Laia.Los días pasaban a toda velocidad, faltaba menos de un mes para la boda y Caleb casi no tenía tiempo libre por andar planeando todo.Quería darme la sorpresa, así que no dejaba que me metiera en ese asunto. Dejé reposar mi mentón sobre mi puño, apoyando el brazo encima de la mesa.Estaba esperando a Zoé en el patio de la mansión.Aunque... No esperaba que viniera con Ashton.—Laia, espero no te moleste. Él quiso venir —Lo señaló, apenada.—¿Q-qué? Pero si tú... —Ella no lo dejó terminar y llevó su dedo a su boca.—Ashton, no he pedido tu opinión. Ahora, siéntate —ordenó.La pelinegra se sentó frente a mí y yo tenía los ojos abiertos. ¿Acaso lo estaba manipulando? Pobre alma la de Ashton, no le quedó de otra más que bajar la cabeza con timidez.—Quería contarte algo muy privado, Zoé... No creo que sea buena idea que Ashton esté presente —dije, mordiéndome el labio—. Sin ofender, Ashton. Me caes bien y todo.—Oh, no te preocupes por eso —Él sacudió sus manos—. Llevo rato intentand
Caleb.Tenía que admitir que planear una ceremonia de bodas era complicado, por muy pequeña que fuera. Encargué las mejores flores para decorar el bosque, porque sí, sería en medio del bosque, en un campo abierto que quedaba cerca de la mansión.En ese lugar me gustaba mucho pasear con Kate cuando estaba más joven.—Nunca imaginé que estaría ayudándolo en esto —resopló Xavier.Él estaba tejiendo, quería que la decoración fuera digna para Laia, que combinara con su belleza. Ambos estábamos en mi oficina y yo no paraba de teclear en el computador.—Falta menos de un mes, así que me tiene nervioso —confesé, soltando un suspiro—. ¿No has pensado en seguir mi consejo de buscar pareja?—En primer lugar, usted cambió muchísimo. Hace un año no me imaginaba viéndolo casado —alegó, alzando una ceja—. Y actualmente estoy bien solo.—Basta, Xavier, no me traigas malos recuerdos —Sacudí mi mano en negación—. Lo importante es que ahora me considero un hombre feliz.Lo miré con aires de grandeza, po
Laia.Mi vestido blanco de novia había sido diseñado por el mejor costurero, según Caleb. Era de mangas largas y pegado a mi cuerpo, resaltando mis caderas.Lo único que me incomodaba un poco era que ya se me empezaba a notar la panza, menos mal que no atrasó por más tiempo la boda.—¿Estás lista? Porque yo te llevaré al altar —preguntó Zoé, orgullosa de sí misma.Me reí.Ella llevaba el cabello atado en una cebolla y un vestido rosa pastel. Fue un proceso hacer que quisiera usarlo, ya que ella no era fan de los vestidos porque decía que eran muy femeninos. Solo los usaba cuando yo se lo pedía.—Estoy más que lista —afirmé, agarrándome de su brazo.Era mi gran día, en donde uniría mi vida con la de Caleb de manera oficial. Los miembros de las manadas serían testigos, y la misma luna.—No pensé que llegaría a ver este día. Cuando te conocí, creí que estarías soltera para siempre por como me hablabas de Caleb —confesó.Ambas salimos de la habitación porque todavía teníamos que caminar u
Laia.Caleb me había cubierto los ojos y no sabía por dónde estaba caminando. Solo sentía la brisa golpear mi rostro y un olor a agua salada llenó mis fosas nasales.—Sorpresa —dijo.Abrí los ojos con asombro.—Me sigo preguntando, ¿cómo carajos llegamos a Hawái? —cuestioné, frunciendo el ceño.—Estuviste durmiendo durante todo el trayecto, así que no te diste cuenta. Fue fácil —explicó.Estábamos en un espacio abierto frente al hotel en donde nos hospedamos. La vista hacia el horizonte era agradable.—No dejas de sorprenderme, Caleb. ¿Eso de ahí es donde harán el luau? —señalé el lugar.—Así es, llegamos justo a tiempo para el show —respondió, tomando mi mano.Ambos llegamos al luau justo cuando el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados. La música hawaiana resonaba en el aire, acompañada por el suave murmullo de las olas rompiendo en la orilla cercana.Yo iba con un vestido azul de lino que se movía con la brisa, presioné la mano de Caleb mientras nos a
