Alanna.Desperté con un horrible dolor de cabeza y me di cuenta que estaba en un lugar completamente oscuro. No podía ver nada, excepto una pequeña luz que atravesaba la madera.Intenté moverme, pero unas cadenas sonaron cuando lo hice. Mi corazón se quiso salir de mi pecho al notar que estaba encadenada tanto en mis manos, como en mis piernas.Mis muñecas estaban siendo apretadas por el metal, cosa que empezó a picarme por el dolor.—Carajo...Lo último que recordaba era que Kayn había invadido a los SilverMoon y me ahogaron con un trapo que olía extraño. Luego me desmayé y terminé en ese lugar apestoso.—¡Ayuda! —grité, con esperanzas de ser escuchada.Pasaron varios minutos y nadie venía en mi rescate. Yo estaba cagada de miedo porque no podía moverme mucho o me lastimaba mis extremidades.Un estruendoso ruido invadió mis oídos y me hizo taparlos, la puerta frente a mí se abrió y por arte de magia las luces se encendieron. Era de día, pues el sol me llegó a los ojos.Él estaba de p
Alanna.Al final no pude escapar y tuve que esperar la llegada de la noche. No comí nada desde que Kayn me secuestró, y mi cuerpo entero ya estaba presentando debilidad por la misma razón.Tomar una siesta no era una posibilidad.Lo único que me alumbraba era un pequeño foco encima de mí, en el techo de esa celda. Mis muñecas y tobillos dolían a más no poder, y por mucho que intentara transformarme en ese estado, no lo conseguía.¿Cómo existía ese tipo de magia? ¿Era Kayn el que la tenía o se trataba de alguien más?Tal vez la manada usaba esa celda desde mucho antes de su llegada.—¡Alanna! Ya estoy aquí —Su voz me estremeció.Las llaves resonaron y abrieron la puerta, dejándome con una agria sensación en el estómago. Era repugnante saber que ese hombre planeaba abusar de mí.Me abracé a mí misma por el asco que sentía con solo verlo. Su torso estaba completamente desnudo y bien marcado, pero yo jamás lo vería con deseo. Solo tenía puesto el pantalón.—¿Me esperabas con ansias? Porqu
Dorian.Haber llegado a tiempo me generó un enorme alivio. Sabía que Alanna se convertiría en mi luna si pasábamos tiempo juntos... Yo me había enamorado de ella en serio, y ahora mucho más que la diosa nos emparejó.Sofía y Jhon hicieron una buena distracción a lo lejos, por eso llegué sin problemas a la ubicación de Alanna.—¿En serio creen que pueden matarme? —cuestionó la voz de Kayn, acercándose—. Soy mucho más fuerte que la última vez, hermano.—Te gané una vez, puedo hacerlo una segunda —sentencié, levantándome y dejando a Alanna detrás de mí para que no corriera peligro.Kayn atravesó el hueco en la pared que él mismo hizo. Sonrió con malicia y llevó la yema de su dedo a su boca para secar la sangre que había salido.—Me encanta tu determinación, hermanito. ¿Por qué no dejas de robarme lo que es mío? —masculló, inclinando ambas cejas.Siempre decía eso.¿En qué momento empezó a sentir tanto odio hacia mí?Una oleada de recuerdos del pasado me invadió, buscando ese momento dond
Alanna.Dorian y Kayn estaban peleando a muerte, porque mi corazón me lo decía. Sentía esa sensación de peligro por la posibilidad de perder a mi mate.Los demás miembros de la manada solo intervinieron para ayudar a su alfa. ¿Por qué no simplemente dejaban que sucediera lo peor? ¿Estaban satisfechos con tener a Kayn en el poder?—¡Deténganse! —Tuve que colocarme en medio de la batalla, frenando a los demás lobos—. ¿Les lavó el cerebro o qué? ¿No están viendo que su pueblo está aterrado? —cuestioné.Todos giraron al ver a los que se ocultaban dentro de las viviendas, que cerraron las ventanas de inmediato al escucharme. La mayoría eran mujeres y niños, siendo presas del miedo.—¡Alanna! ¡No te expongas así! —exclamó Dorian, su voz salió muy grave por su forma.—¡Dorian tiene razón, Alanna! —Kayn rio con cinismo—. ¡Mátenla!Él contuvo a Dorian para que no pudiera ayudarme. Unos cinco lobos aproximadamente se dirigieron en mi dirección, no me quedó de otra más que transformarme porque e
