Luna tomó de inmediato el plato de uvas y se le acercó a la persona que había hablado. Todos los presentes la miraban con gran sorpresa, pero ella actuaba como si no se diera cuenta. Colocó el plato sobre la mesa frente a ellos y les dijo con una voz muy suave:—Por casualidad estoy a dieta y no puedo terminar con tantas uvas. Considérenlas un obsequio de su parte.La joven elegantemente vestida que había hecho el comentario anterior se levantó con rapidez y la rechazó con nerviosismo:—No, no, señora Martínez, solo era una simple broma…Álvaro, que estaba parado no muy lejos, frunció el ceño al ver la escena, sin entender muy bien la intención de Luna:—No se preocupen por eso. Pueden repartírselas entre ustedes. Voy al baño a lavarme las manos.Otra persona se levantó apresurada y le propuso:—Señora, deje que la acompañe.Luna la rechazó con la misma sonrisa educada:—No, gracias. Puedo ir yo sola. Diviértanse.Sin embargo, se escuchó una voz aterradora desde el otro lado:—Señorita
Cuando Luna salió del salón, retiró su mano del brazo de Andrés. Antes de que pudiera procesar sus recientes emociones, se encontró con una persona en el ascensor.—¿Tío Hans?—¿Luna? —Hans le respondió con una amplia sonrisa mientras examinaba detenidamente a la persona que la acompañaba—: ¿Y este señor…?Andrés no dijo nada, esperando a que Luna lo presentara.Sin embargo en ese momento, Luna tampoco le respondió directamente y, en su lugar de eso, le hizo otra pregunta:—Tío, ¿por qué estás aquí? ¿No has regresado ya a Marbella?—Es que últimamente me he sentido un poco mal del corazón, vine a hacerme un exhaustivo chequeo y ahora ya estoy listo para regresar al hotel. ¿Y tú? ¿Te has recuperado? —le dijo Hans.Luna mostró una suave sonrisa:—Sí, ya me siento muchísimo mejor.—Me alegro de oír eso.Dicho esto, Hans sacó una cajita de su bolsillo y se la entregó a Luna.—Feliz Año Nuevo, aunque ya es un poco tarde. Espero que no te importe.Luna intentó rechazarlo:—No, no, gracias, t
Se acercó a Andrés con los brazos cruzados y lo interrogó con una expresión bastante sombría:—Frente a tanta gente, ¿por qué me hiciste pasar estar vergüenza? Andrés, antes no eras así conmigo…Al ver a la furiosa María, Luna le dijo a Andrés:—Te espero en el auto.Sin embargo, Andrés no soltó su mano.—En cuanto a los asuntos de negocios, ve a buscar a Álvaro. Y en lo personal, no tengo nada que decirte. —¡Detente! —exclamó María mientras le arrebataba el contrato de las manos de Shirley y se lo estampaba furioso en el pecho a Andrés—: ¡Míralo bien antes de decidir si quieres venir conmigo o no!Andrés soltó su mano. Luna también bajó con timidez la mirada, sintiendo un poco de sensación de decepción. Era un contrato de convocatoria. Andrés empezó a leerlo mientras le decía a Luna:—Cielo, ve a esperarme en este momento en el auto.Luna se fue apresurada. Subió al auto y se sentó en el asiento del copiloto y, desde ahí, a través de la ventana del auto, no podía escuchar de qué est
La luz que se había acumulado en los ojos de Luna se fue apagando poco a poco. Un rato después volvió en sí y le respondió al joven:—Lo siento mucho, creo que me equivoqué de persona…Al verla irse, el joven la siguió en su motocicleta e intentó coquetear con ella:—Señorita, ¿adónde vas? Te puedo llevar, o ¿me puedes dar tu número?Luna simplemente caminaba sin rumbo alguno y le respondió con total indiferencia:—Ya estoy casada, si mi esposo se entera, se va a enojar muchísimo.El joven respondió con algo de tristeza:—Vale…Luna esbozó una leve sonrisa, notando su gran pesar. Parecía que el muchacho se había enamorado de ella a primera vista y ahora, al enterarse de que estaba casada, se entristecía un poco. Aunque su rostro aparentaba tener una sonrisa, sus ojos reflejaban una frialdad.—Es mejor que regreses pronto. Pareces muy joven y a tu edad, deberías concentrarte mejor en tus estudios.Dicho esto, en ese momento un auto negro se detuvo frente a Luna. La ventanilla bajó y vio
