La velada se prolongó hasta avanzada la noche, luego de cenar y de bailar bajo la luz de la luna al suave ritmo de la melodía de los violines, los dos, Connor y Audrey se sentaron junto a la laguna artificial que estaba en el centro de uno de los jardines más hermosos que la chica hubiera avisto antes.
— Quiero darte las gracias — Ella dijo — Nunca nadie hizo algo así por mí…
— No debes agradecer por esto, realmente quería hacerte un presente, y ni yo mismo me creo lo bien que salió — dijo sonriendo — Soy más de regalos costosos y cosas como esas, pero quería que fuera especial, además, tuve ayuda…
— ¡Pues dile a Rosa que le quedó lindo! — Devolvió la rubia riéndose, Connor también se rio, y luego de un minuto sus miradas se encontraron de nuevo en un momento etéreo de profundidad tal que se
Connor se despidió de Audrey con un beso después de aplicarle el tratamiento.Llegó al hospital una hora más tarde que lo usual, pero con una enorme sonrisa en la cara.— Buenos días, Doctor — Lo saludó Martha — Aquí está la lista de pacientes del día de hoy.— Gracias, ¿Qué más tenemos agendado para el día?— Tiene una cirugía planteada para esta tarde.— ¿Para esta tarde? Pero, cuando hablamos de esto el vienes te dije que agendaras lo importante para la mañana, no estaré disponible en la tarde.— Doctor, no halle lugar para esa cirugía, los quirófanos estarán ocupados, hay médicos que agendaron hace semanas.— ¿Y no hay manera de cambiar con alguno de la mañana para tarde?— Lo dudo, pero puedo preguntar.&
Nunca había sido fácil lidiar con la hermana de la señora de la casa, lo único bueno, era que la había atendido fuera de la mansión en dos ocasiones, durante la boda de Connor y Rachel, en donde Bethany había demostrado ser una auténtica bruja, y luego cuando Rachel murió, había asistido a su funeral con un vestido negro con un escote que le llegaba al… ¡Al alma!¡La nana ya suponía por dónde venían las intenciones igual de negras que su vestido! La mujer invocó a todo su autocontrol para no nombrarle a su respetada progenitora, sobre todo porque era la señora madre de Rachel y no le faltaría el respeto a la memoria de ninguna de las dos, pero no por otra cosa, y contestó como si fuera totalmente idiota y no hubiera comprendido la ironía.— ¿Gusta algo en particular, o del menú vegano que me envió ha
— Sanders, Martha acaba de informarme que tú tienes ocupado el quirófano para las diez de la mañana, ¿Hay posibilidad de que cambies de horario conmigo, tengo programada una cirugía en la tarde?— Connor, ¡Cuánto quisiera! Necesitaba hacer algo importante con mi mujer en la mañana, y créeme que acabo de dejarla muy enfadada, pero ya es imposible, el paciente está ya preparado, y el marcapasos con todo lo necesario ya está en el hospital, además, el pobre tipo se infartará de saber que lo pospondré para más tarde, esa cirugía se ha cambiado de fecha tres veces por diferentes razones.— Lo entiendo — Connor contestó llevándose la mano a la frente para masajearla — No te preocupes, veré como arreglo mis pendientes hoy, creo que necesitamos un poco de apoyo, sería bueno solicitar a Recursos Humanos hacer un
Bethany se preguntó ¿Qué diablos hacía Madison en Houston?, y Madison se hacía exactamente la misma interrogante.— Veo que estás muy cargada con el equipaje, ¿Quieres que le pida a mi chofer que te lleve a alguna parte?Beth sonrió delicadamente como lo dictaba la etiqueta, pero por dentro comprendió la indirecta sobre su situación.— ¡Oh, no hay necesidad, Madison! Eres muy amable, pero mi chofer tuvo problemas con el tráfico, lo esperaré afuera, ya sabes como soy, detesto sentarme largo rato sin hacer nada, además, así estiro las piernas…Madison le regaló una sonrisa encantadoramente hipócrita.— Claro, como tú digas, cariño, ¿Dónde te hospedas? Quizás podamos vernos antes de que te vayas… tanteó sutilmente para sondear cuanto tiempo se quedaría en la ciudad y como estaba de finanzas, su padre siempre decía que por la maleta se saca al pasajero, si se hospedaba en un hotel de cinco estrellas su negocio iba viento en popa, y si no, bueno, no podría ocultar sus problemas financieros