Alanna.—¡Alanna, no! —gritó Sofía, pero era muy tarde porque ya yo me había soltado de su agarre.Una energía nueva y cosquillosa empezó a recorrer mis venas cuando corrí en dirección a Kayn con toda la intención de acabar con él.Mi cuerpo crujió como nunca antes y mis piernas se alargaron, no me asusté porque estaba decidida en cumplir con mi objetivo.Mis brazos también se estiraron a tal punto de poder tocar mis rodillas, pero el vello brotó por todo mi cuerpo. Yo seguía parada como una humana, y es cuando me pude dar cuenta de que había conseguido la transformación media...Era casi imposible que ocurriera en las mujeres. Los que solían tenerla eran los alfas, o personas bastante poderosas en la manada, pero rara vez se presentaba en mujeres.—¿C-cómo? —titubeó Kayn, confundido al verme.—¿Qué ocurre? ¿Te has cagado por verme echa una furia? —cuestioné, en tono burlón.Mi voz salió más áspera, ya que mi propio cuello y rostro se modificó. Ni mi madre logró conseguir esta forma,
Alanna.Estaba en la cabaña de Sofía luego de haber visitado a Dorian. Habían pasado varios días y estaba mejorando bastante rápido, incluso su madre se sorprendió.La ubicación de los SilverMoon había sido cambiada, me preguntaba por qué no se les ocurrió eso antes si sabían que Kayn podía regresar.Sofía no estaba, ya que fue a su trabajo matutino. Yo le hice una llamada a papá, ya que necesitaba oír su voz y consejos.—¿Alanna? ¿Cómo estás?—Oh, papá... No sabes por todo lo que he tenido que pasar —Me lamenté, sentándome en la orilla de la cama.—Cuéntame, soy todo oídos.—Veo que cumpliste con tu promesa de no revisar mi cabeza —reí, agradecida.—Respetaré tu privacidad, hija.—Apareció mi mate —le dije—. ¿Recuerdas ese chico que viste en mi cabeza? Pues, resultó ser él y me siento bastante feliz por eso.—¡Es estupendo! Me alegra tanto que no hayas querido regresar con ese tal Kayn, me daba mala espina por los rumores —Su tono se elevó de emoción.—De hecho... Hace poco Kayn me s
Alanna.Estaba en la habitación de Dorian, acostada y sin una prenda que cubriera mis partes más íntimas.Todavía me daba vergüenza que él me viera de esa forma, ya que no apartaba sus ojos y me analizaba como si yo fuera una escultura.Se acomodó y puso mis piernas en cada extremo para que quedaran abiertas ante él. Yo no podía hablar por la tembladera en mis labios.—Probemos algo nuevo... —avisó, mirando mi entrepierna.—¿Q-qué vas a hacer?Recordar el sueño que tuve solo alteraba más los latidos de mi corazón. ¿Sería igual de excitante en la vida real? ¿Cómo se sentiría su lengua ahí abajo?No pude seguir pensando. Dorian puso su lengua encima de mis labios vaginales, provocando una sensación electrizante que me hizo estremecer.—¡D-Dorian! —chillé, colocando mis manos sobre su cabello.No sabía qué hacer, solo quería abrirme lo más que pudiera ante él. Ese calor que emanaba de su boca, junto a la saliva que usaba para humedecerme, me estaba volviendo loca.Mis ojos se iban hacia
Alanna.—Y por eso necesito ir a mi hogar... —dije, mordiéndome el labio inferior.Le estaba contando a Dorian sobre la última llamada de mi padre. Necesitaba decirle que él ya sabía sobre todo, porque tenía el poder de la telepatía y se metió en mi cabeza sin permiso.—¿Dices que tu padre puede leer mentes? —cuestionó, un poco consternado.Ambos estábamos sentados en una banca que quedaba en la mini plaza de su pueblo, donde los niños corrían de un lado a otro con inocencia.El viento sopló y movió su cabello.—Te juro que no fue mi intención, pero él prometió no volver a leer mi mente —Me sentí fatal.Me regaló una sonrisa.—Alanna, no estoy enojado porque tu padre sepa sobre nuestro secreto, si dices que no se lo dirá a nadie, confiaré en tu palabra y en la suya —Su voz me dio la paz que necesitaba—. Después de todo, él una vez salvó al mundo entero, ¿no? Es obvio que no querrá destruirlo.—No sabes lo aliviada que me siento.Mis manos estaban entrelazadas con las suyas. Por lo men