Cuatro días, cuatro malditos días en los que no había vuelto a ver a Stéfano y él muy maldito, tenía razón, no podría dejar de extrañarlo, incluso sentía dolor, no solo por la ausencia, sino también se dolía de manera física por no tenerlo cerca, sobre todo en ese momento en el que la noche caía y no podía evitar pensar en quién ocuparía la cama del alfa, tal vez se encontraba sofocando el celo de otra omega mientras él no podía dejar de morirse de celos por eso.Negó y resopló para dirigirse a la puerta de salida de su casa, se acabó, lo que fuera que estuviera haciendo en ese instante terminaba porque estaría con él. Era su maldita luna, ni siquiera tenía muy claro lo que significaba aquello, pero se suponía que lo convertía en su pareja oficial.No tardó nada en estar arriba de su coche, conduciendo en dirección al castillo de Da Rossa. ¿Se podría ser más egocéntrico? Un jodido castillo. Como si fuera un rey o algo así.Lysander gruñó ante esas imágenes que no podía alejar de su me
La Omega deseaba que su alfa la besara, pero como siempre este no estaba dispuesto a hacerlo.No era la primera vez que Stefano la tomaba, ni sería la última, eso era algo que hacía que tanto ella, como todas las Omegas sintieran alivio, pese a que se rumoreaba que su alfa había encontrado a su luna.Era un rumor, más no estaba del todo claro, sobre todo al no percibirse el olor de la supuesta luna de su alfa en ningún miembro de la manada.Stefano ya se encontraba listo para poseerla cuando la puerta fue abierta de golpe, dejando que el aroma de Lysander se antepusiera al olor de la Omega.La Omega se alejó de inmediato saliendo de la cama, sobre todo al ver como las facciones de su alfa se contrajeron. Pero no era enojo lo que sentía Stefano u Ónix en ese momento, lo que realmente hizo que su semblante cambiará, fue el deseo que recorrió su cuerpo al oler a Ámbar en el joven.El alma de la luna de Ónix se encontraba molesta y celosa, por lo que no dudó en abalanzarse contra el chic
Pero nada de eso importaba en ese cuarto cerrado, donde se encontraba Stefano, el alfa y su luna Lysander, es más, ningún integrante de la manada se atrevió a acercarse, ya que las feromonas de la pareja volvían insoportable permanecer cerca de esa habitación y hacía que hasta los betas sintieran ese deseo de follar del cual estaban desprovistos.Dentro de la habitación, Lysander rodeó la cadera de su alfa con las piernas y en un rápido y brusco movimiento rodó con él, quedando sobre su cuerpo.Seguía en forma humana, pero sus facciones se habían vuelto algo animales, al igual que sucedió con Stéfano anteriormente, cuando él llegó y le desgarró la ropa y lo tiró sobre esa cama.— No me iré, me quedaré aquí, contigo.Sabía que aquello le daría problemas, pero la agonía de permanecer lejos de él era peor que cualquier problema que pudiera traerle abandonar la mansión Simeone.Ahora las garras de Lysander estaban presentes y posadas sobre el pecho del alfa e imponiéndose sobre él mientra
Lysander no entendía muy bien cómo se había metido en ese lío ni cómo debería de sentirse al respecto. Pero la cuestión era que estaba sentado en el coche de Stefano mientras él conducía sin quitar ojo a la carretera.Todo había empezado esa misma mañana, tras decirle al neandertal a su lado que debía volver a casa.Fue decir eso y hacer que el mal humor ya volátil del alfa que era Stefano se encendiera aún más, haciéndolo estremecer por la intensidad de su mirada. No le quedaba ninguna duda de que si pudiera fulminarlo con esta lo haría.— Dijiste que te quedarías conmigo.— de inmediato le escuchó decirle, no era una observación, era una maldita queja en todo el sentido de la palabra.— Y lo haré, pero antes debo ver cómo explicarle esto a mi padre y sobre todo como romper mi compromiso con Alessia.Lysander no sabía lo que le había pasado por la cabeza en ese instante de su pareja, pero de seguro no era nada bueno.Lo siguiente que hizo Stefano tras el desayuno fue vestirse a toda p
