Jorge salió de la mansión hecha una furia, ya que Andrés lo había humillado y lo peor es que delante de Nelson, mientras que Samy estaba desbastada ante lo sucedido, todo se le había venido abajo. Se subieron en silencio en el auto, Jorge condujo sin rumbo, mientras ella le decía que la llevara a su casa, tenía que asimilar todo de lo que había pasado en la cena. —Llévame a mi casa, quiero descansar de toda esta basura. —Tú te vienes conmigo. —¿A dónde? —ella lo ve con molestia. —A donde sea que te lleve, ¡Maldita sea, deja de preguntar! Estoy furioso, nunca nadie se había atrevido a humillarme. —Déjame en mi casa, si no te la verás con mi padre, quien demonios te crees para hablarme de esa manera. Jorge detuvo el auto frenando de golpe, tomo de la quijada a Samy con fuerza, haciendo que ella se queje del dolor, la miro con lujuria y malicia. Eso asusto mucho a la joven, ya que esta vez si quería irse para su casa, no sentía ninguna atracción hacia Jorge. —Contigo me quitaré est
En el despacho de Andrés reinaba el silencio incómodo, Nelson no aparto ni un segundo su mirada de él, no se dejaría intimidar, no podía perder de nuevo a Vicky. Él tiene que ser suficiente para defender lo que ama, ahora llego la prueba de fuego, más sabiendo que su hija está en camino. —¡Que pensabas, entrando a mi casa como un vulgar ladrón! —¡Lo siento! Por entrar como un vulgar ladrón, pero no me arrepiento porque lo haría una y mil veces por mi mujer y mi hija. —Tienes huevos muchachos, aunque no es la manera de hacerlo, estás denigrando a mi hija ¡Lo sabes! —No era mi intención, pero no voy a permitir que me separe de ellas. Ella es mi prometida, la mujer que amo con todo mi corazón. —Mi hija no sale de aquí a menos que sea casada. Con ser tu prometida no es suficiente, tienes que demostrarme que eres lo mejor para ella. —Estoy dispuesto a casarme si usted me da su permiso. Solamente deme la oportunidad de demostrarle que soy su mejor opción. —¡Bien dicho! Pero no es así
Mientras que Nelson ha llegado a casa de su madre, con el corazón roto en mil pedazos, se sentía vacío sin Vicky, aunque en su mente solamente le martillaba que tenía que convertirse en un influyente en los negocios como su padre, si quería verla de nuevo. —¿Por qué no vino Vicky contigo? —indago su madre en cuanto él entró a la casa. —Andrés no lo permitió, me puso condiciones si quiero casarme con ella. —¿Cuáles condiciones? —le pregunto su padre, muy interesado en saber a qué jugaba Andrés. —Permitirá mi matrimonio con su hija si logro ser parte de la junta de tiburones, sin tu ayuda. Es algo que debo abrirme camino yo solo. —¿Aceptaste eso? Es una idea descabellada, en poco tiempo no podrás hacer eso, menos sin ayuda. —Acepte, así que a partir de hoy tomaré el control de la empresa, mi hija pronto nacerá y quiero estar para ese momento. No tengo tiempo que perder, adjunte varias reuniones para mañana. —Mi primer nieto es una niña, estoy emocionada. —Así que una nieta, me ag
No estoy tranquilo sabiendo que ella está fuera de la casa, en qué demonios estaba pensando su padre, llevándola ahí. Tomo de un sorbo mi trago, me siento incómodo, si la golpean por accidente o se cae en esos pisos tan lisos. Se me vienen tantos accidentes que puede sufrir ella en su estado. —Señor, las personas que esperaba llegaron. —la secretaria interrumpe mis pensamientos. —Hágalos pasar. —Estoy ansioso, tengo que bregar con todo esto. Miro entrar a dos hombres de mediana edad, los conozco han salido en varias revistas de negocios, son hombres influyentes, que si trabajan en conjunto conmigo me harían ganar popularidad. Llego el momento de poner a prueba mi intelecto e inteligencia, si los convenzo abre recorrido la mitad del camino. —Tomen asientos señores. Es un gusto recibirlos. —Señor, Morris, es un gusto conocerlo, mi nombre es Ángel y él es mi hermano Cebas, como sabrá tenemos una empresa muy popular en el mercado. Recibimos su invitación y aquí estamos para escucharlo
