De repente, el teléfono de Andrés sonó inexplicablemente. Pero cuando sacó su celular del bolsillo, la llamada fue cortada abruptamente. Frunció los ojos y lo abrió para revisar la llamada perdida. Pero, cuando vio el nombre, su mirada profunda se oscureció aún más.En la comisaría.Luna colgó la llamada que hizo la policía, sin saber que Andrés había recibido ya la notificación.—Señor, esto debe ser solo una broma de mi compañero de clase. Mire, estoy perfectamente bien, ¿verdad? Es tarde y no quiero molestar a mi familia con este asunto —dijo Luna.—¿Una broma? ¡Nadie bromea lastimando a otros con un cuchillo! — reprochó el policía al ver la herida en su brazo —. Si no fuera por un transeúnte que pasaba por allí, ¡ahora estarías en el hospital! Esto no es algo insignificante, tengo que informar de inmediato a tus familiares. ¡Y ustedes! No crean que están a salvo. ¡Apenas salieron de aquí hace unos días y ya están de regreso en la comisaría!Varios adolescentes se pararon en un rinc
Carlota le contó detenidamente todo el proceso de aquella noche y, Luna por fin entendió que, la persona que la rescató del río no fue Andrés, sino que fue Sergio…Luna sabía muy bien que Sergio la odiaba demasiado. Había recibido tantas intimidaciones en la preparatoria, además debido a que Sergio fue la persona que había dado un mal ejemplo a sus compañeros. Si no fuera por esas intimidaciones, no se le hubiera ocurrido la idea de cambiar de clase.Pero, si todo lo que Carlota había dicho fue la verdad, podía entender por qué Sergio le había dicho esas palabras extrañas…Después de terminar sus palabras, Carlota se fue con su compañero. En la comisaría solo se quedaron Luna y Manuel.En ese momento, una policía salió de la sala de interrogatorios y le pidió a Luna que ingresara.Esposado, Manuel se sentó frente a ella. La policía le preguntó muy seriamente:—Explícanos, ¿por qué lastimaste a los demás con un cuchillo?—Es… ¡es toda su culpa! —exclamó Manuel emocionadamente trastornad
—De acuerdo, voy enseguida —dijo Emma.Mientras caminaba, murmuraba muy preocupada:—¿Qué le sucede a ella de nuevo? Ha estado bastante extraña desde anoche y hoy está enferma. Por Dios, espero que no le haya ocurrido nada grave…Cuando levantó la cabeza, la figura que apareció frente a ella la sobresaltó por completo. Exclamó:—Dios mío, señor Andrés, ¿ha venido a visitar a Luna? Está bastante enferma y voy a buscarle algunas bolsas de agua caliente.—¿Anoche fuiste a la comisaría? —preguntó Andrés en un tono frío y serio.Emma afirmó. Andrés le había parecido muy aterrador, así que no se atrevía a ocultarle nada y le contó todo lo ocurrido la noche anterior. —A las once de la noche, Luna me llamó para que fuera a recogerla en la comisaría, pero no me dijo que había sucedido. Cuando llegué, ella tenía una herida en el brazo. Al llegar a casa, el señor la reprendió seriamente. Después de eso, subió las escaleras y regresó a su habitación. Hoy por la mañana, me preocupé demasiado por e
Cuando Luna despertó, ya había llegado el fin de semana. Se sentía como si hubiera experimentado una total catástrofe, con su pijama empapada de sudor y su cuerpo ardiendo como una hoguera.Emma entró a su habitación para servirle un tazón de sopa. Aun respirando con dificultad, porque a su edad, subir al quinto piso no era una tarea nada fácil. Vio que Luna había despertado y estaba sentada en la cama, sumida en sus pensamientos con la mirada perdida. Ni siquiera se dio cuenta de la presencia de Emma. Solo se volteó cuando escuchó su amable voz.—Luna, has dormido durante un día y una noche. Ven a comer algo —dijo Emma.Luna la miró con los ojos húmedos y preguntó:—¿Qué le dijeron a mi padre cuando los policías vinieron ayer?—La verdad tampoco no lo entendí muy bien… Pero dijeron que ellos le darían una respuesta satisfactoria en este asunto. El señor no dejaría al asesino que se saliera con la suya.Luna apartó la mirada y observó las vendas en su espalda. Ya podía imaginar fácilme
