Connor había tenido que salir de la ciudad por cuestiones de trabajo, debía asistir a un congreso de cardiología en New York, mientras iba en el vuelo pensó que tal vez alejarse toda la semana sería algo muy bueno, que le ayudaría a cambiar de aires y centrar su cabeza en otra cosa que no fuera su infierno personal, incluso lo emocionaba poder asistir a un evento como ese al que no iba desde hacía mucho.
Respiró profundo y entró en el lobby del lujoso hotel en el que se llevaría a cabo el evento, sonrió al notar que se reencontraría con muchas caras conocidas, sobre todo colegas que antes habían sido compañeros de la universidad, y profesores a quienes apreciaba y respetaba profundamente.— ¡Evans! — Alguien le palmeó la espalda con exceso de confianza — Pensé que no vendrías, ¡Te has perdido los dos últimos congresos,— ¡Audrey! No has hecho tu ronda, ¿Ya viste que hora es? — Martha bufó y la chica se apresuró a entrar en la estación de enfermería para tomar el carrito de las medicinas con los tratamientos.— ¿Dónde te habías metido?— Estaba en pediatría.— ¡Pero esa área no te corresponde! — La jefa la miró por encima de sus gafas con interrogación.— Es que, el otro día, cuando estaba buscando al hijo del Doctor… Evans — Dijo su apellido con amargura en la boca — Vi algo que me llamó la atención, y quise ir a ver.— ¡Nadie te paga para que vayas a ver cosas que te llamen la atención, más te vale que te concentres en lo que tienes que hacer en tu área de servicio! — Escupió la amargada jefa de enfermeras con fastidio — Toma, estos son
— Audrey, no te metas en problemas, no eres médico, debe haber una buena razón para que se le está dando ese tratamiento al niño — Ben trató de persuadirla, pero la rubia negó categóricamente con la cabeza.— No puedo, Ben, siento que estoy haciendo algo mal, y que soy parte del problema.Ben dejó al paciente del vendaje y se apartó prudentemente hacia un lado, tomando del brazo a la chica y sacándola de ahí.— Audrey, no puedes acusar a nadie de mala praxis médica, sería el fin de tu carrera y perderías tu empleo, Alice me dijo lo que te está pasando en el banco, no quiero entrometerme ni nada, sabes que te aprecio — La última palabra salió a la fuerza de la boca de Ben, porque en realidad quería decir otra cosa — Pero si ahora no te está funcionando el pago de la hipoteca, si te echan del hospi
Los brazos de Madison rodeaban el cuello de Connor y su mirada hambrienta lo invitaba a probar sus carnosos labios que hacía muchos años ya había decidido no volver a probar, la electricidad entre ambos era evidente, sobre todo porque era imposible no evocar momentos candentes del pasado.Madison pasó deliberadamente un dedo por ángulo del mentón afilado de Connor y este detuvo su mano de inmediato antes de que pudiera tocar su boca.— Creo que se nos hace tarde — dijo con suavidad, apartándose a un lado con cuidado, tratando de no ser grosero al rechazarla de esa forma.Y no era que no estuviera comenzando a sentir ganas, ni que la belleza y disposición de Madison no resultara candente para cualquier hombre, pero Connor no sentía estar preparado todavía para intimar con nadie más después de lo sucedido con Audrey, aunque no pretendiera continuar dándole rienda
¡Pum!El sonido sordo de la cabeza de Audrey al caer hizo que todos corrieran a su lado. Ben fue el primero en llegar hasta ella, a pesar de que estaba más lejos. De tres zancadas saltó por encima de la mesita de centro y sin importarle lo que acababa de escuchar, se apresuró a arrodillarse junto a la rubia y revisar su pulso tomándolo por reloj.— Creo que se le ha bajado la presión arterial — Dijo dándolo un primer informe al médico que se acercaba a su lado — el pulso está bajando considerablemente.— ¿puede ser una baja de azúcar? — Edie miró a Loretta con interrogación.— Estaba comiendo helado antes de que ustedes llegaran, no debería ser algo así, ¿O sí?Edie negó con la cabeza.— ¡No me gusta esto! — Ben dijo revisando sus signos vitales, y jus cuando fue a
La rubia inspiró profundo después de que Ben hubiera asumido erróneamente que lo que estaba causando malestar en ella fuera el tema del que habían conversado en el trabajo y no su pequeño infierno sentimental actual. Había tenido toda la intención de decirle, pero luego de que él desviara considerablemente el tema perdió el impulso y lo zanjó de lado. — Creo que debo hacer algo, Ben, no es justo que haya un niño en riesgo y yo lo sepa y me haga la desentendida — Dijo regresando al tema de la mala praxis médica. — Lo sé, créeme que lo entiendo, Audrey, pero es peligroso para tu carrera, ¿Y si estás cometiendo un error? ¿Y si lo que le están administrando está bien? Porque no has visto que tenga reacciones al medicamento, ¿O sí? Ella negó con la cabeza y bajó la mirada. La última ponencia del Congreso fue todo un éxito, el Doctor Harrison hizo una magnífica presentación de despedida del gremio, y también de la docencia en la universidad, y fue aplaudido de pie por la sala en pleno, incluidos su hija Madison y por supuesto uno de sus más fieles alumnos, Connor Evans.Luego, durante la cena Madison se las arregló para conseguir un puesto para Connor en su mesa junto a su padre, quien a pesar de ser siempre tan amable con Connor, no dejaba de lazarle miradas aceradas a su hija por lo que evidentemente estaba haciendo, y que él no aprobaba debido a situaciones del pasado.— Y entonces, Connor, ¿Cómo has sobrellevado las cosas últimamente? — Harrison preguntó con toda la intención de que su hija entendiera el “punto”.Connor se revolvió en la silla y tomó la copa de champán que tenía en frent51 Trago adulterado
Madison observó a Connor tambalearse bajo el efecto de lo que le había puesto en la bebida, y lo siguió con sigilo.Harrison dio otro apretón de manos a un par de colegas y al regresar a la mesa su hija se había esfumado.— ¡Madison, Madison! — Soltó con impaciencia — ¿Qué vas a hacer con esa obcecada obsesión, hija? — Se preguntó con preocupación.La última vez que ella había ido tras él no salió nada bien, había estado a punto de dejar la carrera por culpa de la depresión. Él sabía que Connor no tuvo la culpa, pero ella nunca lo olvidó, y aunque se apartó para respetar su decisión de casarse con Rachel Parker, nunca abandonó su obsesión con Connor realmente.— ¡Ay, hija! ¡Espero que no estés cometiendo un error! — Soltó e
Ben tocó suavemente la frente de la rubia y notó que la temperatura comenzaba a ceder, ya habían pasado cerca de cuarenta y cinco minutos de estar bajo la ducha y cuando ella estuvo a punto de dejarse caer, él había tenido que agacharse y sentar a Audrey sobre sus piernas para evitar que el cansancio la rindiera.— Todavía estás temblando — Le dijo rectificando con el borde de su mano — Pero la fiebre ha cedido, será mejor que te saque de aquí para evitar que te resfríes, hay que sacarle esa ropa, ¿Crees que puedes hacerlo tú sola?Ella levantó la mirada cansada y negó con la cabeza, sentía como si la hubieran molido a palos. Ben alargó la mano para cerrar el grifo del agua y se levantó con ella tomandola del brazo.— Bueno, no es como si fuera la primera vez que desvisto a un paciente — Comentó quitán