Stefano empezó a reír ante las palabras de Lucio, su socio.—Creí que tenía tratos con alguien inteligente, pero ahora con tus palabras me demuestran que no lo eres. Solo porque ella lo dice, vaya me pregunto si viniera alguien más y dijera lo mismo, también lo casarías. En fin, había venido hasta aquí a decirte que tu hijo me ha convencido de hacer ese negocio en el que tú habías fallado, pero… Stefano volteó a ver a su luna, se encontraba demasiado molesto ante esa situación y sobre todo ante esa parte de él que era leal con la joven mentirosa.—Veré que tan inteligente son padre e hijo como para dejarse engañar tan fácilmente.— ¿Pones en duda la honradez de mi hija?— dijo el señor Conti molesto¿Cómo se atrevía ese hombre a insinuar que el hijo que esperaba Alessia no era de su prometido?— Por favor — dijo Olivia interviniendo de repente, de algún modo esa mujer conseguía calmar a todos los hombres cuando se metía en medio de una discusión, era una de las razones por las que a Lu
"Aprovecharse de él"Qué estupidez estaba ese hombre insinuando, aunque por supuesto que se encontraba celoso. ¿Cómo diablos esperaba ese hombre que aceptará por voluntad propia que su pareja, su luna, su otra mitad, fuera desposado con alguien más?Estaba por responder Stefano que el emparejar a su hijo con él le traería mejores beneficios que dejar que se casara con una embustera cómo la joven; sin embargo, calló al escuchar a Lysander hablar.— Papá, deja de ofender al señor Da Rosa, pero no voy a casarme, ese niño no es mío.Era cierto que habían pactado con Alessia tener un hijo cuando se casaran y luego hacer cada uno su vida discretamente, pero de ahí a aceptar al hijo de otro como su heredero era demasiado.— Sé que ella no merece esa vergüenza, por eso no hablé antes, pero ese viaje nos dará un poco más de tiempo para romper el compromiso, porque obviamente no voy a hacerme cargo del hijo de a saber quién.—Como dije, me alegra ver qué el fruto cayó lejos del árbol, porque al
Lysander se sorprendió por la forma en que su padre lo sacó del apuro, convenciendo a su futuro suegro de que él debía marcharse con Stefano a ver un negocio que perseguía desde hacía tiempo y a su vuelta se casaría con Alessia.— Así ganamos tiempo para descubrir quién es el verdadero padre de ese niño — aseguró el hombre antes de despedirse de su hijo — como bien dijiste, no deberíamos permitir que el hijo de alguien más sea el heredero de la fortuna Simeone.Algo en su declaración hizo a Lysander sentirse culpable, él no era su hijo, no era un verdadero Simeone tampoco, pero no por eso aceptaría casarse con Alessia por la obligación de un bebé del que no era responsable.— Padre no es solo eso, Stefano y yo…Lucio Simeone se aclaró la garganta, odiaba darse cuenta de que los rumores sobre su hijo parecían ser ciertos, aun así no podía dejar que él lo pusiera en palabras, no importaba lo rico que fuera Da Rossa.— Lysander hablaremos a tu vuelta — Lo cortó su padre para luego dejar
Lysander se sorprendió por la forma en que su padre lo sacó del apuro, convenciendo a su futuro suegro de que él debía marcharse con Stefano a ver un negocio que perseguía desde hacía tiempo y a su vuelta se casaría con Alessia.— Así ganamos tiempo para descubrir quién es el verdadero padre de ese niño — aseguró el hombre antes de despedirse de su hijo — como bien dijiste, no deberíamos permitir que el hijo de alguien más sea el heredero de la fortuna Simeone.Algo en su declaración hizo a Lysander sentirse culpable, él no era su hijo, no era un verdadero Simeone tampoco, pero no por eso aceptaría casarse con Alessia por la obligación de un bebé del que no era responsable.— Padre no es solo eso, Stefano y yo…Lucio Simeone se aclaró la garganta, odiaba darse cuenta de que los rumores sobre su hijo parecían ser ciertos, aun así no podía dejar que él lo pusiera en palabras, no importaba lo rico que fuera Da Rossa.— Lysander hablaremos a tu vuelta — Lo cortó su padre para luego dejar