Hope.-
Llevo más de media hora escuchando el mismo discurso de mi prometido Greg estoy viendo un lado de él que no había conocido desde hace tres años y medio que llevamos juntos.
— Hope no quiero una esposa trabajando como agente, cuando nos casemos no quiero que trabajes ese no es el matrimonio que espero –Me reprocha mientras se mete un langostino en la boca, como si lo que me estuviera diciendo es su opinión sobre una película.
— Cuando me inscribí lo aceptaste ¿Por qué ahora ese cambio Greg? –Observo como se rasca su cabeza, exasperado, cuando arremeto ate su absurda y machista petición.
— ¿Tienes idea de las burlas que he tenido con mi familia, mis amigos? –Lo miro confundida y sorprendida.
— No entiendo porque, es una carrera como cualquier otra –Me encojo de hombros bebiendo un sorbo de la copa de vino solo para que me fuerzas para seguir escuchándolo, lo amo, pero estás estupideces no sé de donde vienen.
— Es una profesión de hombres Hope y si a eso le sumas que me tendré que quedar aquí mientras tú haces tus operativos al lado de otros hombres ¿Cómo me deja ver?
— ¿No confías en mí? Después de más de tres años, ¿Para qué me pediste matrimonio entonces?
— Pensé que todo esto era un capricho y más con lo que le sucedió a tu hermano –Me quedé en silencio sorprendida y dolida, la muerte de mi hermano Henry hace más de dos años orquestada por la mafia rusa dejó una marca, que sigue tatuado en mi corazón, todo mi dolor y mi furia lo enfoqué en prepararme para ser agente del FBI con la intención de entrar en el operativo para atrapar a su líder y vengarme.
— Pues no es un capricho, te amo y deseo casarme contigo Greg, pero si no me apoyas, no hay nada más de que hablar, piénsalo porque si me conoces tan bien como dices, aunque claramente no, no suelo ser de las que quitan el dedo del renglón tan fácilmente –Me levanto de la mesa tomando mi abrigo y mi bolsa.
— No te atrevas a dejarme solo, vamos a cenar –Me toma con fuerza por la muñeca causándome daño.
— ¡Suéltame! –Mi tono de voz salió más elevado de lo que espere, todo el mundo nos miraba. – ¿Qué diablos pasa contigo Greg? Sabes… no me importa, no deseo hablar contigo por hoy.
Salí furiosa del restaurante no me importó el aguacero que me caía encima, un clima normal de Washington D.C. por estos meses, el frío calaba en mis huesos, pero prefería caminar y despejar mi mente, creí que Greg era ese hombre que me haría feliz me esforcé mucho por encontrar a alguien que no se pareciera a mi padre y veo que mis esfuerzos para lograrlo fracasaron estrepitosamente, siento mi celular vibrando en el bolsillo de mi abrigo rodé los ojos porque seguramente sería Greg, caminé hasta entrar a una cafetería saqué el teléfono un número desconocido, el olor a café se coló por mi nariz haciéndome salivar tomé asiento en una de las mesas, una camarera se acercó.
— Un café expresso con crema y sin azúcar, por favor con una tarta de queso –La mujer de baja estatura de veintidós asintió sonriendo con amabilidad, mi celular volvió a vibrar sobre la mesa, el mismo número desconocido, pensé que podría ser equivocado.
— ¿Diga?
— Agente Bennett, soy la agente Claudia García, quería concretar con usted una reunión ha sido seleccionada para una misión encubierta –Parpadeé sorprendida, hasta ahora había hecho todo lo posible por no hacerme notar solo me interesaba una misión.
— Uhm… Agente García ¿Puedo preguntar de qué se trata la misión?
— Preséntese mañana a primera hora cementerio Oak Hill –En el momento en el que le iba a replicar la llamada se cortó ¿Por qué me citaría en un cementerio?
