Kirill.-
Luego de la tediosa conversación con el líder del consejo estuve conduciendo por las calles de Moscú, observaba mujeres y ninguna era lo suficientemente digna para darme un hijo, además del hecho de que no hubiera alguna que me gustara, tengo mis gustos en mujeres bien plantados, cuerpo curvilíneo, pero bien tonificado para que soporte mis embestidas, cabello negro como el ébano, ojos verdes, labios carnosos, no me gusta variar en mis deleites femeninos, las mujeres en mi opinión con esas características son sensuales y exudan misterio, oscuridad, que me enloquecen, aquí en Rusia solo se ve pura rubia, por lo que mi listado de mujeres casi todas extrajeras ha sido algo limitado; estaciono frente a “Black Roses” mi club privado y el más exclusivo de toda la ciudad.
Al entrar el estruendo de la música me revientas los tímpanos observo a cada uno de mis hombres colocados en los puntos estratégicos vigilando cada rincón, me detengo en la barra le hago una seña a Luda para que me sirva lo de siempre un trago de mi vodka más costoso.
— Kirill ¡Bienvenido! –Observo de arriba abajo a la mujer que me saluda, es hermosa no lo puedo negar, pero no es mi tipo, Anfisa es una de mis empleadas, una de las encargadas de ofrecer una atención especial a los clientes VIP del club, pero siempre me ha querido hincar el diente, un error de una noche y ahora no me la puedo quitar de encima.
— ¿Cambio de look? –Sonríe enrollando un mechón de su cabello en su dedo, mirándome de manera seductora.
— Solo para ti, sé que esto te gusta –Acaricia mi brazo lentamente, odio que me arruine el primer trago de la noche.
— Anfisa, me gusta la belleza natural –Su borra su sonrisa de inmediato. –No se trata de pintarse el cabello o ponerte lentes de contacto deja de insistir –Anfisa como la mayoría de las rusas es rubia, su cabello es tan amarillo que podría compararse un lingote de oro y sus ojos eran de color marrón claro no podría estar más lejos de mis gustos, se cree la abeja reina de este lugar.
— ¿No te ensenaron a que a una mujer no se le rechaza Kirill? –Ejerzo presión en su muñeca que en este momento se posa sobre mi pecho, su gesto cambio de ser amenazante y seductor a uno de dolor.
— ¿Y tú no aprendes? Soy tu puto jefe Anfisa, que me revolcara contigo una noche estando ebrio no te hace especial ¿Qué es lo que no entiendes? –Aprieto con más fuerza logrando ponerla de rodillas, quejándose del dolor, nadie alrededor hace un intento de ayudarla, porque sabe que no deben meterse.
— ¡Suéltame! Me la estas rompiendo –Dijo apenas audible.
— Que sea la última vez que te creas con el derecho de hablarme como si fueras mi mujer no lo eres y nunca lo serás, si sigues insistiendo voy romperte más que la mano –Le advertí. – ¿Dónde está Shanel? –Le pregunto a Luda señaló con su cabeza la zona VIP, mi sala privada dejo Anfisa tirada en el suelo masajeando su mano, el vigilante de la zona baja la mirada y se aparta comienzo a subir las escaleras Shanel es la zorra que utilizo para satisfacer mis deseos carnales, su padre trabajaba para mí cuando descubrí que ambos me estaban traicionando con aquel federal a su padre lo maté y lo enterré en un lugar donde ella no supiera y a ella la utilizo como mi esclava s3xual haciendo su vida miserable y lo es porque no puede evitar dejar escapar sus gemidos mientras me entierro en ella, cuando llego a mi sala comienzo a desvestirme, ella ya está como debe completamente a mi merced.
— Mi amo –La obligué a llamarme así cada vez que tenemos nuestros encuentros, me acerco a ella y la observo a detalle su cabello es negro rizado, sus ojos son de color verde oliva, aunque hemos tenido sexo un sinfín de ocasiones su cuerpo tiembla de miedo, con mi mano envuelvo uno de sus pechos, se sobresalta y da un paso hacia atrás, la tomó por la cintura y la pego a mi girándola e inclinándola acaricio su espalda, su piel esta erizada ante mi tacto.
— ¿Por qué tienes miedo? –Le susurro al oído, sonriendo con malicia porque disfruto atormentarla con este juego perverso, ella solo niega intentando hacerse la valiente. – ¿No me temes? –Esta vez asintió, acaricie sus redondas y perfectas posaderas, pongo mi mano en su intimidad y comienza a jadear, la acaricio, abro más sus piernas con las mías y sin aviso le doy la primera embestida y así continuo hasta ser más rudo, clavo mis dedos en su piel fuertemente no tengo piedad solo deseo liberar mi estrés, sigo con más fuerza y ella sin poder evitarlo suelta un gemido, observo su rostro a través del espejo sé que lo disfruta, pero en su rostro se refleja el dolor que le estoy causando, no soy un romántico al tener sexo solo me importa mi propio placer y ella es una traidora que no merece romance está viva solo por su físico y lo sabe. – ¡Aaaah! –Ella cae sobre sus rodillas intentado ponerse de pie, pero sus piernas le fallan, la observo mientras limpio el sudor de mi cuerpo con una toalla.
