LizzieEncontrarme a Danny aquí no es casualidad, pues es el mismo hospital donde lo vi la última vez. Para ser sincera no habría vuelto nunca, después de lo que pasó con Stefan, ni siquiera supe dónde meter la cara de la vergüenza, sin embargo, no es que tuviese otra alternativa.No quiero que me vea con la cara hinchada y los ojos empapados en lágrimas, pero a estas alturas es inútil que no lo haga. Su mirada preocupada me hace dejar a un lado la pena que siento con él. Me pongo de pie y limpio mis mejillas con el dorso de la mano, para así, al menos, disimular un poco.—Danny, ¿qué haces aquí? —pregunto como una tonta. Él se echa a reír levemente.—Trabajo aquí, ¿lo olvidaste? ¿Qué tienes? ¿Por qué estás llorando?—Es mi abuela —suelto de sopetón.—¿De nuevo? —pregunta entre curioso y genuinamente preocupado.—Creo que tuvo un infarto, no lo sé —digo meneando la cabeza.—¡Oh! Lo lamento mucho, ¿dónde está? Quizá pueda averiguar algo por ti.—¿En serio? Eso sería increíble, aquí no
StefanEntre la repulsión y el desprecio, no sé cuál de las dos elegir para describir con más certeza lo que siento al ver a Joanne entrar a mi oficina.—Esto tiene que ser una broma, ¿verdad?—Por supuesto que no es una broma, mi amor. Yo soy la solución a todos tus problemas, siempre lo he sido.—¿Qué significa esto? —pregunto sin dejar de mirar a mi tío. Debí saber que no se traía nada bueno.Me llega a la mente el recuerdo de lo que me dijo Lizzie ese día en el yate, ella los vio hablando juntos, y por supuesto, no olvido que los encontré en una actitud sospechosa aquella vez en el hospital.—Escucha lo que Joanne tiene para ti —sugiere mi tío, aunque dudo mucho que me vayan a dejar opción. Lo han planeado muy bien para joderme, estoy seguro.—No pienso escuchar nada que venga de esta mujer, pueden ahorrarse sus chantajes y amenazas, sea lo que sea, no lo aceptaré.—Ay cariño, ¿por qué estás tan a la defensiva? Deberías escucharme si quieres salvar tu empresa —dice con una sonrisa
Lizzie¡Lo odio! ¿Quién se cree que es? ¿Mi dueño? Debí suponer que después de lo que pasó revelaría su verdadero ser. ¿Cómo se atreve a llenarse la boca diciendo que soy “su esposa”? Si él sabe perfectamente que no somos nada, que ni siquiera hay un divorcio que tramitar porque todo fue falso. ¿Y sacarme en cara que fui suya? ¡Pff! Si más bien todo fue una transacción para él. No lo soporto. «Y sin embargo, es en lo único que piensas», reclama mi consciencia. Resoplo y me pongo de pie dejando la cama hecha un desastre. Quise quedarme en el hospital, pero luego del encuentro con Stefan, preferí huir de ahí. De todos modos, no me dejaron estar con la abuela pues la pasaron a terapia intensiva, y se encuentra bajo estricta vigilancia médica.Ni Eithan ni yo pudimos hacer nada al respecto, pero Danny me prometió que la vigilaría, y me avisaría cualquier cambio por mínimo que fuese. Eso me dejó un poco más tranquila, aunque no lo suficiente como para conciliar el sueño.Miro la hora
StefanNo fui capaz de prestar atención a lo que me decía el director del hospital después de lo de Lizzie. De verdad quise escucharlo, pero mi mente estaba más concentrada en averiguar lo que había sucedido con su abuela. Eso hasta que me habló de un supuesto hombre misterioso que lo convenció para poner una demanda en mi contra por las irregularidades en el contrato por la gestión de riesgos.Una irregularidad que estoy seguro de que mi tío implantó de alguna forma que desconozco, puesto que yo había supervisado la creación de esos contratos, y no debería haber nada de eso.De todos modos, el director del hospital ha sido el único hasta ahora que ha hablado de frente conmigo sobre la situación. A pesar de su buena fe en avisarme, no sirve de nada si no cuento con pruebas contundentes que incriminen a Harrison o a Joanne, así que continúo de manos atadas ante la situación.Salgo de la entrevista con más dudas que respuestas.—Le agradezco mucho haberme comunicado esto, quizá con la i
