Esos vómitos están como raros, no creen mis amores? jijiji ¿qué piensan que va a pasar ahora con estos dos?
StefanDos semanas sin verla, dos semanas sin poder acercarme a ella por la amenaza de Joanne. Cada segundo, minuto y hora de ese tiempo se han convertido en una maldita tortura de la que no puedo escapar. Retrasé todo lo que pude la creación de ese acuerdo de divorcio, pero Burke no pudo hacer más. No quedó de otra que enviarlo hasta su casa.Camino de un lado a otro en mi oficina, de la que casi no he salido en todo ese mismo tiempo para intentar solucionar los problemas de mi empresa. Sin embargo, las demandas no hacen más que aumentar y los números rojos siguen incrementando también. Me sirvo un vaso de güisqui de la reserva personal que guardo en la oficina y me lo bebo de un tirón poniendo el vaso con violencia sobre la mesa.—No deberías beber tan temprano, mi amor.Joanne entra a la oficina con un par de sobres en las manos. Uno de ellos es la copia del convenio de divorcio, pues me vio con Burke cuando lo estaba firmando.—No te metas en mis asuntos, Joanne.—¿De verdad est
LizzieCuando acepté la invitación de Danny para almorzar, nunca me imaginé que me traería al mismo restaurante donde estuviese él. Mucho menos imaginé que estaría acompañado de su exnovia y su padre, porque de haberlo sabido, nunca me hubiera aparecido por aquí.Desde ayer Danny estuvo insistiéndome para que saliera con él, solo en plan de amigos, aprovechando que tiene el día libre en el hospital.Y acepté porque estoy harta de estar todo el día en mi casa pensando en Stefan y lamentándome por ese maldito convenio de divorcio.Ayer cuando lo recibí, no quise leerlo en su totalidad. Estuvo horas en la cómoda de mi cuarto mientras intentaba por todos los medios ignorar el hecho de que tenía ese papel en mis manos, hasta que fui incapaz de contenerme y lo leí.Solo tenía que firmarlo y ya, él ya lo había hecho. Una simple firma y nuestra única conexión se acabaría, pero no fui capaz de hacerlo. Así que después de salir de la universidad, acepté la propuesta de Danny para no pensar más…
StefanTodo sucede como en cámara lenta. Lizzie se desploma en el suelo y sus ojos se cierran mientras cae en la inconsciencia.—¡Lizzie! —exclama el insufrible del doctor.Lo odio, detesto que esté aquí con ella y que Joanne le haya dicho todas esas cosas para hacerla pensar algo que no es, pero al menos el que esté aquí puede servir para algo después de todo.Daniel la toma en sus brazos y le aparta el cabello de la cara.—Lizzie, reacciona.Me arrodillo a su lado y trato de apartarla de sus brazos, pero él me pone mala cara.—¿Qué le pasa?—Esto es tu culpa —acusa.—¡Ay por favor, señores! Está fingiendo, lo hace para llamar la atención, ¿no ven? —dice Joanne con fastidio.—Será mejor que no hables, ¡mira todo lo que has causado! —le grito a ella.—Stefan, vámonos de aquí, no tienes nada más que hacer en este lugar.Mientras Joanne intenta apartarme de Lizzie, Daniel llama a emergencias, pues ella no reacciona. Ignoro los quejidos de la rubia que tengo a mis espaldas y solo me conc
LizzieAunque le he dicho que se vaya, la verdad es que no quisiera que se separase de mí. Sin embargo, mi lado racional me dice que es lo correcto. «Vamos Lizzie, déjalo ir, olvida ya toda esta locura».Stefan da media vuelta y se aleja del cubículo donde me encuentro. Cuando ya ha salido de mi rango de visión, Danny suelta un suspiro.—Te juro que no puedo entender cómo te metiste con ese sujeto. Más aún, ¿cómo es que te casaste con él? Esa es una parte que yo no le había contado, pero después de la confrontación con su padre, escuchó todo.Suspiro con pesadez y meneo la cabeza.—Danny, te lo explicaré, todo. Te diré toda la verdad, pero no ahora, ahora mismo solo quiero irme a mi casa.—Los resultados de tus exámenes ya están por salir, le pedí a los del laboratorio que te diesen prioridad. Al menos espéralos, ¿sí? —Gracias por preocuparte por mí, eres un gran amigo.Puedo ver en su expresión que le ha dolido lo que dije. No quiero lastimarlo, pero necesito que entienda que, por
