Nelson prosiguió con su trabajo y cada vez le agradaba más la idea de contraer matrimonio con ella. Debería consultarlo con sus padres y, por supuesto, con Andrés. Ahora que él había entrado en la vida de su mujer, no podía abandonarla. Andrés está contemplando la forma de llevar a su hija a su hogar. —¡Halo! —Buenos días, Lucrecia, necesito un favor tuyo. —Dime, que deseas. — Me voy a Inglaterra con mi hija, no sé qué diablos le hizo tu hijo a la mía, que rápidamente decidió venirse conmigo, cuando antes se negaba a que la alejara de él, pero el favor que te quiero pedir es que no le des mi dirección. ¿Me ayudas? — Aun así, eso que me pides es muy cruel, mi hijo la ama. — Pues creo que no, solo dame tres años, si él sigue enamorado de mi hija cuando ese plazo se cumpla, como tú lo afirmas, yo mismo los reuniré, no obstante, si él no la busca mejor. No quiero que mi hija tenga la misma suerte que su madre, tú también le debes eso. —Andrés, es mi hijo. Si él la busca no lo voy a
Los dos sonrieron al ver la broma que hizo él, pues había acertado para ver de nuevo sonreír a su hija. Aunque su corazón anhelaba que su hija aprendiera de manera rápida, el camino es largo y, sobre todo, presentarla ante la sociedad para que se desenvuelva. Y sepan que él tiene a su heredera, que es su hija. —Hija, dentro de quince días iremos a ver un especialista en la garganta a ver qué fue lo que te paso. —Vicky abrió los ojos ante aquella revelación, que alguien le revisara su garganta y la ilusión de poder hablar. Eso sería un milagro que ella quería recibir. Andrés contrató a un experto para que examinara a su hija y ver si tenía remedio su caso, la llevó a una sala para poder examinarla. Vicky está nerviosa, está en una de las clínicas más prestigiosas, después de que le hicieron los estudios para ver su caso, le toca esperar unos minutos. Andrés le dio un recorrido por el lugar mientras esperaban los resultados. Tras varias horas, los llamaron para que pasaran con el espec
Luego de que Lucrecia conversara con su hijo, salió de la oficina dejando a Nelson pensativo y feliz. Inmediatamente, llamó a su secretaria para indicarle que hablara con los clientes que se cancelarían todas las reuniones de esta semana, esperando que los clientes aceptaran. Él tiene asuntos más relevantes en los que ocuparse. —Señor, los clientes aceptaron para nuevo aviso. —Perfecto. —Nelson salió de su oficina, no sin antes ordenarle a su secretaria que tuviera los documentos y la presentación preparada, a lo cual ella se puso en marcha a preparar todo. Ese día deseaba estar libre de toda obligación. Nelson llegó a su casa para hacer las maletas, tenía que hacer que los clientes firmaran, ya que eso le da más prestigio y más ingresos, el carácter de Nelson ya no es el mismo, es un hombre frío y calculador, primero escucha para después actuar, no es un hombre fácil de tratar. Aunque estar al tanto de su amada lo ha puesto de buen humor. Llegó el momento de partir hacia su destin
Se dirigieron a la pista de baile, bailaron, cuando una mujer se cruzó por la mirada de él. Miró varias veces a ver si no era que la vista le estaba fallando. Miró una mujer con un vestido blanco hueso, largo hasta los tobillos, corte princesa que disimulaba su enorme barriga. Se miraba preciosa la joven. La joven no le miró que se dirigió hacia el siguiente salón. —Samy me permites un momento, tengo algo que hacer. —Sin esperar, la respuesta se encaminó hacia donde vio desaparecer a la joven. Entraba en el salón continuo, había menos invitados ahí, observé y no la miré. Siguió caminando hacia la siguiente puerta, llegando a una especie de galería, hay muchos admirando las pinturas, pero la joven no está ahí. Sigue hacia unas puertas de vidrio y mira que es un enorme balcón. Mira hacia la izquierda y Nelson se acerca sigilosamente a ella, su corazón no para de latir, ella es perfecta para sus ojos, no sabe por qué tiene la esperanza de que sea ella, pero también sabe que puede lleva
