Mis amores, vengo a aclararles por ahí una fe de errata, en los capítulos anteriores me comí el número 77 jajaja pero no crean que falta un capítulo, fue simplemente que los numeré mal. Dentro de poco los podrán ver bien.
StefanLlego a mi oficina con una amplia sonrisa en los labios. Realmente parece casi un sueño que por fin pueda estar a su lado otra vez. A pesar de la oposición de mi padre y que no soy la persona favorita de su abuela en este momento, no todo parece perdido para Lizzie y para mí.Sin saberlo, ella me enseñó el verdadero significado del amor, y no deseo perder más tiempo, quiero estar a su lado para siempre.Mientras venía de camino, se me ocurrieron muchas ideas para pedirle matrimonio. Esta vez quiero casarme con ella con todas las de la ley, con su apellido real por supuesto.Voy riéndome conmigo mismo con ese pensamiento, hasta que veo a Tyson en el escritorio.—Aquí estoy, dime qué fue lo que encontraste.—Señor, primero que todo, no puedo creer que haya dejado plantada a Joanne en la iglesia. Todo ha sido un caos desde ayer. Los periódicos no paran de llamar para entrevistarlo.—Lo imagino, pero no tengo tiempo para lidiar con eso en este momento. Quiero saber qué descubriste
Stefan Regreso a casa con un miedo profundo invadiendo cada fibra de mi ser. Si algo le pasase a Lizzie y a mi hijo, me volvería completamente desquiciado. Cuando entro a la habitación me recibe un silencio sepulcral que solo me hace pensar lo peor. Avanzo hasta la cama y en el momento en que mi vista se aclara me doy cuenta de que todo está bien. Suspiro de alivio y una sonrisa se forma en mis labios. Ella está profundamente dormida, y Alex también duerme como todo un tierno angelito en la cuna que mandé a poner al lado de nuestra cama. Me deslizo a su lado sin hacer ruido, pero al parecer no sirve de nada porque ella se despierta. Somnolienta como está, no parece distinguirme mucho. Se frota los ojos para ver mejor y al darse cuenta de que soy yo, me sonríe. —Llegas tarde. —Lo siento, me quedé dormido en la oficina —confieso. No quiero preocuparla con lo de la amenaza, sería poner demasiada presión sobre ella, así que prefiero no decirle nada. —Ven, abrázame —pide en un susurro
LizzieStefan se desaparece durante todo el día. Sé que está de viaje buscando a ese hombre para que atestigüe, pero eso no significa que no me quede muy preocupada por él. Cuando cae la noche, todavía no tengo noticias suyas.Por otro lado, cuidar de Alex todo el día es agotador. Aunque pareciese que no es mucho trabajo porque duerme la mayor parte del tiempo, los bebés demandan mucho afecto y atención.Caigo agotada en el sofá cuando por fin logro hacerlo dormir luego de haberle puesto su pequeño pijama y darle de comer. Las empleadas me han estado ayudando y eso también es una gran ventaja, sin embargo, no dejo de pensar en mi abuela.Desde que supe que estaba embarazada me la llegué a imaginar estando aquí a mi lado. Y ahora que el momento al fin se ha hecho realidad, eso no sucede.Estoy por enviarle un mensaje a Stefan para saber cómo está cuando tocan al timbre. Me levanto para abrir, pero Karina se adelanta y lo hace por mí. No me acostumbro a esto de tener gente que haga el t
StefanSoy tan feliz en estos momentos que debería ser ilegal. De algún modo siento que me he robado toda la felicidad del mundo solo para mí. Y aunque suene egoísta, no quiero devolverla.Lizzie ha aceptado ser mi esposa y no tengo palabras para describir lo mucho que la amo. Jamás creí que sería capaz de darle paso al amor de esta manera, y ahora heme aquí, completamente enamorado y dispuesto a pasar con esta mujer el resto de mi vida.Al final de la fiesta mi padre me dio una ligera señal de aprobación, y su abuela por otro lado, parecía estar más relajada con la situación. Sé que no será un camino fácil, pero al menos el primer paso ya lo han dado. Lo demás debería ser pan comido.De la fiesta ha pasado una semana. Lizzie y yo todavía no hemos fijado una fecha para la boda, pero no queremos esperar demasiado, sin embargo, ambos acordamos que era mejor esperar hasta después del juicio.Para ese día solo faltan dos días, y mi abogado me recomendó que fuese a hablar directamente con