— Cu… Cuan… ¿Cuándo desea verme de nuevo mi amo?
— Cuando yo quiera, todavía estas en deuda conmigo Shanel, me gane muchos enemigos por salvar la vida de tu padre que al final resultó ser un traidor, agradece que tienes una belleza que me encanta de lo contrario estarías acompañándolo bajo tierra –Las lágrimas que contenía al final cedieron. –Yo decido hasta cuando me sirves y me satisfaces tampoco es que lo hagas muy bien, te puedes retirar –Se levanta como puede sin mirarme y sale de la habitación.
Podría obligarla a darme un hijo es la única con la que medio disfruto tener sexo en esta ciudad, puede ser una opción una vez que diera a luz a mi hijo me desharía de ella al fin y al cabo es una traidora y no permitiría que pusiera a mi descendencia en mi contra porque aunque no lo demuestre me odia por haber matado al amor de su vida el agente federal Henry Benett.
Un Mes Después.-Moscú. –Hope.-No puedo negar que me muero de nervios además de ser mi primera misión no es una cualquiera es estar cara a cara con el hombre que le quitó la vida a mi hermano, observo mi reflejo en el espejo comienzo a sentir nauseas. — ¿Nerviosa? –La agente García me pregunta mirándome fijamente. — Un poco, no es por la misión en sí, es porque no sé si sabré disimular mi odio y desprecio –Pasé días preparándome mentalmente a las mujeres en el FBI nos enseñan a seducir, nuestra sensualidad es el arma más letal con eso en mente me enfoqué debía ser provocativa, rebelde, casi inaccesible una femme fatal a la que Kirill Volkov no pueda resistirse. — Si crees que no puedes hacerlo, solo llámame –Asentí. –Estaré en contacto apenas pueda, no confíes en nadie. — Está bien, estaremos en contacto –Salí del baño del aeropuerto acababa de llegar a Moscú y junto a todo un contingente de agentes para esta operación, solo tenía nueve meses para conseguir un punto débil solo u
Kirill.-Estoy sentado en mi oficina recibiendo los reportes de mis operaciones en Europa, bebiendo un vaso de vodka cuando observo por las cámaras a una hermosa mujer cabello negro liso y largo tiene un flequillo que cubre su frente, su rostro es femenino, bajo la mirada para ver el exquisito cuerpo que adorno el sexy vestido negro.— ¡Que piernas! ¡kakaya krasota zhenshchiny! (Que belleza de mujer) –De inmediato me comunico con el escolta y le ordeno que la deje pasar. Por las cámaras voy observando como camina, sensualidad, elegancia, no es una cualquiera tiene clase, va directamente al bar y comienza a observar todo a su alrededor, me levanto de mi silla y salgo porque necesito verla más de cerca. — Kirill, tengo los reportes de las operaciones en Miami ¿Quieres…— Ahora no Timur –Le pasó por un lado y puedo sentir que me sigue, me detengo en el inicio de las escaleras para seguir observándola. — ¿Quién es ella? –Pregunta mi segundo al mando al encontrar lo que captó mi atenci
Hope.-El desprecio y el odio que siento por este hombre es lo que me está dando la fortaleza para seguir teniéndolo cerca y respirar el mismo aire que él, observo su oficina elegante y varonil, una pared llena con pantallas desde aquí se puede ver cada rincón del club, así que obvio que me vio llegar y fue él quien me dio acceso. — ¿Y bien cuál es tu invitación? –Me giro apoyándome en su escritorio trato de ser coqueta aunque no tanto, me mira como si intentara descubrir algo no quiero que piense que quiero meterme en su cama y no sé qué hare para evitar ese momento. — Más que una invitación es una propuesta créeme que puedo recompensarte muy bien –Veo como se quita el saco colocándolo sobre el sofá negro de la esquina los músculos de sus brazos se pegan a su camisa dejándolos bien marcados, trago grueso y desvío la mirada. — Suena interesante, puedo escuchar aunque no significa que aceptaré –Se para frente a mi llevándose la camisa negra hasta los codos, presto atención a sus tat
Jacob.-Observo como el imponente monasterio de la Trinidad y de San Sergio capta la atención de turistas su estructura se encuentra en el centro de la ciudad Sérguiyev Posad ubicada al nordeste de Moscú, había amanecido y esperábamos noticias de la agente Bennett como su nombre ella era la única esperanza para conseguir lo que queremos de Kirill Volkov.— ¿Crees que la agente Bennett sepa manejar a Volkov? –Las palabras de mi subordinada, la agente García me hicieron girarme. — Es muy astuta e inteligente, fue la mejor en la academia superó a su hermano, además sabemos que lo odia tanto que no caerá en su hechizo, aunque no me convence que se meta en la cama de ese mal nacido. — Pienso que debimos decirle –Alzo la mirada acaricio mi pequeña barba formado un candado con mis dedos. — ¡No! la habríamos perdido y la necesitamos, sé que llegara el momento en el que Hope descubra los secretos de su hermano, pero antes debemos atrapar a Kirill Volkov y recuperar lo que nos pertenece Henr