(…)
Luego de tomar mi café, pedí el trozo de tarta para llevar, esa llamada me dejó inquieta ciertamente la que me había llamado en verdad es una agente lo comprobé en el portal de empleados del Bureau ahora tenía más preguntas que respuestas, igual no me importa tengo que pensar una excusa creíble para rechazar esta misión a menos que se trate del operativo que he estado esperando por tantos meses.
Llegué al departamento que comparto con mi mejor amiga Lizzie veo las cajas en la estancia y la tristeza me invade, mi amiga recibió una beca para estudiar una maestría en Finanzas en Francia, se irá con su prometido Tom.— Hola preciosa –Se detiene al verme empapada de pies a cabeza. –Asumo que la cena con el idiota ese no salió bien –Rodé mis ojos, odiaba que tuviera razón mi amiga siempre a detestado a Greg le parece un doble cara y el sentimiento es mutuo, para mi novio Lizzie es una mala influencia.
— Algo así, no acepta mi carrera –Me fui a la cocina por un tenedor y me senté en una de las butacas de la cocina, comencé a comerme el postre.
— ¿Y por qué te asombras? Solo tú pensaste en que lo iba a hacer
— No necesito esto ahora ¿Sí?
— Lo siento, pero solo espero que no lo dejes por él Hope, aún tengo esperanzas de que abras los ojos.
Suspiré en silencio Lizzie no solía meterse en mis decisiones, pero si yo le dijera ahora mismo que pienso romper el compromiso desde la terraza se la pasaría toda la noche lanzando fuegos artificiales y celebrando como una víspera de año nuevo.— Me voy a descansar –Le dije arrastrando mis pies, apenas si le di dos probadas al postre, cerré la puerta apoyando mi espalda, debo poner mis ideas en orden al momento de conversar con la Agente García.
(…)
Salí del departamento antes que amaneciera, me dirigí al gimnasio de la agencia solo para hacer tiempo y ver si lograba encontrarme con la Agente García, pero se hizo la justa para cumplir la cita, pensé en no asistir, pero y si se trataba trabajar en la misión de la mafia rusa, pero ella dijo de encubierta, ¿Encubierta para la mafia? Esa organización es casi impenetrable.
La cabeza me daba vueltas al estacionar frente al cementerio, no se veía ni un solo alma.— Obvio Hope –Rodé los ojos, cuando estoy nerviosa no sé a dónde se me van las ideas, me bajé del auto y esperé en la entrada.
— Agente Benett –Me giré al ver a la mujer de piel tostada con gafas oscuras.
— Agente García, una reunión en un cementerio muy original, dígame ¿Cuál es esa misión de la que no puede hablarme en la agencia?
— Como sabe llevamos meses tras la pista de Kirill Volkov –Ahora si se había ganado mi total atención, lo había conseguido. –Como sabe la última operación contra la Bratva fue… un fracaso, nuestro informante no sabemos si vive no hemos podido contactarlo y tememos que Volkov lo haya descubierto.
— Me parece bien ¿Dónde entro yo en todo esto? –Para nadie es un secreto que he buscado una operación, pero no quiero parecer eufórica.
— Nuestro informante nos dio varios datos entre ellos las preferencias femeninas de Kirill –Ya comenzaba a tener un mal presentimiento. –Se comenta que la Bratva como organización necesita perpetuar su liderazgo para eso deben garantizar herederos, Kirill no es hombre de una sola mujer así que…
— ¿Quieren que le dé un bebé al hombre que asesinó a mi hermano?
