Capítulo 365
Andrés la miró con ojos profundos, su mirada era impenetrable.

Por alguna razón, a pesar de pasar tanto tiempo juntos, Isabel siempre sentía una sensación de pérdida con él.

Incluso estando juntos, parecía que nunca había llegado realmente a conocerlo.

Aparte de tomarse de la mano, ni siquiera habían tenido besos.

Isabel a menudo se preguntaba si tal vez estaba siendo demasiado apresurada.

Andrés siempre la veía como una hermana.

Andrés fue a la recepción a pagar la cuenta y salió.

Esta vez no regresaron al distrito de Huatecán, sino que se fueron directo a la mansión de los García.

Isabel se sentó allí, mirando la imponente mansión.

—¿ Andrés ya nos vamos a casa?

Desde que Isabel regresó del extranjero, nunca le había gustado ni un poco ese lugar, y menos aún la mirada de Miguel hacia ella.

—¿No te gusta aquí?

—Sí, sí. Me gusta.

Pero la expresión de Isabel le pareció a Andrés como si hubiera algo difícil en ella de expresar.

—¿Algo pasa? Puedes decírmelo.

La mirada de Andrés casi la
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