Hope.- Según mis estudios de Kirill, no tardaría en hacer acto de presencia y con él su propuesta de darle un hijo, solo pensarlo se me estremece el cuerpo, por suerte antes de llegar me colocaron una inyección anticonceptiva, pero eso solo duraría tres meses por lo menos puedo evitarlo durante ese tiempo. Me preparo para tomar un baño, pero antes tomo el zumo de limón y una brocha de maquillaje, como obviamente no podía usar los teléfonos para dar mi reporte tenía otra manera de dejar mensajes, había un infiltrado de la agencia como empleado, nunca sospecharían de él ya que es descendiente de rusos, él podrá leer mi mensaje secreto, sumerjo la brocha en el zumo y comienzo a escribir el mensaje en el espejo del baño, lo primero que suelto es la propuesta del heredero, me dieron cancha libre para decidir en esta misión así que aviso que aceptaré la propuesta y mi próxima ubicación seguramente en la propiedad de Kirill, cuando estoy terminando el mensaje escucho que tocan a la puerta,
Hope.- Nunca podría describir con palabras lo que ahora estaba sintiendo, hacía todo el esfuerzo porque no se notara nada en mi rostro ya que Timur no dejaba de verme por el espejo mientras conducía. Bajé mi mirada hacía el hermoso, delicado pero enorme zafiro azul que ahora adornaba mi mano izquierda, era oficial me había convertido en la prometida de Kirill Volkov una parte de mi sentía nauseas, pero la otra sabía que esta era la mejor manera para dar con mi venganza. Abandoné el hotel ahora me dirigía a su mansión estaba anocheciendo y para este momento ya mi superior debe estar al tanto de mis próximos movimientos, pero ahora debo cuidarme sé que en ese lugar estaré muy vigilada. — ¿Se siente bien señorita? –Escuché la voz lúgubre de Timur mirándome con atención. — No –Confesé con sinceridad. –No conozco bien a Kirill, ni siquiera sé a qué se dedica aunque mi instinto sospecha.— Pensé que le gustaba el peligro –Las comisuras de sus labios se curvaron hacía arriba en una sonri
Hope.- Mi corazón martillaba mis oídos con fuerza, el aire se sentía pesado difícil de respirar, Kirill había decidido planificar un agasajo en mi nombre, presentándome como su prometida ante los miembros de su consejo mafiosos viejos con un largo prontuario de crímenes, empuñé mi mano porque solo deseaba acabar con el mal que erradicaba este mundo, pero recuerdo las palabras de mi hermano “a veces la maldad es necesaria en este mundo” en mi mente nunca trataría de entender el significado de esas palabras, pero lo utilizaré como mantra para calmar mis nervios. Me doy un último vistazo en el espejo de cuerpo completo era de esperarse que la presentación sea algo elegante y extravagante, pero no perderé mi esencia así que opte por un vestido de coctel estampado color negro ajustado elegido del inmenso vestier lleno de ropa para mí y sorprendentemente de mi talla, había pensado que era de otras mujeres, pero no todo tiene etiqueta y huele a nuevo ¿En qué momento habrán conseguido todo
Hope.- Después de lo sucedido con la tal Anfisa, Kirill me sacó sin dar muchas explicaciones del Black Roses dejando a cargo a Timur, para mí era un alivio no tener otro par de ojos escrutando cada detalle de mis gestos. Lo que vi esta noche me dejó claro que a este hombre no le tiembla el pulso para deshacerse de alguien que lo haya ofendido, de solo pensar en mi hermano renace la furia en mi interior. Estacionamos en un mirador bastante alejado, no me había dado cuenta lo solitario que era, podría matarlo en este lugar y me daría la oportunidad de huir tener mi venganza, pero por alguna extraña razón pensar en eso no me… complace. La puerta del copiloto se abre veo su mano extendida y me ayuda a salir, me ayudó a colocarme el abrigo negro de piel, sentí el frío infiltrándose en mi piel, mi aliento salía en una nube blanca flotando en el aire cada vez que exhalaba, di unos pasos en silencio y vi a lo lejos las luces que iluminaban la ciudad de Moscú.— Me dejaste demostrado esta n