El sonido de las botas de Gwen resonaba en el suelo metálico de la sala de entrenamiento del subsuelo de Miss Centella, su tutora legal. Era tarde, demasiado tarde, pero Gwen no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, la imagen del atentado al GMA volvía a su mente como un eco perpetuo.
Las explosiones, los gritos… el rostro de su tía desapareciendo entre el fuego y el caos. Su respiración se agitó mientras apretaba los puños, tratando de calmar el vórtice de emociones que la consumía.
Frente a ella, una serie de dianas metálicas se alzaban, esperando recibir el impacto de su Succinetismo. Con un movimiento rápido, Gwen extendió la mano y lanzó una ráfaga de energía. Los metales respondieron al instante, girando en el aire antes de impactar con fuerza contra los blancos.
Cada golpe acertado llenaba la sala de ruido, pero el vacío dentro de Gwen sólo crecía. El poder era impresionante, pero no suficiente. Nunca lo era.
<Gwen caminaba con pasos decididos por las calles de Pueblo Plasmar, el aire fresco de la noche rozando su rostro. Tras resolver el problema con Teo, su mente volvía a centrarse en Dodge, el último enemigo pendiente en su lista.Era una deuda personal que pesaba en el fondo de su mente. Dodge era un fantasma que siempre parecía estar un paso adelante, escapando de su alcance. Aunque la Agrupación Plasma ya no la presionaba para capturarlo, Gwen sabía que debía enfrentarlo tarde o temprano."Si es que alguna vez llega ese día".Sin embargo, decidió que ese día sería hoy.* * *Mientras buscaba pistas sobre el paradero de Dodge, algo inusual llamó su atención. Un extraño silencio envolvía el pueblo. Las calles, normalmente llenas de murmullos y actividad, parecían estar sumidas en un vacío inquietan
La Muerte Inesperada.Poco después, Gwen fue sorprendida por un nuevo ataque. Dos mercenarios armados con Armas de Municiones aparecieron de la nada, disparando los proyectiles de metal. Recordando las enseñanzas de Rawdon, Gwen activó su Barrera Succinética.El escudo brilló con su correspondiente fuerza azulada, desviando las municiones, pero algo salió mal. Uno de los proyectiles rebotó con su energía, cambiando de dirección y alcanzando mortalmente a uno de los atacantes.El otro huyó, dejando a Gwen sola frente al cuerpo inerte.Conmocionada, Gwen se enfrentó a las consecuencias emocionales de esta muerte inesperada. El silencio volvió a rodearla, pero esta vez era abrumador. Gwen bajó las manos lentamente, su respiración acelerada.—No puede ser… —murmuró, avanzando hacia el cuerpo.El hombre yacía sin vida, su energía drenada. La muerte inesperada de un civil Plasmático, aunque un del
En la tarde del viernes 14 de julio, Gwen repasaba informes sobre las capacidades de los Plasmáticos en busca de respuestas. Su mirada vagaba por los textos, pero su mente estaba en otra parte. Desde la muerte reciente de un Plasmático, un miedo oscuro había comenzado a arraigarse en su interior. La supuesta invulnerabilidad de los Plasmáticos ya no era un hecho absoluto. Incluso ella, con sus habilidades híbridas, sentía esa amenaza.Sus dedos tamborileaban contra la mesa mientras su mente se llenaba de preguntas. Su investigación había revelado que su habilidad iba más allá de la simple absorción de Energía Dióxida. Su cuerpo respondía instintivamente a las amenazas, como las Municiones de Metal, otorgándole una defensa superior. Sin embargo, las consecuencias eran inquietantes.Su Absorción Automatizada, un don que le otorgaba una defensa superior, ¿podría haber contribuido a la fatiga y vulnerabilidad de los Plasmáticos? Las palabras de Mactodo resonaron en su memoria: "Todo poder
Cada rumor sobre el misterioso individuo que había filtrado información confidencial tenía sentido ahora: las filtraciones de información confidencial, las transmisiones que desafiaban a la Mandataria. Todo apuntaba a Sunday, su hermano menor, el genio que siempre estaba un paso adelante.El orgullo y la preocupación se mezclaron en el pecho de Gwen.—¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto? —preguntó, aún procesando la información.—Desde que descubrí cómo manipular las frecuencias de la Mandataria —admitió Sunday, sin rastro de arrepentimiento.La revelación la dejó boquiabierta, «Sunday "había estado trabajando encubierto en la Transmisora Local todo este tiempo"». Esto aclaró muchas dudas que Gwen había tenido sobre cómo su identidad Sanguínea no había