Al ver el contenido, ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo... Solo una vez en su vida había sentido algo así, hacía cinco años, cuando estuvo a punto de ser obligada a lanzarse al mar.«Andrés, eres de veras una persona tan despreciable …»Sintió que se le erizaba el cabello. El análisis de prueba de parentesco indicaba que ella y Andrés tenían vínculos sanguíneos. ¿Andrés en realidad era su hermano de sangre?Esto no podía ser...¡Ella y Andrés no podían tener vínculos sanguíneos!¡Definitivamente era un informe falso!Recobró pronto la calma y se obligó de nuevo a calmarse. Ya sabía que no era hija de Miguel, y su padre biológico había fallecido hace muchísimo, y su madre solo tenía una hija.Entonces, solo había una posibilidad: este informe había sido falsificado.Tal vez Andrés era realmente el hijo de Miguel, pero ¿quién pudo haber falsificado este informe? En el momento en que metió el informe en la carpeta y la dejó en la mesa, sintió como si una montaña le oprimiera
Luna disfrutaba tranquilamente con tranquilidad del servicio de desmaquillado de él. Con una técnica bastante delicada, aplicaba diferentes lociones y cremas desmaquillantes en su rostro. Ella le respondió con calma:—No es nada importante. Sólo hizo algunos comentarios sin mayor relevancia. Para A mí, esto ya no me causaráncausa daño.Después de todo, ella había escuchado cosas mucho peores.—Listo. Voy a lavarme la cara.Después de que ella se fue al baño, Luna también se dio una ducha rápida. Andrés recibió una llamada de Álvaro, así que se dirigió directo al estudio a contestarla.Álvaro le informó:—Efectivamente hay un informe de parentesco. En la grabación de voz está la conversación entre usted y Leonardo. ¿Necesito destruir todo?Una gélida siniestra aura de ira emanaba de Andrés. Anteriormentes había tenido esos pensamientos cuando se dio cuenta de que Frida se había enterado del secreto. Sin embargo, debido a Luna, él ya había decidido no matar a nadie más, por lo que sólo
Luna le entregó el niño a Emma y le dijo:—Llévalo arriba primero, yo subiré en un rato.Emma obedeció con torpeza, cargó al niño y subió las escaleras, pensando:«Ay, Dios... ¿qué quiere este tipo de nuevo? No parece ser una buena persona…Luna volvió a su lugar, sintiendo la mirada furtiva sobre ella, lo cual la incomodaba demasiado. Un ambiente extraño se extendió de inmediato, excepto Nadia que vivía absorta en su propio mundo.Nadia se sentó junto a José y se veía tan alegre:—Luna, ¡la comida de tu casa es la más deliciosa!Luna tenía muchas cosas que quería preguntarle, pero con Andrés presente, no era conveniente hablar de este tipo de problemas, por lo que solo le sonrió:—Si te gusta, come más.José miró a Andrés de reojo:—No te visito con frecuencia, ¿verdad? ¿Y aún así no vas a abrir una botella de vino tinto para la comida?Andrés hizo que un sirviente fuera a la bodega y trajera en ese momento una botella de vino tinto que, en verdad no era ni muy bueno ni muy malo. El s
—¡Seguro que han escondido a Frida! —dijo José.Sin embargo, Andrés no mostró interés alguno:—No quiero oír esas cosas aburridas.Ya se había resuelto el problema con la familia Ríos. Y ahora ya no tenía nada que ver con Frida.En la habitación, la noticia del regalo de Nadia dejó a Luna tan conmocionada que ya no pudo decir ni una sola palabra.Nadia acariciaba su barriga redonda y regordeta mientras le decía con dulzura:—¡El doctor dijo que en mi pancita hay dos chavitos! Tengo miedo de que se peleen adentro, así que les cuento dulces historias todas las noches. Ellos son muy buenos, ni siquiera dan nada de lata.Los bebés sólo tenían dos meses, por lo que ella no podía sentir nada.Luna se sorprendió muchísimo al saber que eran hijos de José…—Nadia, ¿sabes lo que significa quedar embarazada sin planearlo? ¿Cómo pudiste ser tan descuidada? —Luna se preocupó muchísimo.José no era un buen tipo, ella sabía que esto no era asunto suyo, pero simplemente no podía quedarse con los brazo