Ella estaba muy contenta de tenerlo ahí para ella, se besaron sin bajar la guardia, no querían ser sorprendidos, Vicky ahora que lo tiene siente que es la mujer más feliz. —¿Cómo están mis dos amores? —ella rápidamente toma el lápiz y el papel que posaban en una mesita junto a la silla mecedora. “Estamos bien y tú” —Ahora estoy completo, porque estoy con ustedes. Le abrazo y le susurro al oído — «Quiero conocer tu habitación». Ella sonrió y se puso colorada, le tomó de la mano y lo condujo dentro de la casa, mirando primero que nadie estuviera en su camino. Al ver que todo estaba desolado, lo guio por escaleras arribas y lo introdujo a su habitación. Nelson exploró la habitación, era muy hermosa, se ve que Andrés la tiene como una reina. —Me alegra ver que estás bien cómoda aquí, ya veo que tu padre está cumpliendo muy bien con su papel. Vicky asintió y se sentó en la cama, el embarazo la cansaba mucho, además su corazón latía con fuerza por tenerlo tan cerca, Nelson se sentó a
Andrés sabe que Nelson estaba en la habitación de su hija, al menos los dos jóvenes meditaban que nadie los había descubierto. Si algo ha aprendido con los años, es a ser observador, al parecer ese joven es bien descuidado dejo la faja de su pantalón tirada a un lado de la cama, que ni Vicky se dio cuenta, por eso fingió en que la propuesta de Jorge le agradaba. En cuanto salió de la habitación de su hija llamo al padre de Nelson. —Salió tal como lo previste, eres un viejo zorro, a veces das miedo. —Era la única manera que se me ocurrió a orillarlo, ese condenado muchacho ama a tu hija con locura. —Más le vale porque si le hace algún daño le saco las tripas. —Morris ríe a carcajadas. —Su antigua novia no logró convencerlo de que firmara la herencia y tu hija ni siquiera se lo pidió y corrió hacia mí, para firmarla. —Ahora tu hijo me ha de odiar, pensando en que yo acepte a ese patán, aún le falta malicia al muchacho, ni siquiera se percató de que supe que él está aquí. Cree que no
Nelson, muy seguro de sí mismo, entro en la casa, mientras ella lo espera en la entrada y como si fuera su casa subió hasta la habitación de ella llevándola de la mano. Quiere marcar su derecho sobre su amada. —Te extrañé cariño, las pensé todo el día, me urgía por estar con ustedes dos. Ella caminó hasta donde tenía el cuadernillo, pero unos brazos la sujetaron fuerte por detrás, atrayéndola hacia el fornido cuerpo de él, besando su cuello, ella entendió que él no quería palabras sino acción. De inmediato la calentó, ella también está deseosa de él. Ella le correspondió dándose la vuelta y buscando los labios que la transportaban al placer, al igual que él ella también lo extrañaba, Nelson sube la bata hasta sacarla por sobre su cabeza, queriendo tocar la piel de su mujer, le sujeto duro el trasero, a lo cual ella gimió en los labios de él. —Vicky… ¿Estás despierta? —Unos toques, seguido de una voz, los interrumpieron, asustándolos. —¡Maldición! —susurro Nelson, soltó a Vicky dán
Jorge salió de la mansión hecha una furia, ya que Andrés lo había humillado y lo peor es que delante de Nelson, mientras que Samy estaba desbastada ante lo sucedido, todo se le había venido abajo. Se subieron en silencio en el auto, Jorge condujo sin rumbo, mientras ella le decía que la llevara a su casa, tenía que asimilar todo de lo que había pasado en la cena. —Llévame a mi casa, quiero descansar de toda esta basura. —Tú te vienes conmigo. —¿A dónde? —ella lo ve con molestia. —A donde sea que te lleve, ¡Maldita sea, deja de preguntar! Estoy furioso, nunca nadie se había atrevido a humillarme. —Déjame en mi casa, si no te la verás con mi padre, quien demonios te crees para hablarme de esa manera. Jorge detuvo el auto frenando de golpe, tomo de la quijada a Samy con fuerza, haciendo que ella se queje del dolor, la miro con lujuria y malicia. Eso asusto mucho a la joven, ya que esta vez si quería irse para su casa, no sentía ninguna atracción hacia Jorge. —Contigo me quitaré est
