LizzieEs la quinta vez que Alex se despierta en lo que va del día. Por fortuna tengo ayuda de las empleadas de la casa, que están más que encantadas con el bebé, de otro modo, no sé cómo podría hacer todo.Por otro lado, Irina decidió por fin pasar a visitarme para conversar y pasarnos algunos chismes de la universidad. Hace tanto que dejé de lado la carrera que ya ni recuerdo las cosas básicas, pero tengo la esperanza de volver cuando Alex esté un poco más grande. Ahora que estoy de nuevo en Newark, quizá pueda regresar a la facultad sin problemas.—¡Es tan lindo! —exclama ella al tiempo que lo levanta de la cuna.—Lo sé, es perfecto —respondo con un suspiro.—¿Te digo la verdad? Me alegra que por fin te hayas dejado de tonterías y estés con el hombre que amas. Eso de Daniel no iba a funcionar.—Tenías razón, debí escucharte en ese entonces —admito con una mueca en los labios.—Bueno, pero no importa. Eso tenía que pasar así, tal vez. Para que pudieses darte cuenta del error.—Sí, c
StefanEn un mes pueden pasar demasiadas cosas, no obstante, si no lo hubiese vivido, me parecería mentira todo.Rememorando la situación, la verdad es que fue todo muy rápido, pero fue bueno. Luego de que mi tío soltara toda la sopa en un momento de pánico y estupidez, las cosas solo fueron cuesta abajo (para él). La policía abrió una investigación aparte donde lo hallaron culpable bastante pronto, gracias al testimonio de Johan y del director del hospital.Luego de que ellos hablaron, los demás implicados en las demandas confesaron que también los coaccionaron, y como se comprobó que yo no tuve nada que ver, y que todo fue un intento de daño hacia mi empresa, la jueza decidió desestimar los casos y cerrar todo.Mi padre no lo podía creer, y ciertamente, a mi Nonna le causó una gran decepción descubrir que su hijo mayor es mucho peor de lo que llegó a sospechar en un principio.Me dolió verla tan triste y deprimida, pero con el paso de los días, creo que ha mejorado un poco los ánimo
LizzieDebí aprender a manejar desde hace mucho. Stefan me insistió todo el mes pasado y le dije que sí a regañadientes, pero ahora me doy cuenta de la gran ventaja que es poder hacerlo.Me encuentro de camino al hospital para ver a Tyson. Se supone que hoy sale de alta. Creí que Stefan iría conmigo, pero a última hora le salió una reunión importante y me dijo que me fuese adelantando sola.Cuando llego al estacionamiento, Irina ya se encuentra ahí. Aparco el auto y me bajo a toda prisa para alcanzarla.Al pequeño Alex lo he dejado con mi abuela y la Nonna, quienes se han hecho buenas amigas durante este tiempo.—¡Iri! —grito para llamar su atención.—¡Oh! Lizzie —dice rodeándome con sus brazos—, qué bueno que estás aquí. Estoy muy nerviosa.—¿Por qué?—No sé, es que Tyson me dijo que quería decirme algo importante, me da miedo de que ahora quiera dejarme. —Irina se muerde las uñas con insistencia.Es un mal hábito que tiene cuando está nerviosa. Le aparto la mano de la boca y entonce
StefanMe despierto, pero mi mente todavía está envuelta en una neblina densa y confusa. Mis párpados se abren lentamente, y me doy cuenta de que ya no estoy en aquel sitio donde me encontraba hace unas horas. El lugar es desconocido, extraño y opresivo. Parece una especie de cabaña, solo hay una pequeña ventana alta por donde ingresa un ligero haz de luz, pero todo está oscuro pues es de noche. Un bombillo amarillo justo en medio de mi cabeza ilumina tenuemente todo el espacio. Miro a mi alrededor y noto que las paredes están cubiertas de papeles y algunas fotos mías. La visión es escalofriante y mi confusión aumenta.No puedo recordar cómo llegué aquí, pero algo me dice que nada de esto pinta bueno para mí. Intento moverme, pero mis extremidades están atadas con fuerza. Un nudo de preocupación se forma en mi estómago mientras empiezo a sentir la tensión en mis muñecas y tobillos.Y luego la veo. Es ella. Joanne. Aquella mujer que alguna vez pareció alguien normal, pero que ahora par
