En casa de Lucrecia… — Hijo llegaron, sean bienvenidos, hola, Vicky, preciosa. — la joven tímidamente le hizo una reverencia al escuchar el saludo— Dame un abrazo cariño, no seas tímida conmigo. — abrazo a su hijo y a Vicky. Lucrecia notó las marcas de dedos en el cuello de la joven, ahora entendía el malestar de Andrés, rogaba que su hijo no fuera el responsable de ese maltrato. — ¡Estamos aquí, madre!, ¿cuál es la urgencia? — Ya comieron. Han de venir cansados, tranquilo mi amor, todo a su tiempo, tomen asiento. — Si madre, ya comimos, lo que tengo es sueño, bueno, al menos yo no dormí en toda la noche. — ¡Excelente! Llevaré a Vicky a una habitación para que descanse, tú espérame aquí, quiero que hablemos un momento. — Pero el que no he dormido soy yo, Vicky está bien descansada. —ambas mujeres lo voltean a ver, Vicky solamente sonríe mientras su madre le hace un ademán de que espere. — Tú espérame aquí, no seas un llorón. —Nelson vio el rostro de enojo en su madre, algo and
Nelson siente que con ella no es solamente sexo el que está teniendo, es algo que aún no lo puede explicar, aunque de lo que sí está seguro es que él la ama. —Me gusto. —le dijo al oído, ella lo miró con una sonrisa y lo abrazó— No me dejes preciosa, no quiero perderte. Te amo. Ella no entiende por qué le repite lo mismo, ella no lo piensa abandonar. Quisiera gritarle que jamás lo dejara, él es lo único que tiene, si tan solo ella pudiera decirle lo mucho que lo ama. Ambos se durmieron abrazados, ella se durmió casi de inmediato, mientras que él no podía conciliar el sueño, meditando en lo peor. Al día siguiente Nelson dejo a Vicky durmiendo, se levantó y se alistó para ir a enfrentar a su nuevo suegro, se la encargo a su madre, se dirigió al hotel donde Andrés lo espera, su madre lo aviso de su llegada, traga grueso con solamente imaginarse lo que ese hombre le dirá. —Madre, cuídamela, hablaré seriamente de lo nuestro, con él. —No me lo tienes que decir, hijo, cuida muy bien tus
Andrés sonrió al verla contenta de sus palabras, aunque le dolía ver una joven tan bella sin poder hablar. Ella aclaró su garganta y miró a bien contarle desde que la conoció en la secundaria, donde una hermosa joven de escasos recursos logró obtener una beca para un colegio de prestigio y todo fue muy costoso. Ella emocionada al saber que su madre era muy inteligente. —Tu madre y yo fuimos los mejores amigos, en la secundaria, después fuimos a la universidad, ella nos ayudaba mucho a subir nuestras notas, era una mujer inteligente, fue ahí donde yo me enamoré de ella. —Vicky abrió los ojos como platos al escuchar aquella revelación: fuimos novios, pero cometí el error de presentarla en mi mundo, que no estaba preparada ni acostumbrada, la humillaron por su origen humilde. Yo era muy joven en ese tiempo y no le supe defenderla, quise huir con ella, pero un día ella desapareció de mi vista y nunca más la volví a ver, hasta que supe que para rectificar mi error y alcanzar el perdón. —Vi
Nelson prosiguió con su trabajo y cada vez le agradaba más la idea de contraer matrimonio con ella. Debería consultarlo con sus padres y, por supuesto, con Andrés. Ahora que él había entrado en la vida de su mujer, no podía abandonarla. Andrés está contemplando la forma de llevar a su hija a su hogar. —¡Halo! —Buenos días, Lucrecia, necesito un favor tuyo. —Dime, que deseas. — Me voy a Inglaterra con mi hija, no sé qué diablos le hizo tu hijo a la mía, que rápidamente decidió venirse conmigo, cuando antes se negaba a que la alejara de él, pero el favor que te quiero pedir es que no le des mi dirección. ¿Me ayudas? — Aun así, eso que me pides es muy cruel, mi hijo la ama. — Pues creo que no, solo dame tres años, si él sigue enamorado de mi hija cuando ese plazo se cumpla, como tú lo afirmas, yo mismo los reuniré, no obstante, si él no la busca mejor. No quiero que mi hija tenga la misma suerte que su madre, tú también le debes eso. —Andrés, es mi hijo. Si él la busca no lo voy a
