miembro, desde la base hasta la punta, de forma lasciva, observándolo todavía desde allí, entre sus piernas, con una perfecta y excitante sumisión que no podía excitar más a Evan.Tiró lentamente hacia abajo con dos dedos, descubriendo el glande, paseando lentamente
Alojó la dureza de su novio entre los senos y los apretó el uno contra el otro para darles la presión que sabía que necesitaba. Sus senos estaban completamente mojados por el agua, así que le era fácil resbalar en cada movimiento.Por suerte, la polla de Evan era grande, así que llegaba sin dificultad a su boca, primero la lamió observándolo con lascivia desde abajo, y luego fue capaz de englobarlo entre sus brazos y deslizar los labios un poco más allá del glande mientras seguía masturbándolo entre sus pechos.Ver cómo sus senos apretaban su dureza hizo que Evan casi se corriera cuál adolescente la realidad era aún mejor que lo que había llegado a imaginar.La tibieza de los senos de Lía era tan jodidamente excitante como cuando lo tomó por primera vez en su boca. Evan estaba loco de placer por lo que para controlarse tuvo que cerrar sus ojos y sujetarse con las dos manos de la orilla del jacuzzi donde estabaEra la primera vez que se sentía completamente dominado por una mujer, es m
— Evan… Evan… Te quiero…Gimió su nombre moviéndose al ritmo que su propio cuerpo le pedía hacerlo como en busca de su propio placer y de darle más placer todavía a él. Alzándose y dejándose caer una y otra vez para sentir como el placer la recorría por completo, como se deshacía en sus brazos con su toque delicado a la vez que rudo.No le importaba nada, solo sentirlo así dentro de ella, volviéndose cada vez más exigente en sus movimientos. En busca de ese placer que empezaba acumularse de nuevo y a tejerse como un inmenso nudo en su bajo vientre.Era la primera vez que Evan estaba más atento al placer de su pareja que al suyo propio. No podía dejar de moverse para darle más placer, descubriendo que le enloquecía que lamiera sus pezones, y después darle pequeñas mordiditas que hacían que sus uñas se enterraran en su piel.Haciendo que sintiera como su polla amenazaba con liberarse cada que sentía esas uñas sobre su piel, él quien siempre había odiado que las mujeres dejarán constanci
—¿Fuiste abusada?— era una pregunta que, al hacerla, llenó a Evan Anderson de coraje, porque aunque sabía que era la primera vez de Lia él, eso no quitaba que hubieran tratado de hacerle daño.—Max es un imbécil, jamás un hombre debe referirse así a una mujer, sea cual sea la situación.Evan acunó el rostro de Lia entre sus manos, atrayéndola para darle un beso tierno, que él extendió un poco más, atrayéndola contra él, no de manera sexual, sino como un refugio, él quería convertirse en el lugar seguro de Eva, ya que había descubierto que ella se había convertido en el suyo en muy poco tiempo, mucho antes de lo que jamás imaginaba que alguien podría hacerlo.Lia no dudó en corresponder el beso, ni siquiera podía plantearse no besar a ese hombre que la había enamorado en tiempo récord, ella jamás se había sentido así por nadie, ni siquiera por Max, de quien creyó estar enamorada en su momento y ahora se daba cuenta de que era algo muy distinto, tal vez amistad, tal vez agradecimiento p
— ¿Hijos?— sin duda ella no pensaba tener hijos de nadie, si esto iba a acabar en tres años.Una cosa era que ella cayera en desgracia por decisión propia y, otra muy distinta, era que hicier a alguien que no había pedido venir a este mundo desgraciado con ella.El padre de Evan se encontraba sujetando un iPad viendo hacia el mar en la sala, esperando que tanto su hijo como su futura nuera salieran pensando en cómo hablar con ellos.El hombre se encontraba apenado, aun así podía verse en su rostro que estaba molesto, sobre todo con su hijo, a quien le tiró el iPad, como si con eso explicará el motivo por el cual se encontraba ahí.—¿Me puedes decir que es esto? ¿Cómo se les ocurrió parar una junta así de importante? Encantado de verte de nuevo Lía.El padre de Evan volteó a ver a Lía, hablando con voz suave y gentil. Lo que le hizo recordar a Evan al vociferador de Harry Potter en la cámara de los secretos haciendo que tuviera que contenerse para no reír.Si esa carta parlante que le
Lia despertaba en una inmensa cama al lado de un hombre al que quería con todo su ser, de un modo en el que no creía posible ser capaz de amar jamás.Él todavía dormía y no le extrañaba, el día anterior fue muy movido para ambos, después de la interrupción de su futuro suegro, reanudaron sus actividades mucho más placenteras pero ya en la cama.Se pegó a él besando su cuello con ternura mientras acariciaba su torso, como podía estar tan bueno ese hombre, habrían roto algún tipo de molde con él, de eso estaba segura porque era extraña y absolutamente hermoso.Y aquello a pesar de gustar ya no podía más que causarle inseguridad como ¿Cuándo se daría cuenta de que ella no estaba a su altura?— Buenos días… Vamos a desayunar, muero de hambre — dijo Lia con voz muy suave para no despertarlo de golpe y es que no recordaba haber comido nada al día anterior, tan solo su desayuno, habían estado tan inmersos el uno en el otro que hasta se olvidaron de comer.Evan no pudo más que estar feliz de