Stefan Luego de dejar ir a Lizzie una vez más, corro de vuelta a mi empresa y subo a mi auto, conduzco disparado hasta la casa para hablar con Joanne, esto requiere una explicación ahora mismo. Estoy tan furioso que ni siquiera puedo pensar con claridad.Si antes tenía algún chance de salvar lo que sea que tuve con Lizzie, o mi empresa, en este momento estoy hundido en un limbo del cual no tengo idea del cómo voy a escapar.Estaciono en frente, ni siquiera me molesto en guardarlo antes porque la urgencia de confrontarla me apremia.Sin embargo, antes de llegar a la entrada de la casa, me encuentro a mi padre con la mirada más seria y decepcionante que pude haberle visto alguna vez en mi vida.—Padre… —Me quedo paralizado ante su presencia. Lo que tanto temía se hizo realidad.—Qué bueno que estás aquí, tenemos que hablar.—Papá, yo…—No, no empieces con tus excusas de mierda Stefan. Vamos al despacho, aquí no quiero hablar.Es poco decir que me quedo estupefacto ante sus palabras. Su
StefanDespués de haberle dicho aquella confesión a Joanne, me salí de la casa y no volví en lo que restó de la noche. Sé que quizá eso me va a traer otras consecuencias, pero no estoy listo para lidiar con ellas ahora mismo.Decidí pasar la noche en un hotel, por supuesto, entré con la mayor discreción posible, porque después de ese anuncio en la televisión, todos los ojos de la ciudad están puestos en mí. Si me viesen entrar en un hotel, no tardarían en hacer las peores conjeturas acerca de lo que estoy haciendo ahí.Por mucho que me encontrase lejos de Joanne y todo lo que pasó, no fui capaz de conciliar el sueño. Es por esa razón que a la mañana siguiente me despierto con unas enormes ojeras del tamaño de cráteres. Lavo mi rostro con agua helada y enciendo mi celular. Los mensajes y llamadas perdidas no paran de entrar, saturando la bandeja de entrada.La mayoría son de entrevistadores que quieren saber mi opinión de los hechos, pero algunas también son de clientes que ahora pon
LizzieTomar la decisión de irme no fue nada fácil, pero después de escuchar a Stefan decir todo eso a través de los medios, fue casi un hecho. No me costó nada llamar a Danny para aceptar su propuesta. Por supuesto él aceptó encantado.Ya han pasado dos semanas de eso, y a pesar de que sigo firme en mi decisión, me sigue doliendo como el primer día, saber que, para Stefan, todo lo que ocurrió fue un grave error.No puedo culparlo, ¿acaso no pensé yo también lo mismo?Sin embargo, veo mi pequeña panza creciendo frente al espejo y un inmenso amor nace en mi interior. Esto no puede ser un error, y haberme enamorado de él tampoco.De todos modos, debo resignarme a la realidad. Él está con su novia, la que siempre quiso todo el tiempo, y seguramente será muy feliz con ella. Nunca se enterará de que tuvo un hijo por un error, y así cada uno podrá vivir la vida que le tocó.Mi hijo no se quedará sin padre porque Danny fungirá como esa figura, pues, así me lo prometió.Para solucionar lo de
Stefan—Ella se fue, se fue —repito luego de la quinta copa de vino y el tercer vaso de ron.Tyson está a mi lado en el bar y aunque no ha bebido como yo, al menos ha tenido la buena fe de acompañarme.—Lo lamento tanto señor, pero era lo mejor.—¡¿Cómo puedes decir que era lo mejor?! Soy un tremendo idiota por haberme enamorado de ella. Esto me pasa por romper mi filosofía con el amor.—Si ella está esperando un hijo de otro, es porque nunca se enamoró de usted.—Al menos uno de los siguió el contrato al pie de la letra. Busqué una relación falsa y terminé como el pendejo que cae rendido a sus pies.Golpeo el vaso contra la mesa, el bartender me ve y pone mala cara. Me encojo de hombros y le doy una seña de disculpas. Creo que es hora de irme de aquí antes de ponerme más ebrio.»Lo perdí todo Tyson, el respeto de mi padre, a ella, seguramente el cariño de mi abuela y mi empresa… todo.No puedo encontrarme en un momento más bajo en mi vida, jamás creí que caería en este profundo pozo