Al verlo salir del brazo de su padre, Nelson se despidió amablemente de sus anfitriones, recalcándole que le notificaran si deseaban tener negocios con él, a lo que el señor Wood se levantó y le estrecho la mano. —Mañana tendrá mi respuesta, que tenga una linda noche. — Igual para ustedes, fue un gusto conocerla, señorita. —ella lo miró con molestia. —Espero me recompense por haberme dejado plantada. —¡Lo siento! Pero no estaré libre los días que estaré aquí, así que reciba mis más sinceras disculpas, me despido, que tengan una linda velada con permiso. Sin esperar respuesta de ellos, se marchó. Quería verla antes de que se subiera al vehículo. Salió del lugar, buscó con la mirada hasta que la miró siendo ayudada por Andrés. Subiendo al vehículo, esa sonrisa no se le podía borrar del rostro al verla cargar su bebé en su vientre. La hacía verse más bella. Nelson agarró un taxi para que lo llevara al hotel. Miraba el celular a cada momento, tenía ansiedad, esperando el mensaje de s
Ella estaba muy contenta de tenerlo ahí para ella, se besaron sin bajar la guardia, no querían ser sorprendidos, Vicky ahora que lo tiene siente que es la mujer más feliz. —¿Cómo están mis dos amores? —ella rápidamente toma el lápiz y el papel que posaban en una mesita junto a la silla mecedora. “Estamos bien y tú” —Ahora estoy completo, porque estoy con ustedes. Le abrazo y le susurro al oído — «Quiero conocer tu habitación». Ella sonrió y se puso colorada, le tomó de la mano y lo condujo dentro de la casa, mirando primero que nadie estuviera en su camino. Al ver que todo estaba desolado, lo guio por escaleras arribas y lo introdujo a su habitación. Nelson exploró la habitación, era muy hermosa, se ve que Andrés la tiene como una reina. —Me alegra ver que estás bien cómoda aquí, ya veo que tu padre está cumpliendo muy bien con su papel. Vicky asintió y se sentó en la cama, el embarazo la cansaba mucho, además su corazón latía con fuerza por tenerlo tan cerca, Nelson se sentó a
Andrés sabe que Nelson estaba en la habitación de su hija, al menos los dos jóvenes meditaban que nadie los había descubierto. Si algo ha aprendido con los años, es a ser observador, al parecer ese joven es bien descuidado dejo la faja de su pantalón tirada a un lado de la cama, que ni Vicky se dio cuenta, por eso fingió en que la propuesta de Jorge le agradaba. En cuanto salió de la habitación de su hija llamo al padre de Nelson. —Salió tal como lo previste, eres un viejo zorro, a veces das miedo. —Era la única manera que se me ocurrió a orillarlo, ese condenado muchacho ama a tu hija con locura. —Más le vale porque si le hace algún daño le saco las tripas. —Morris ríe a carcajadas. —Su antigua novia no logró convencerlo de que firmara la herencia y tu hija ni siquiera se lo pidió y corrió hacia mí, para firmarla. —Ahora tu hijo me ha de odiar, pensando en que yo acepte a ese patán, aún le falta malicia al muchacho, ni siquiera se percató de que supe que él está aquí. Cree que no
Nelson, muy seguro de sí mismo, entro en la casa, mientras ella lo espera en la entrada y como si fuera su casa subió hasta la habitación de ella llevándola de la mano. Quiere marcar su derecho sobre su amada. —Te extrañé cariño, las pensé todo el día, me urgía por estar con ustedes dos. Ella caminó hasta donde tenía el cuadernillo, pero unos brazos la sujetaron fuerte por detrás, atrayéndola hacia el fornido cuerpo de él, besando su cuello, ella entendió que él no quería palabras sino acción. De inmediato la calentó, ella también está deseosa de él. Ella le correspondió dándose la vuelta y buscando los labios que la transportaban al placer, al igual que él ella también lo extrañaba, Nelson sube la bata hasta sacarla por sobre su cabeza, queriendo tocar la piel de su mujer, le sujeto duro el trasero, a lo cual ella gimió en los labios de él. —Vicky… ¿Estás despierta? —Unos toques, seguido de una voz, los interrumpieron, asustándolos. —¡Maldición! —susurro Nelson, soltó a Vicky dán