Kirill.-Luego de la tediosa conversación con el líder del consejo estuve conduciendo por las calles de Moscú, observaba mujeres y ninguna era lo suficientemente digna para darme un hijo, además del hecho de que no hubiera alguna que me gustara, tengo mis gustos en mujeres bien plantados, cuerpo curvilíneo, pero bien tonificado para que soporte mis embestidas, cabello negro como el ébano, ojos verdes, labios carnosos, no me gusta variar en mis deleites femeninos, las mujeres en mi opinión con esas características son sensuales y exudan misterio, oscuridad, que me enloquecen, aquí en Rusia solo se ve pura rubia, por lo que mi listado de mujeres casi todas extrajeras ha sido algo limitado; estaciono frente a “Black Roses” mi club privado y el más exclusivo de toda la ciudad. Al entrar el estruendo de la música me revientas los tímpanos observo a cada uno de mis hombres colocados en los puntos estratégicos vigilando cada rincón, me detengo en la barra le hago una seña a Luda para que me
Un Mes Después.-Moscú. –Hope.-No puedo negar que me muero de nervios además de ser mi primera misión no es una cualquiera es estar cara a cara con el hombre que le quitó la vida a mi hermano, observo mi reflejo en el espejo comienzo a sentir nauseas. — ¿Nerviosa? –La agente García me pregunta mirándome fijamente. — Un poco, no es por la misión en sí, es porque no sé si sabré disimular mi odio y desprecio –Pasé días preparándome mentalmente a las mujeres en el FBI nos enseñan a seducir, nuestra sensualidad es el arma más letal con eso en mente me enfoqué debía ser provocativa, rebelde, casi inaccesible una femme fatal a la que Kirill Volkov no pueda resistirse. — Si crees que no puedes hacerlo, solo llámame –Asentí. –Estaré en contacto apenas pueda, no confíes en nadie. — Está bien, estaremos en contacto –Salí del baño del aeropuerto acababa de llegar a Moscú y junto a todo un contingente de agentes para esta operación, solo tenía nueve meses para conseguir un punto débil solo u
Kirill.-Estoy sentado en mi oficina recibiendo los reportes de mis operaciones en Europa, bebiendo un vaso de vodka cuando observo por las cámaras a una hermosa mujer cabello negro liso y largo tiene un flequillo que cubre su frente, su rostro es femenino, bajo la mirada para ver el exquisito cuerpo que adorno el sexy vestido negro.— ¡Que piernas! ¡kakaya krasota zhenshchiny! (Que belleza de mujer) –De inmediato me comunico con el escolta y le ordeno que la deje pasar. Por las cámaras voy observando como camina, sensualidad, elegancia, no es una cualquiera tiene clase, va directamente al bar y comienza a observar todo a su alrededor, me levanto de mi silla y salgo porque necesito verla más de cerca. — Kirill, tengo los reportes de las operaciones en Miami ¿Quieres…— Ahora no Timur –Le pasó por un lado y puedo sentir que me sigue, me detengo en el inicio de las escaleras para seguir observándola. — ¿Quién es ella? –Pregunta mi segundo al mando al encontrar lo que captó mi atenci
Hope.-El desprecio y el odio que siento por este hombre es lo que me está dando la fortaleza para seguir teniéndolo cerca y respirar el mismo aire que él, observo su oficina elegante y varonil, una pared llena con pantallas desde aquí se puede ver cada rincón del club, así que obvio que me vio llegar y fue él quien me dio acceso. — ¿Y bien cuál es tu invitación? –Me giro apoyándome en su escritorio trato de ser coqueta aunque no tanto, me mira como si intentara descubrir algo no quiero que piense que quiero meterme en su cama y no sé qué hare para evitar ese momento. — Más que una invitación es una propuesta créeme que puedo recompensarte muy bien –Veo como se quita el saco colocándolo sobre el sofá negro de la esquina los músculos de sus brazos se pegan a su camisa dejándolos bien marcados, trago grueso y desvío la mirada. — Suena interesante, puedo escuchar aunque no significa que aceptaré –Se para frente a mi llevándose la camisa negra hasta los codos, presto atención a sus tat