Sábado por la noche. El frío cortaba el aire mientras Gwen corría por las calles casi desiertas de Pueblo Plasmar. Los destellos intermitentes de las Antenas Parabólicas iluminaban el cielo oscuro, reflejando el caos de su mente.Había pasado horas debatiéndose sobre qué hacer con respecto a Sunday. La idea de que él, su hermano menor, estuviera enfrentándose solo a la Transmisora Local la llenaba de ansiedad. Había intentado buscar a Diego para que lo acompañara o, al menos, para convencerlo de detenerse, pero no logró encontrarlo.—Tal vez Mactodo sepa cómo ayudarlo… —pensó, pese a la advertencia de su hermano.Había sido una semana dificil en la que los Plasmáticos parecían recluirse en sus hogares. Pero presentarse ante la Agrupación Plasma sin ningún logro tangible, especialmente después de una semana en la que no había capturado a ningún delincuente, no parecía una opción viable.«Tengo que actuar. No puedo quedarme de brazos cruzados».El día estaba acabando y debía apresurarse
La noche era fría y silenciosa. Gwen trotaba con rapidez por las calles vacías de Pueblo Plasmar, el trozo de hielo de Dodge colgando entre sus dedos, reflejando la tenue luz de las Antenas Parabólicas.Mientras avanzaba, Gwen observó a los habitantes del pueblo. Estaban apagados, sus rostros reflejaban agotamiento y angustia. Eran un espejo de lo que ella misma sentía. A cada paso, sentía un peso mayor sobre sus hombros, no solo por el día que había tenido, sino también por el miedo constante que la consumía: la Escasez de Energía Plasma.Aunque había dominado el Succinetismo y aprendido a defenderse de las balas, sentía que todo su progreso estaba en peligro. Se sentía abrumada por la dependencia de la Energía Plasma y el temor constante a perder sus Habilidades Plasmáticas.«Si la Escasez sigue avanzando, ¿qué me queda?».Este miedo, sumado a la imagen de los habitantes del pueblo, la hacía reflexionar. Temía morir como aquellos Plasmáticos que había visto caer, aunque todos ellos
En la sala de reuniones de la Agrupación Plasma, la atmósfera era tensa. Las luces frías iluminaban los rostros de los líderes presentes, reflejando la preocupación y el peso de la Escasez Plasma. Los murmullos crecían, algunos miembros proponían medidas drásticas, mientras otros confiaban ciegamente en que Mactodo tenía un plan. A pesar de la Biología Plasmática que compartían, cada miembro tenía una perspectiva única.Gwen observaba desde la entrada, sintiendo cómo el ambiente la envolvía en una opresión sofocante, ella percibió la complejidad de la situación y el peso de la responsabilidad compartida. Las palabras "propósito mayor" flotaban en el aire, pero lo único que Gwen podía escuchar era el eco de su propia respiración, rápida y ansiosa.Cuando Mactodo entró en la sala, el bullicio cesó. Su presencia, serena pero imponente, era suficiente para silenciar incluso a los más escépticos.—Es hora de abordar lo que realmente importa —dijo, su voz cortando el silencio como una hoja
El eco de las palabras de Mactodo y el miedo a perder a su hermano perforaban la conciencia de Gwen. Todo lo que había creído, todo lo que había luchado por construir, ahora estaba teñido de manipulación y traición.«No soy un títere», se repetía, pero las grietas en su confianza amenazaban con derrumbar sus convicciones.Mactodo, como siempre, sabía dónde atacar. Sabía cómo explotar las inseguridades de Gwen, haciéndola dudar de sus decisiones. Cada palabra suya era un veneno cuidadosamente administrado para quebrarla.—¿Te has olvidado de todo lo que has logrado gracias a nosotros? —le había dicho, con una voz gélida que no dejaba espacio para objeciones—. Tienes poder, respeto. Sin nosotros, ¿qué serías?Gwen titubeó, sus pensamientos se nublaron por la confusión.«Nada», se respondió en silencio.Pero entonces, el recuerdo de todas las verdades que había descubierto regresó, quemando su inseguridad. La Agrupación Plasma la había utilizado desde el principio. Su poder, su lugar en e