Capítulo 18

NICOLLE.

Desperté sola en la gran cama del dormitorio. Me senté, apretando las sábanas a mí para cubrir mi pecho desnudo, no veía a Jesús por ningún lado

— ¿Mon coeur? —la puerta de la habitación se abrió y lo vi entrar con una bandeja de desayuno. — ¿Y eso?

—Eres Mon Amour, deseo consentirte —. Él puso la bandeja sobre mis piernas. Acarició mi mejilla con dulzura —Eres preciosa.

— ¿La mujer más hermosa de todo el mundo?—pregunté riéndome.

—Sí, la mujer más bella de este mundo y ciento celos de cualquiera que ose mirarte. Porque tú eres mía, solo mía Mon Amour. —sonreí y lo besé. Rocé mi nariz con la suya y lo miré a los ojos.

—Te amo Jesús.

—Y yo a ti.

—Ves que no era una penitencia decirlo Mon coeur. —bromee con él.

—Sí y planeo decírtelo muchas veces de ahora en adelante —. Dijo con una sonrisa

Al paso de las semanas los mareos eran cada vez más frecuentes, a veces venían ligeros arranques de apetito y otras veces no deseaba comer absolutamente nada, todo me hacía sentir asc
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