Stefan—Yo no puedo aceptar a ese supuesto patrocinador sin haber evaluado la propuesta primero —declaro ante los inversionistas.Sé lo que está intentando hacer Harrison. Buscar presionarme desde cualquier ángulo para que acepte la bajeza que me propone sin opción a negarme.—Bueno, Stefan tiene razón, tenemos que saber quién es y lo que espera a cambio.—El patrocinador soy yo —asegura mi tío.Mi padre no duda en mirarlo con suspicacia, sabe muy bien que él no posee esa cantidad de capital.—Oh, pues, en ese caso, no veo que haya que evaluar, señor Marriott —dice otro de los hombres.—Ya lo sometimos a votación, así que el CEO está en el deber de hacer cumplir nuestro acuerdo —habla Ginna, la única mujer inversionista que se encuentra en la mesa directiva.—Por favor, les pido un par de horas para conversarlo con mi tío —pido amablemente.—Muy bien, esperaremos, pero no por mucho tiempo, Stefan —sentencia Leonard.Siete de los hombres y la mujer se ponen de pie y comienzan a salir d
Lizzie —Muchas gracias por venir Danny. Él me rodea con sus brazos cuando lo estoy despidiendo en la puerta. Daniel se había ofrecido a venir a mi casa luego de escucharme terriblemente devastada por el despido injustificado en la veterinaria. También había venido para actualizarme sobre el estado de mi abuela. —Sabes que siempre puedes contar conmigo. —Me sonríe con dulzura. Una parte dentro de mí grita por sentirse atraída hacia él, hacia esas acciones y gestos tan lindos y considerados que tiene conmigo, pero por mucho que me fuerce, no soy capaz de sacarme a Stefan de la mente. Danny se despide una vez más. Me quedo de pie en la entrada de mi casa mientras él se sube en su pequeño y modesto auto y se aleja apresurado. De haber podido, estoy segura de que se hubiese quedado, pero lo llamaron de emergencia en el hospital. Abrazo mis propios brazos sintiendo un escalofrío por el viento ligeramente frío que mece los árboles circundantes, me echo hacia atrás para cerrar la puerta
StefanDos semanas sin verla, dos semanas sin poder acercarme a ella por la amenaza de Joanne. Cada segundo, minuto y hora de ese tiempo se han convertido en una maldita tortura de la que no puedo escapar. Retrasé todo lo que pude la creación de ese acuerdo de divorcio, pero Burke no pudo hacer más. No quedó de otra que enviarlo hasta su casa.Camino de un lado a otro en mi oficina, de la que casi no he salido en todo ese mismo tiempo para intentar solucionar los problemas de mi empresa. Sin embargo, las demandas no hacen más que aumentar y los números rojos siguen incrementando también. Me sirvo un vaso de güisqui de la reserva personal que guardo en la oficina y me lo bebo de un tirón poniendo el vaso con violencia sobre la mesa.—No deberías beber tan temprano, mi amor.Joanne entra a la oficina con un par de sobres en las manos. Uno de ellos es la copia del convenio de divorcio, pues me vio con Burke cuando lo estaba firmando.—No te metas en mis asuntos, Joanne.—¿De verdad est
LizzieCuando acepté la invitación de Danny para almorzar, nunca me imaginé que me traería al mismo restaurante donde estuviese él. Mucho menos imaginé que estaría acompañado de su exnovia y su padre, porque de haberlo sabido, nunca me hubiera aparecido por aquí.Desde ayer Danny estuvo insistiéndome para que saliera con él, solo en plan de amigos, aprovechando que tiene el día libre en el hospital.Y acepté porque estoy harta de estar todo el día en mi casa pensando en Stefan y lamentándome por ese maldito convenio de divorcio.Ayer cuando lo recibí, no quise leerlo en su totalidad. Estuvo horas en la cómoda de mi cuarto mientras intentaba por todos los medios ignorar el hecho de que tenía ese papel en mis manos, hasta que fui incapaz de contenerme y lo leí.Solo tenía que firmarlo y ya, él ya lo había hecho. Una simple firma y nuestra única conexión se acabaría, pero no fui capaz de hacerlo. Así que después de salir de la universidad, acepté la propuesta de Danny para no pensar más…