Stefan Ha pasado una semana más desde ese fatídico día en el que tuve que mentirle en la cara a mi padre y a Elizabeth. Lo peor de todo es que después del hospital, no pude saber qué más sucedió con ella, tampoco he logrado descubrir a qué se refería con eso que “en especial yo”, no puedo saber. Desde el momento en que firmé mi sentencia de esclavitud aceptando el dinero de Joanne para rescatar la empresa, no me ha dado ni un solo momento de paz, pues ha estado cerca de mí casi todo el tiempo, y cuando no se encuentra a mi lado, entonces estoy demasiado ocupado rescatando los contratos alterados y tratando de llegar a acuerdos con los clientes para evitar más demandas. Mi tío aun no ha hecho acto de presencia en la empresa desde que Joanne lo sacó del acuerdo. Se me hace extraño, así que solo he estado alerta, esperando que aparezca en cualquier momento para reclamar la parte de mis acciones. Por otro lado, mi padre no me dirige la palabra desde ese día en el restaurante. Solo se l
Lizzie—¡Elizabeth! El grito de mi abuela me trae de vuelta a la realidad. Y es que tengo una semana sintiéndome como en una especie de sueño, o más bien, una pesadilla, de esas en las que, aunque tratas con todas tus fuerzas de despertar, simplemente no se puede. He mantenido en secreto mi embarazo de todo el mundo, incluso de mi mejor amiga, porque es que ni siquiera yo misma puedo creérmelo. A pesar de lo que decía ese resultado, no fui capaz de confiar en él, y compré cinco pruebas caseras de diferentes marcas, todas con el mismo resultado: “positivo”.—Lo siento abuela.—Te estoy pidiendo que me ayudes a guardar lo que falta, estoy harta de estar en esta cama.—Abuela, debes tener cuidado, recuerda que todavía estás delicada de salud.—Te recuerdo que esto —dice señalándose el pecho—, es tu culpa. Tú me pusiste así.No sé si ella no se da cuenta, o si en realidad lo hace a propósito, pero cada palabra de esas que sale de su boca me lastima cual bofetada en la cara. Agacho la
LizzieEl mensaje que me envió Stefan no deja de dar vueltas en mi cabeza desde ayer. No le respondí que sí o que no, y él tampoco me volvió a escribir después de eso, sin embargo, el debate mental que se ha formado en mi cabeza no me ha dado descanso. En especial ahora que Irina sabe sobre mi embarazo.Decidió pasar la noche en mi casa y en la mañana, nos vinimos juntas a la universidad.—Yo creo que deberías ir a ver qué quiere. Además, él tiene que saber lo de tu embarazo —insiste por enésima vez.—Irina, por favor no sigas. No puedo decírselo, ¿con qué cara voy a reclamarle algo?—No es “tu cara” por la que debes preocuparte, sino por esa criatura que viene en camino y que no tiene la culpa de nada.—¿Crees que no lo he pensado? No sé qué hacer, si mi abuela se entera de esto, ahí sí que me matará. Me colgará de las orejas y seré exhibida como la chica tonta que arruinó su vida.—Un bebé no arruinará tu vida. Yo siempre he soñado con ser madre, ¡deberías estar feliz!No quiero res
StefanNo sé cómo fui capaz de aguantarme toda una semana sin saber nada de ella, ocultando mis verdaderos sentimientos de todos, incluso de mí mismo en ocasiones, no obstante, el día ha llegado. Hoy es el cumpleaños de Eithan, su hermano, y aunque sea lo último que haga, tengo que estar ahí. Ni siquiera sé lo que le voy a decir, o con qué cara se supone que me apareceré ante ella, pero no me importa, improvisaré cuando llegue el momento. Salgo de la ducha y me visto lo mejor que puedo para asistir. Karina me deja muy bien planchado el traje que me voy a poner, así que me alisto y me soy una última mirada en el espejo antes de salir. Necesito verme bien, no solo para ella, sino también para su abuela, ella es otra a la que debo reconquistar, porque sé que, si le caigo bien a su abuela, me facilitará las cosas con Lizzie.Bajo a toda prisa las escaleras y me encuentro a la mucama de camino.—Señor Marriott, si me permite decirlo, se ve muy guapo.—Gracias.—¿Irá a ver a Joanne?—No,