*Unos meses después* Laia. —Es un saludable niño —comentó Eliezer, con mi pequeño en sus brazos. Él y los sanadores me habían ayudado a dar a luz de forma natural porque no me daba tiempo de llegar al hospital, ya que el más cercano estaba a más de una hora de la mansión. El sudor empapaba cada zona de mi cuerpo, estaba exhausta y con mucho cansancio por el parto. Fue el dolor más desgarrador que había experimentado en mi corta vida, pero valió la pena luego de ver a ese pequeño bebé. —Es mi hijo, ¿no? —cuestionó Caleb. Él estuvo todo el tiempo a mi lado, tomando mi mano como símbolo de apoyo. Inhalé hondo, la garganta me ardía un montón, pero todo mi mundo volvió a la normalidad cuando Eliezer lo colocó en mis brazos. —Es diminuto, no puedo creerlo —sonreí, acariciándolo. Estaba un poco moradito, aunque ya los sanadores lo habían limpiado un poco con toda la sangre que salió. Le habían puesto una ropita que le quedaba adorable. Parecía un muñequito. —¡¿Ya podemos entrar?! —L
Zoé.Por fin había llegado mi cumpleaños número dieciocho... Y él me dejó una carta en la puerta de mi habitación. Inflé mis mejillas, no podía creer que se hiciera el misterioso ese día, si ya teníamos bastante confianza por nuestra amistad.Laia y Caleb estaban preparando una especie de fiesta para celebrar mi mayoría de edad, aunque yo les había dicho que no hacía falta, ellos insistieron. Me dispuse a leer la nota. «Te espero en el lugar donde Laia y Caleb se casaron, tengo una sorpresa para ti»—¿Quién te crees? —bufé.Arrugué el papel y lo tiré. Terminé de arreglarme con la ropa que usaba de costumbre, una camisa holgada y unos jeans pegados a mis piernas.Ashton se había vuelto un gran amigo para mí, pero a veces hacía cosas que alteraban los latidos de mi corazón, por ejemplo: esa nota. Nuestro vínculo estaba claro, era lo que más me ponía nerviosa. ¿Qué planeaba ese tonto? Salí de la mansión para ir a donde me pidió, en el camino me encontré con Laia, quien estaba arregla
*Cinco años después* Una mujer con poderes de loba se encontraba preparando todo para la fiesta de cumpleaños número cinco de su pequeño. La rubia de ojos miel estaba más que contenta porque los últimos años habían estado llenos de felicidad, estrés, y sobre todo, mucho amor por parte de su pequeña familia. —Laia, ¿por qué no dejas que las sirvientas se encarguen de todo? —cuestionó el alfa de la manada, tomándola de la cintura. —¿Dónde dejaste a Alanna? —reprochó la mujer—. Creí haberte dicho que la cuidaras mientras yo me ocupaba. —Está con Zoé y Ashton, le gusta pasar tiempo con ellos y hasta suele decirle tíos, ¿sabías? —respondió el castaño, soltando un suspiro. —Y eso que solo tiene dos años —dijo Laia, risueña—. Bien, ¿por qué no buscas a Bryan? Necesito oír su opinión acerca del pastel. ¿Crees que se ve bien? El hombre a su lado detalló la decoración que le puso su esposa al pastel de su hijo. Lo consideraba infantil, pues se trataba de una caricatura de lobos parlantes
Sinopsis: Alanna ShadowMoon siempre supo que su destino estaba marcado, siendo hija de un alfa formidable y una madre que en su juventud fue la loba suprema. Sin embargo, cuando su poder de loba despertó, descubrió que su mate era Kayn, el alfa más frío y despiadado de todos. Kayn no dudó en rechazarla públicamente, destrozando su corazón de una forma cruel e implacable.El dolor de Alanna se intensificó con el recuerdo del momento en que un ente maligno secuestró a su hermano Bryan cuando ella no tenía poderes, no pudo hacer nada para salvarlo. Desesperada por el rechazo de su mate y la presión de rescatar a Bryan al ver que la depresión en su madre no mejoraba, Alanna se embarca en una peligrosa misión a través de los oscuros y misteriosos rincones del bosque.En su travesía, conoce a Dorian, un alfa sabio y comprensivo de una manada desconocida y oculta. Dorian está en busca de los secretos del Corazón de la Tierra, un poderoso artefacto que podría estar vinculado al secuestro de B