En el despacho de Andrés reinaba el silencio incómodo, Nelson no aparto ni un segundo su mirada de él, no se dejaría intimidar, no podía perder de nuevo a Vicky. Él tiene que ser suficiente para defender lo que ama, ahora llego la prueba de fuego, más sabiendo que su hija está en camino. —¡Que pensabas, entrando a mi casa como un vulgar ladrón! —¡Lo siento! Por entrar como un vulgar ladrón, pero no me arrepiento porque lo haría una y mil veces por mi mujer y mi hija. —Tienes huevos muchachos, aunque no es la manera de hacerlo, estás denigrando a mi hija ¡Lo sabes! —No era mi intención, pero no voy a permitir que me separe de ellas. Ella es mi prometida, la mujer que amo con todo mi corazón. —Mi hija no sale de aquí a menos que sea casada. Con ser tu prometida no es suficiente, tienes que demostrarme que eres lo mejor para ella. —Estoy dispuesto a casarme si usted me da su permiso. Solamente deme la oportunidad de demostrarle que soy su mejor opción. —¡Bien dicho! Pero no es así
Mientras que Nelson ha llegado a casa de su madre, con el corazón roto en mil pedazos, se sentía vacío sin Vicky, aunque en su mente solamente le martillaba que tenía que convertirse en un influyente en los negocios como su padre, si quería verla de nuevo. —¿Por qué no vino Vicky contigo? —indago su madre en cuanto él entró a la casa. —Andrés no lo permitió, me puso condiciones si quiero casarme con ella. —¿Cuáles condiciones? —le pregunto su padre, muy interesado en saber a qué jugaba Andrés. —Permitirá mi matrimonio con su hija si logro ser parte de la junta de tiburones, sin tu ayuda. Es algo que debo abrirme camino yo solo. —¿Aceptaste eso? Es una idea descabellada, en poco tiempo no podrás hacer eso, menos sin ayuda. —Acepte, así que a partir de hoy tomaré el control de la empresa, mi hija pronto nacerá y quiero estar para ese momento. No tengo tiempo que perder, adjunte varias reuniones para mañana. —Mi primer nieto es una niña, estoy emocionada. —Así que una nieta, me ag
No estoy tranquilo sabiendo que ella está fuera de la casa, en qué demonios estaba pensando su padre, llevándola ahí. Tomo de un sorbo mi trago, me siento incómodo, si la golpean por accidente o se cae en esos pisos tan lisos. Se me vienen tantos accidentes que puede sufrir ella en su estado. —Señor, las personas que esperaba llegaron. —la secretaria interrumpe mis pensamientos. —Hágalos pasar. —Estoy ansioso, tengo que bregar con todo esto. Miro entrar a dos hombres de mediana edad, los conozco han salido en varias revistas de negocios, son hombres influyentes, que si trabajan en conjunto conmigo me harían ganar popularidad. Llego el momento de poner a prueba mi intelecto e inteligencia, si los convenzo abre recorrido la mitad del camino. —Tomen asientos señores. Es un gusto recibirlos. —Señor, Morris, es un gusto conocerlo, mi nombre es Ángel y él es mi hermano Cebas, como sabrá tenemos una empresa muy popular en el mercado. Recibimos su invitación y aquí estamos para escucharlo
Al llegar a la clínica, ya dos médicos la estaban esperando y la ingresaron de inmediato, haciendo que él esperara en la sala de espera. Jorge está muy enfadado con Samy, porque no le contesta, así que decidió llamarla para preguntarle por qué no le contesta, pero las llamadas van directamente al buzón, así que Jorge decidió llamar a su padre. Tenía que demostrarle a la chica que él era su dueño. —¡Halo! —Hola, Carlos, soy Jorge, quería invitarte a tomar unos tragos. —Ellos se conocen de tiempos atrás, han llevado algunos negocios juntos. —¡Lo siento! No podré acompañarte, estoy en la clínica, mi hija se ha puesto muy mal. —Cuando Jorge oyó eso, su corazón se paró durante un instante. —Dime en que clínica estas, voy para allá. —Colgó y busco las llaves del auto, cuando le cayó el mensaje, con la dirección de la clínica. —Es mi culpa, ¡Maldición! Soy un maldito HDP. Llegó apresuradamente a la clínica, buscó a Carlos, quien lo vio de lejos sentado con las manos en la cabeza; se not