En realidad, Luna preferiría vivir en el dormitorio de la preparatoria. Sin embargo, esta cerraría la próxima semana debido a las vacaciones de navidad, y pronto llegaría el año nuevo.Al llegar al Distrito de Huatecán, Luna vio a Liora e Isabel esperándola allí. Cuando el coche se detuvo, Liora se acercó rápidamente y abrió la puerta de la parte trasera. Al verla, Liora sostuvo suavemente su brazo herido preocupada y dijo con gran tristeza: —Déjame ver, pobrecita, ¿por qué te lastimaste otra vez?—Estoy muy bien, Liora. No te preocupes. Es solo un rasguño y me recuperaré en unos cuantos días —reconfortó Luna.Isabel también se acercó y dijo:—Luna, hemos limpiado muy bien la habitación, pero probablemente tendrás que compartirla conmigo... No sé si te gustarán las decoraciones que hemos preparado …Ella tomó cariñosamente la muñeca de Luna.—Está bien —respondió Luna tranquilamente.Desde muy pequeña, siempre había vivido sola en su propia habitación y en realidad, no se acostumbrada
Al ver que ambas estaban estudiando con tanta dedicación y esfuerzo, Liora decidió salir para no molestarlas.A las seis y media, Isabel dejó su lápiz y cerró su libro. Preguntó:—Luna, ¿sientes mucha presión por parte de tu tío Miguel? Dadas las circunstancias de tu familia, no necesitas estudiar tan intensamente …Luna fue interrumpida y también dejó de escribir. Respondió:—No es el problema de mi padre. Es solo que... quiero esforzarme un poco más.En realidad, no se atrevía a detenerse. No quería ser como en su vida anterior, obteniendo un título gracias al dinero de su familia, sin tener los suficientes conocimientos por sí misma. Quería convertirse en alguien muy importante como María, alguien que no dependiera de nadie. Incluso si dejara la familia García, podría valerse por sí misma con sus propias habilidades.—Ya veo. Tienes razón, pero en tu clase hay mucha presión académica. No te agotes demasiado. Yo saldré a comer primero, no sigas estudiando hasta tarde —dijo Isabel.Lu
Andrés respondió:—Estoy bien.Isabel se quejó un poco:—No bebas tanto la próxima vez, sabes que te cae muy mal para el estómago.Liora le trajo la medicina y le sirvió una sopa de fideos a Andrés, mientras le decía a Isabel:—Isabel, ayúdalo a tomar la medicina.Luna podía escuchar la conversación desde afuera de la habitación, pero no quería prestarle mucha atención. Se puso los auriculares y comenzó a escuchar música muy relajante, mientras repasaba tranquilamente el vocabulario en inglés.Así, continuó hasta las nueve y media de la noche. Isabel regresó muy exhausta a su habitación y vio que el celular estaba vibrando en la mesita de noche. Le recordó a Luna:—Luna, tu móvil está vibrando.Luna no le respondió. Isabel se acercó y miró el número de teléfono. Era una serie de números con varios “8”. Entrecerró rápidamente los ojos y desenchufó el cargador y colocó el celular frente a Luna.Luna se dio cuenta de que se había quitado los auriculares. Isabel le recordó nuevamente:—Tie
Sin embargo, se sentó directamente junto a la puerta con los auriculares puestos, como si no la hubiera visto. Con las piernas cruzadas, estaba chateando en el celular con alguien.Luna recordó en ese instante, las palabras que Carlota le había dicho aquel día. Todavía no podía creer que la persona dispuesta a arriesgar su vida para salvarla fuera Sergio…Aquel día, estaba lloviendo torrencialmente y el mar estaba bastante agitando. Ella había saltado al agua y ya había perdido el conocimiento. Solo pudo ver un rostro algo borroso y pensó que esa persona era Andrés, porque su vida aún era útil para él. Por lo tanto, entre tantas personas que conocía, él era la única persona que podría salvarla. Después de todo, nadie estaría dispuesto a arriesgar su vida por alguien que no fuera importante…Pero, si ella realmente muriera, Andrés no podría darle una explicación a Miguel.Entre el distrito y la preparatoria solo había una distancia pequeña de cuatro paradas. En este proceso, el autobús