Jacob.-Observo como el imponente monasterio de la Trinidad y de San Sergio capta la atención de turistas su estructura se encuentra en el centro de la ciudad Sérguiyev Posad ubicada al nordeste de Moscú, había amanecido y esperábamos noticias de la agente Bennett como su nombre ella era la única esperanza para conseguir lo que queremos de Kirill Volkov.— ¿Crees que la agente Bennett sepa manejar a Volkov? –Las palabras de mi subordinada, la agente García me hicieron girarme. — Es muy astuta e inteligente, fue la mejor en la academia superó a su hermano, además sabemos que lo odia tanto que no caerá en su hechizo, aunque no me convence que se meta en la cama de ese mal nacido. — Pienso que debimos decirle –Alzo la mirada acaricio mi pequeña barba formado un candado con mis dedos. — ¡No! la habríamos perdido y la necesitamos, sé que llegara el momento en el que Hope descubra los secretos de su hermano, pero antes debemos atrapar a Kirill Volkov y recuperar lo que nos pertenece Henr
Hope.- Según mis estudios de Kirill, no tardaría en hacer acto de presencia y con él su propuesta de darle un hijo, solo pensarlo se me estremece el cuerpo, por suerte antes de llegar me colocaron una inyección anticonceptiva, pero eso solo duraría tres meses por lo menos puedo evitarlo durante ese tiempo. Me preparo para tomar un baño, pero antes tomo el zumo de limón y una brocha de maquillaje, como obviamente no podía usar los teléfonos para dar mi reporte tenía otra manera de dejar mensajes, había un infiltrado de la agencia como empleado, nunca sospecharían de él ya que es descendiente de rusos, él podrá leer mi mensaje secreto, sumerjo la brocha en el zumo y comienzo a escribir el mensaje en el espejo del baño, lo primero que suelto es la propuesta del heredero, me dieron cancha libre para decidir en esta misión así que aviso que aceptaré la propuesta y mi próxima ubicación seguramente en la propiedad de Kirill, cuando estoy terminando el mensaje escucho que tocan a la puerta,
Hope.- Nunca podría describir con palabras lo que ahora estaba sintiendo, hacía todo el esfuerzo porque no se notara nada en mi rostro ya que Timur no dejaba de verme por el espejo mientras conducía. Bajé mi mirada hacía el hermoso, delicado pero enorme zafiro azul que ahora adornaba mi mano izquierda, era oficial me había convertido en la prometida de Kirill Volkov una parte de mi sentía nauseas, pero la otra sabía que esta era la mejor manera para dar con mi venganza. Abandoné el hotel ahora me dirigía a su mansión estaba anocheciendo y para este momento ya mi superior debe estar al tanto de mis próximos movimientos, pero ahora debo cuidarme sé que en ese lugar estaré muy vigilada. — ¿Se siente bien señorita? –Escuché la voz lúgubre de Timur mirándome con atención. — No –Confesé con sinceridad. –No conozco bien a Kirill, ni siquiera sé a qué se dedica aunque mi instinto sospecha.— Pensé que le gustaba el peligro –Las comisuras de sus labios se curvaron hacía arriba en una sonri
Hope.- Mi corazón martillaba mis oídos con fuerza, el aire se sentía pesado difícil de respirar, Kirill había decidido planificar un agasajo en mi nombre, presentándome como su prometida ante los miembros de su consejo mafiosos viejos con un largo prontuario de crímenes, empuñé mi mano porque solo deseaba acabar con el mal que erradicaba este mundo, pero recuerdo las palabras de mi hermano “a veces la maldad es necesaria en este mundo” en mi mente nunca trataría de entender el significado de esas palabras, pero lo utilizaré como mantra para calmar mis nervios. Me doy un último vistazo en el espejo de cuerpo completo era de esperarse que la presentación sea algo elegante y extravagante, pero no perderé mi esencia así que opte por un vestido de coctel estampado color negro ajustado elegido del inmenso vestier lleno de ropa para mí y sorprendentemente de mi talla, había pensado que era de otras mujeres, pero no todo tiene etiqueta y huele a nuevo ¿En qué momento habrán conseguido todo