LizzieCuando llamo a la policía la primera vez no me hacen caso a pesar de mi insistencia. Según ellos, debo esperar al menos cuarenta y ocho horas. ¡Qué absurdo! ¿Acaso no se dan cuenta de que él podría estar en un grave peligro?Sin embargo, no pienso rendirme. Tomo mi celular y me comunico de inmediato con Nonna. Al explicarle la situación, no se detiene a pensarlo ni dos veces.—No te preocupes, ya mismo moveré mis influencias —asegura.Tyson, mi hermano y yo nos quedamos en el lugar hasta que, a la media hora, se aparece una patrulla de policía para investigar el hecho. Después de hacer una revisión a fondo, se da cuenta de que, en efecto, algo extraño le ha sucedido a Stefan, pues no es normal la forma en la que todo está dispuesto.Mi corazón solo acrecienta el miedo de que esa mujer le haya hecho algo malo, y aunque sé que no tengo ninguna prueba, algo en mi interior me dice que fue ella.—Oficial, le digo que esa mujer es la responsable, está mal de la cabeza —aseguro.—Buen
LizzieNo fue fácil escabullirnos de mi abuela y la familia de Stefan, pero por fin, pudimos salir de la casa y seguir los pasos de Daniel, quien no estaba demasiado lejos. Sospeché que se iría al hospital y no me equivoqué, pues a mitad de camino conseguí darle alcance sin que se diese cuenta.—Esto es una locura Eithan, ¿y si estamos cometiendo un grave error?—¿Y si no? Si es él, encontraremos a Stefan en un santiamén.—Pero si no es él, no solo estaríamos perdiendo el tiempo, sino que además nos exponemos a que nos acuse de acosadores o algo peor.—¡Bah! No se va a dar cuenta, tenemos que encontrar a Stefan antes de que sea tarde.La fatalidad con la que mi hermano dice aquello hace que todo mi cuerpo se ponga tenso. Si algo le pasa, juro que me moriría.Me aguanto las ganas de llorar y piso el acelerador para no perderlo de vista.Daniel llega hasta el hospital y se estaciona en el lugar habitual. Me causa mucho conflicto saber que ha vuelto a Newark, de algún modo siento como si
StefanDentro de este lugar pierdo la noción del tiempo, a pesar de eso, sé que no han pasado más de dos días. Sin embargo, todo se siente como una maldita tortura eterna de la que no creo poder escapar.La primera noche estaba seguro de que él me mataría, pero todo lo que hizo fue drogarme para que Joanne pudiese tenerme bajo su control hasta la mañana siguiente.Siento espasmos en mi cuerpo cada vez que intento respirar, me arden las heridas de los latigazos que me dio, tengo sed y hambre, pero todo eso parece una pequeñez comparada con mi preocupación por Lizzie.Ella la ha amenazado con matarla, y no solo a Lizzie, a mi hijo también.Llevo horas tratando de soltar mis ataduras, pero la debilidad en mi cuerpo me lo impide. Ese maldito de Daniel se ha asegurado de darme algo realmente fuerte.De pronto escucho pasos que se acercan a mí, ya no tengo fuerzas ni para levantar la cabeza. En eso, siento un balde de agua helada que me cae encima, causando que un alarido escape de mi garga
LizzieEl gatillo de un disparo al aire me hace detenerme en seco. Sacar a Stefan de esa prisión del horror no fue nada fácil. Eithan y yo tuvimos que esperar a que esa mujer saliera. Solo pude aguantar cinco minutos antes de abalanzarme como loca sobre la puerta.Ambos la vimos inyectarle algo, y todo lo que mi mente podía pensar es que se trataba de un veneno. Sin embargo, cuando logramos salir de ahí, creí que nuestra pesadilla había terminado.Qué equivocada estaba…—¡Alto ahí! —grita Joanne a nuestras espaldas. Se había regresado, quién sabe para qué, y ahora nos encuentra a mí y a mi hermano con las manos en la masa, rescatando a Stefan de su tortura.Dejo a Stefan sobre el asiento de atrás del auto y salgo con las manos en alto, dándole la espalda. Eithan es el único que la está mirando de frente en este momento.—Baja esa arma —ordena mi hermano.—¡Qué valiente eres para decir eso! Cuando soy yo la que tiene la pistola en la mano. ¡Voltea! Quiero verte la cara —me dice a mí.G