LizzieEs la quinta vez que Alex se despierta en lo que va del día. Por fortuna tengo ayuda de las empleadas de la casa, que están más que encantadas con el bebé, de otro modo, no sé cómo podría hacer todo.Por otro lado, Irina decidió por fin pasar a visitarme para conversar y pasarnos algunos chismes de la universidad. Hace tanto que dejé de lado la carrera que ya ni recuerdo las cosas básicas, pero tengo la esperanza de volver cuando Alex esté un poco más grande. Ahora que estoy de nuevo en Newark, quizá pueda regresar a la facultad sin problemas.—¡Es tan lindo! —exclama ella al tiempo que lo levanta de la cuna.—Lo sé, es perfecto —respondo con un suspiro.—¿Te digo la verdad? Me alegra que por fin te hayas dejado de tonterías y estés con el hombre que amas. Eso de Daniel no iba a funcionar.—Tenías razón, debí escucharte en ese entonces —admito con una mueca en los labios.—Bueno, pero no importa. Eso tenía que pasar así, tal vez. Para que pudieses darte cuenta del error.—Sí, c
StefanEn un mes pueden pasar demasiadas cosas, no obstante, si no lo hubiese vivido, me parecería mentira todo.Rememorando la situación, la verdad es que fue todo muy rápido, pero fue bueno. Luego de que mi tío soltara toda la sopa en un momento de pánico y estupidez, las cosas solo fueron cuesta abajo (para él). La policía abrió una investigación aparte donde lo hallaron culpable bastante pronto, gracias al testimonio de Johan y del director del hospital.Luego de que ellos hablaron, los demás implicados en las demandas confesaron que también los coaccionaron, y como se comprobó que yo no tuve nada que ver, y que todo fue un intento de daño hacia mi empresa, la jueza decidió desestimar los casos y cerrar todo.Mi padre no lo podía creer, y ciertamente, a mi Nonna le causó una gran decepción descubrir que su hijo mayor es mucho peor de lo que llegó a sospechar en un principio.Me dolió verla tan triste y deprimida, pero con el paso de los días, creo que ha mejorado un poco los ánimo
LizzieDebí aprender a manejar desde hace mucho. Stefan me insistió todo el mes pasado y le dije que sí a regañadientes, pero ahora me doy cuenta de la gran ventaja que es poder hacerlo.Me encuentro de camino al hospital para ver a Tyson. Se supone que hoy sale de alta. Creí que Stefan iría conmigo, pero a última hora le salió una reunión importante y me dijo que me fuese adelantando sola.Cuando llego al estacionamiento, Irina ya se encuentra ahí. Aparco el auto y me bajo a toda prisa para alcanzarla.Al pequeño Alex lo he dejado con mi abuela y la Nonna, quienes se han hecho buenas amigas durante este tiempo.—¡Iri! —grito para llamar su atención.—¡Oh! Lizzie —dice rodeándome con sus brazos—, qué bueno que estás aquí. Estoy muy nerviosa.—¿Por qué?—No sé, es que Tyson me dijo que quería decirme algo importante, me da miedo de que ahora quiera dejarme. —Irina se muerde las uñas con insistencia.Es un mal hábito que tiene cuando está nerviosa. Le aparto la mano de la boca y entonce
StefanMe despierto, pero mi mente todavía está envuelta en una neblina densa y confusa. Mis párpados se abren lentamente, y me doy cuenta de que ya no estoy en aquel sitio donde me encontraba hace unas horas. El lugar es desconocido, extraño y opresivo. Parece una especie de cabaña, solo hay una pequeña ventana alta por donde ingresa un ligero haz de luz, pero todo está oscuro pues es de noche. Un bombillo amarillo justo en medio de mi cabeza ilumina tenuemente todo el espacio. Miro a mi alrededor y noto que las paredes están cubiertas de papeles y algunas fotos mías. La visión es escalofriante y mi confusión aumenta.No puedo recordar cómo llegué aquí, pero algo me dice que nada de esto pinta bueno para mí. Intento moverme, pero mis extremidades están atadas con fuerza. Un nudo de preocupación se forma en mi estómago mientras empiezo a sentir la tensión en mis muñecas y tobillos.Y luego la veo. Es ella. Joanne. Aquella mujer que alguna vez pareció alguien normal, pero que ahora par