Los dos sonrieron al ver la broma que hizo él, pues había acertado para ver de nuevo sonreír a su hija. Aunque su corazón anhelaba que su hija aprendiera de manera rápida, el camino es largo y, sobre todo, presentarla ante la sociedad para que se desenvuelva. Y sepan que él tiene a su heredera, que es su hija. —Hija, dentro de quince días iremos a ver un especialista en la garganta a ver qué fue lo que te paso. —Vicky abrió los ojos ante aquella revelación, que alguien le revisara su garganta y la ilusión de poder hablar. Eso sería un milagro que ella quería recibir. Andrés contrató a un experto para que examinara a su hija y ver si tenía remedio su caso, la llevó a una sala para poder examinarla. Vicky está nerviosa, está en una de las clínicas más prestigiosas, después de que le hicieron los estudios para ver su caso, le toca esperar unos minutos. Andrés le dio un recorrido por el lugar mientras esperaban los resultados. Tras varias horas, los llamaron para que pasaran con el espec
Luego de que Lucrecia conversara con su hijo, salió de la oficina dejando a Nelson pensativo y feliz. Inmediatamente, llamó a su secretaria para indicarle que hablara con los clientes que se cancelarían todas las reuniones de esta semana, esperando que los clientes aceptaran. Él tiene asuntos más relevantes en los que ocuparse. —Señor, los clientes aceptaron para nuevo aviso. —Perfecto. —Nelson salió de su oficina, no sin antes ordenarle a su secretaria que tuviera los documentos y la presentación preparada, a lo cual ella se puso en marcha a preparar todo. Ese día deseaba estar libre de toda obligación. Nelson llegó a su casa para hacer las maletas, tenía que hacer que los clientes firmaran, ya que eso le da más prestigio y más ingresos, el carácter de Nelson ya no es el mismo, es un hombre frío y calculador, primero escucha para después actuar, no es un hombre fácil de tratar. Aunque estar al tanto de su amada lo ha puesto de buen humor. Llegó el momento de partir hacia su destin
Se dirigieron a la pista de baile, bailaron, cuando una mujer se cruzó por la mirada de él. Miró varias veces a ver si no era que la vista le estaba fallando. Miró una mujer con un vestido blanco hueso, largo hasta los tobillos, corte princesa que disimulaba su enorme barriga. Se miraba preciosa la joven. La joven no le miró que se dirigió hacia el siguiente salón. —Samy me permites un momento, tengo algo que hacer. —Sin esperar, la respuesta se encaminó hacia donde vio desaparecer a la joven. Entraba en el salón continuo, había menos invitados ahí, observé y no la miré. Siguió caminando hacia la siguiente puerta, llegando a una especie de galería, hay muchos admirando las pinturas, pero la joven no está ahí. Sigue hacia unas puertas de vidrio y mira que es un enorme balcón. Mira hacia la izquierda y Nelson se acerca sigilosamente a ella, su corazón no para de latir, ella es perfecta para sus ojos, no sabe por qué tiene la esperanza de que sea ella, pero también sabe que puede lleva
Al verlo salir del brazo de su padre, Nelson se despidió amablemente de sus anfitriones, recalcándole que le notificaran si deseaban tener negocios con él, a lo que el señor Wood se levantó y le estrecho la mano. —Mañana tendrá mi respuesta, que tenga una linda noche. — Igual para ustedes, fue un gusto conocerla, señorita. —ella lo miró con molestia. —Espero me recompense por haberme dejado plantada. —¡Lo siento! Pero no estaré libre los días que estaré aquí, así que reciba mis más sinceras disculpas, me despido, que tengan una linda velada con permiso. Sin esperar respuesta de ellos, se marchó. Quería verla antes de que se subiera al vehículo. Salió del lugar, buscó con la mirada hasta que la miró siendo ayudada por Andrés. Subiendo al vehículo, esa sonrisa no se le podía borrar del rostro al verla cargar su bebé en su vientre. La hacía verse más bella. Nelson agarró un taxi para que lo llevara al hotel. Miraba el celular a cada momento, tenía ansiedad, esperando el mensaje de s