— ¡Oh, Bethany, me alegró tanto verte! — Madison la abrazó de nuevo deseando tener un bisturí en la mano para cortarle el cuello.— ¡Madison, querida! Estoy segura de que muy pronto nos volveremos a ver… — Le dijo rodeándola con los brazos, he imaginado mil formas de acabar con ella: veneno, los frenos de su auto, un arrollamiento, un robo que salió mal, la lista de posibilidades era larga…Madison se perdió entre la gente caminando con gracia, la muy pe*rra estaba muy segura de su posición con Connor, había estado trabajándolo desde antes de que Beth activara su “segunda fase de ataque” y parecía estar de lo más segura, hasta el punto de mudarse a la ciudad.« ¡Carajo!, he permanecido muy aletargada con esto, para estar viviendo con Connor durante un año ya debería haberlo seducido al menos una vez,
Rosa escuchó los gritos de Beth y se apresuró a ir a su encuentro antes de que pusiera toda la mansión de cabeza. — Bienvenida señorita. — ¿Dónde está Rodolfo? Necesito que lleve mi equipaje de inmediato a mi habitación — prácticamente ladró pasando por un lado de Rosa sin mirarla. — Él lo llevará en un momento — La mujer le contestó poniendo los ojos en blanco sin que Beth lo notara. Los tacones de los zapatos de la empresaria resonaron sobre el mármol del suelo hasta perderse en la otra ala del edificio, y justo cuando cruzó la esquina del pasillo para tomar la vía hacia el edificio nuevo, Audrey se asomó a la parte superior de la escalera. — Rosa, ¿Has visto a Oliver? — Le pedí que subiera a asearse para cenar, debe estar en su habitación con Jennifer. — Gracias, Rosa — Audrey retrocedió buscando la habitación del niño, y Bethany volvió sobre sus pasos, muy molesta, en busca de algo en su maleta. — Si una misma no ha
— ¿Qué está pasando aquí? — La voz de Connor retumbó por encima de los gritos de Bethany. Ambas mujeres se petrificaron al ver al dueño de la casa. Beth cambió la actitud y fingió estar profundamente ofendida por Rosa. — ¡Qué bueno que llegaste, Connor! Vine a preguntarle a Rosa el motivo del desorden y lo sucio de mi ala de la casa y me ha respondido de una forma muy altanera, prácticamente me dijo que yo no soy nadie en esta casa para llamarle la atención a la servidumbre, cuando han dejado trabajo mal hecho… — Casi lloriqueó. Rosa no podía creerlo y dejó caer la mandíbula de la impresión. Connor se negó a creer que la nana hubiera actuado con tal altanería, la conocía demasiado bien, definitivamente Beth estaba malinterpretando alguna cosa. — Espera Beth, no te adelantes a los acontecimientos, dudo mucho que Rosa… — ¡No puedes tener personal de confianza que se tome semejantes atribuciones! — Interrumpió, esta vez buscando u
« ¿Quién carajos está ahí? », Beth se preguntó, y estuvo tentada a pasar de largo con algún pretexto: tomar agua o haber cambiado de opinión respecto a la cena, bien valdría la pena sacrificarse con el maldito pescado solo por verle la cara a la mujer que claramente había pasado la noche con Connor. El pecho y su presión arterial se elevó y comenzó a trasudar mientras intentaba controlar el temblor de las manos sin éxito. «¡No! Él no puede verme en este estado », ella razonó, « lo mejor es que me calme, ¡Y ya luego podré ver quién es la perr*a!, no dejaré que cualquier mosquita muerta me arruine los planes, he trabajado mucho por tenerlo a él, ¡Por conquistarlo, como para que una recién aparecida me lo arrebate! » Ella se quedó por espacio de otros cinco minutos escuchando para intentar dar con quién era, pero, aunque estaba segura de que esa voz la había escuchado en alguna parte, no sabía bien en dónde. Además, nadie mencionó su nombre mientras estu