Lizzie6 meses después…El azote de la puerta me despierta de mi letargo. De alguna forma me había quedado dormida en el sillón la noche anterior. Se suponía que Danny llegaría temprano y me quedé esperándolo, pero nunca llegó.Cuando trato de levantarme el dolor en la parte baja de mi espalda me ataca con inclemencia. Tengo la barriga demasiado grande ya. Casi a punto de reventar. Me faltan como tres semanas para estar a término y poder dar a luz, se supone que ya tengo todo listo, pero los nervios de parir por primera vez no me dejan descansar.Mi vida con Danny estos seis meses ha sido bastante peculiar, a falta de otra palabra. Ha pasado todo este tiempo y se me ha hecho imposible sacarme a Stefan de la cabeza. Hay días en los que lo pienso menos que otros, sin embargo, mi amor por él sigue intacto como el primer día.Eso es algo que ha decepcionado a Danny, ya que he hecho todo en mi haber para evitar estar con él como desea. La mayor parte del tiempo solo he puesto el embarazo c
StefanSeis meses después…Me parece mentira que ya hayan transcurrido seis meses desde que ella se fue. Desde que condené mi destino a casarme con Joanne solo para conseguir las pruebas que hundirán a mi tío, y eventualmente, a ella también.Todos estos meses y había logrado poco, al menos con lo que respecta a sacarle las pruebas a Joanne, pues la muy astuta había sabido ocultarlas bien. Me aseguró que me las daría una vez que estuviéramos casados, y no ha cedido a ello ni un poco. Tampoco quiso cambiar la fecha del matrimonio, así que ahora mismo me encuentro en la recta final de todo.Se supone que me casaré en una semana, y luego de eso, solo me quedan un par de días para demostrarle a mi padre que todo esto fue orquestado por su propio hermano. De otro modo, este sacrificio habrá sido en vano.A pesar de todo eso, y de mis grandes esfuerzos por levantar a la empresa del fango en el que la metieron, mi mente y mi corazón siguen ocupando gran parte de su tiempo a pensar en ella, e
LizzieNunca había visto a Danny tan furioso como ahora. Una parte de mí quiere atribuírsela al estado de embriaguez en el que está, pero lo cierto es que no es una excusa para ese comportamiento.No es la primera vez que sale a tomar con sus amigos, pero él siempre se ha cuidado de no excederse hasta límites que lo dejen tambaleándose de borracho. Es un médico, y sabe muy bien las consecuencias de sus actos. Por eso me sorprende; y no para bien; que de la nada se aparezca así en la casa.—Danny, ¿qué te sucede?—¿¡A mí!? ¡A mí! —exclama con una risa torcida—, quieres volver con ese tipo, ¿verdad? Por eso has traído a la señora esa hasta aquí. No creas que no sé quien es. La vi en las noticias, ella es la abuela del empresario de quinta ese.—Daniel, no voy a hablar contigo en esas condiciones, mejor date una ducha y cuando estés mejor podemos conversar —digo con firmeza.—¡No! Me vas a escuchar porque estoy harto de todo esto —espeta. En el proceso, escupe un poco. Me alejo de él y p
Lizzie—Lizzie, si no me dices qué pasó, no puedo ayudarte —insiste Eithan por décima vez durante el camino.—Ya te dije que no pasó nada, solamente quería verlos, a ti y a la abuela.Sé que si le digo a mi hermano lo que pasó querrá ir a enfrentar a Daniel, y no puedo permitirlo. Por mucho que sea un hombre, sigue siendo menor. Aunque no puedo negar que ha cambiado un montón, más incluso que la última vez que lo vi. Ahora tiene más músculos y hasta me parece que ha crecido en altura un poco.—No sé por qué no te creo, algo me dice que me ocultas algo. Estás muy rara.—Te juro que no es nada, quizá es por las hormonas del embarazo, esto ya está a nada de reventar —bromeo señalando mi vientre. Él dirige la vista hacia allí y sonríe.El taxi justo llega a la casa, así que me ayuda a bajar y pasa una mano por mi hombro estrechándome hacia su cuerpo.—A mi abuela le encantará verte. No te lo admitirá, pero ha estado bastante deprimida desde que te fuiste.—Lo sé, así es ella, no dará su b