Al llegar a la clínica, ya dos médicos la estaban esperando y la ingresaron de inmediato, haciendo que él esperara en la sala de espera. Jorge está muy enfadado con Samy, porque no le contesta, así que decidió llamarla para preguntarle por qué no le contesta, pero las llamadas van directamente al buzón, así que Jorge decidió llamar a su padre. Tenía que demostrarle a la chica que él era su dueño. —¡Halo! —Hola, Carlos, soy Jorge, quería invitarte a tomar unos tragos. —Ellos se conocen de tiempos atrás, han llevado algunos negocios juntos. —¡Lo siento! No podré acompañarte, estoy en la clínica, mi hija se ha puesto muy mal. —Cuando Jorge oyó eso, su corazón se paró durante un instante. —Dime en que clínica estas, voy para allá. —Colgó y busco las llaves del auto, cuando le cayó el mensaje, con la dirección de la clínica. —Es mi culpa, ¡Maldición! Soy un maldito HDP. Llegó apresuradamente a la clínica, buscó a Carlos, quien lo vio de lejos sentado con las manos en la cabeza; se not
Tras varias horas de vuelo, Nelson estaba desesperado por llegar. Al bajar del avión, le preguntaron por las maletas, él solo les dijo que viajaba libre de maletas. Salió rápidamente del aeropuerto y contrató un taxi para que lo trasladara a la clínica. Quiere saber de ellas. —¡Disculpe, puede ir más rápido! —con desesperación, le dijo al taxista. —La ley no me permite ir a más de esta velocidad, señor. —Mi mujer está por dar a luz o ya lo hizo, no sé, estoy preocupado y desesperado. —Ya casi llegamos, y felicidades, es un bello regalo de Dios. —Gracias. Nelson llegó a la clínica después de media hora, y le dio un billete que es más de lo que le cobraba el taxista, únicamente salió del auto, diciéndole que se quedara con el cambio. Corrió por el pasillo en busca de alguien que le informara, hasta que una enfermera le llamó la atención diciéndole que estaba prohibido correr por los pasillos, cuando su mirada se desvió hacia alguien que le era familiar, en eso visualizó a Andrés.
Jorge se sentía el peor hombre que hubiera existido, como fue que perdió el control con ella, él había visto a Samy crecer y como Carlos se sacrificó por ella al criarla sin ayuda de nadie, y verlo afligido solo lo hizo recordar cuando Marta, la madre de Samy lo dejo por otro hombre sin importarle su hija. En este momento, él era el responsable de su sufrimiento. —Amigo, yo te ayudaré. —le dijo, aunque sabía quién era el culpable y cuando él se diera cuenta se le vendría con todo. —Quiero a ese HDP muerto, lo quiero muerto, Jorge, nadie daña a mi tesoro y vive. —ante esas palabras, Jorge traga grueso, no tiene ni la más remota idea como le iba a hacer. —Cálmate, hay que pensar con mente fría. Esperemos a ver que ella nos dice. —Carlos iba a decir algo cuando el médico le dijo que podía ir a ver a su hija. —Ya está despierta su hija. —Informa el médico. Eso le hizo ver preocupado a su amigo, no sabía cómo él miraría a su hija, la vergüenza por la falta de atención lo corroía. Recu
—Pronto se irá papá, mi amor, trataré de llamar a tu madre para verte en videollamada, desde ya las empiezo a extrañar. Trataré que el tiempo que esté lejos sea leve. Vicky abrazó a Nelson y a la bebé y les dio un beso a los dos. Nelson acostó a la bebé en la cuna y le dio un beso en la frente. Se acercó a su mujer y acostándose a la par de ella, la atrajo hacia él. Quería que ese momento se quedara grabado en su memoria, para los momentos de soledad recordarlos con alegría. —¿Sabes que deseo en este momento? —ella sonrió, se imagina que sabe la repuesta a esa pregunta— Pero sabré esperar, la próxima vez que regrese no te salvaras de mí. Ella también deseaba, se acostó en su pecho acariciando sus pectorales, eso hacía que él suspirara, sentir su leve caricia lo encendía, pero comprendía que ella no estaba bien para hacerlo, tendrá que ser paciente y esperar. —Amor, tienes algún nombre para nuestra hija, yo elijo el primer nombre y el segundo lo puedes elegir tú. Nelson, sabiendo d