Capítulo 283
Este beso, para Andrés fue como tomar veneno, una vez adicto, no puede controlarse.

Después de ocho años de matrimonio, Luna ya estaba totalmente acostumbrada a su rudeza, aunque hicieran las cosas más íntimas, nunca había preámbulos, de nada él solo disfrutaba del momento más vehemente.

Cuanto más ella gritaba de dolor, él más disfrutaba.

Una vez que no pudo controlarse, Andrés abrió la puerta del copiloto y la empujó con brusquedad hacia el asiento.

—¡No puedes hacerlo aquí! Pronto habrá alguien que vendrá.

—¡Entonces venga, hagámoslo rápido!

—¡Estás loco, seguro que estás loco! —Ella no quería pasar por esto otra vez, tenía miedo y quería escapar por otra puerta.

El hombre se sentó en el asiento del copiloto, cerró la puerta del auto y extendió sus largos y amplios brazos, rápidamente la atrajo hacia él.

El garaje estaba lleno de coches, si alguien viniera, los verían.

Luna estaba tan desesperada que estaba a punto de sollozar.

—¡Volvamos, volvamos, por favor, no hagamos esto aquí
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