CAPÍTULO 31POV ADRIANOFruncí mi ceño al escucharla. Su rostro se tornó pálido al darse cuenta lo que acababa de salir de sus labios.—¿Qué acabas de decir? —pregunté fríamente, con mi corazón latiendo a mil.Vi de reojo como Antonia negaba y suspiraba. Eso fue suficiente para darme cuenta que Lena decía la verdad. —Eh…yo —trato de hablar, pero nada salía, solo balbuceos de lo nerviosa que se encontraba.—¡¿Por qué mierdas sabes sobre el robo?! —estallé, mi padre me advirtió con la mirada, pero justo ahora me importaba una mierda el tono de voz que estaba utilizando—. ¡¿Tu fuiste?! ¡¿Fuiste capaz de robarle a tu propio hijo?! ¡Responde!No me había dado cuenta que inconscientemente me acercaba cada vez mas a ella, logrando intimidarla. Papá me apartó de inmediato de un empujón.—Claro que no…lo j-juro —de sus ojos empezaron a salir lágrimas, logrando conmoverme…solo un poco.—¡Ten cuidado de cómo le hablas! —exigió—. ¡Respeta a tu madre!—Y ustedes respeten a mi hija —todos volteamo
CAPÍTULO FINALUn mes después. Caminaba con una sonrisa en su rostro por el pasillo que conectaba la oficina de su esposo con la suya, había sido un mes estupendo y cada día era mejor que el anterior, empezaba a tener una vida de ensueño.Lena jamás se había imaginado que Estados Unidos después de tanto sufrimiento le traería la felicidad, solo podía rectificar que después de la tormenta venia la calma, después de cada prueba, de cada desierto, siempre había una recompensa, una tierra fértil esperando por cada uno de nosotros, solo debíamos de ser fuertes, luchar con todo y aun cuando cayéramos, levantarnos con o sin fuerzas…pero seguir, porque de eso se trataba la vida… de nuevos niveles, escalones que constantemente tendríamos que pasar.Entró sin tocar, pues sabía que en ese momento se encontraba solo.Él ni se inmutó, la única persona que entraba de esa forma era su hermosa esposa, así que terminó de firmar rápidamente unos documentos para tener toda su atención en ella, para cua
—No podemos atenderla, su suscripción ha sido cancelada…lo siento.—Mi hija se encuentra mal, solo estoy atrasada con un pago…me pondré al día en esta semana, pero por favor necesita atención —supliqué entre lágrimas, mientras la aferraba aún más a mi pecho.La señora de la recepción miró tras de mí y negó.—No es posible —respondió fríamente mientras tecleaba en la computadora—. Le pido que se retire de la fila, hay más personas esperando.—¡Lo que no es posible es que no puedan atender a una niña de cinco años! —Grité, mirando a todos alrededor—. Necesita con urgencia ser atendida. ¡Llamé al médico ahora mismo! —exigí, perdiendo la cordura.—Ya le dije que no es posible, pague la obligación y será atendida, de lo contrario márchese antes de que llame a seguridad.Estaba por mandarla a… donde todos sabían cuando una profunda voz hizo acto de presencia. La ira que tenía fue apagada de inmediato.— ¿Por qué tantos gritos? —preguntó alguien detrás de mí, su voz era dura y por el tono de
Parpadeé varias veces, creyendo que era un sueño, uno muy malo.¿Qué acababa de pedirme? ¿Esto era enserio?—¿Qué? —dije, sin dar crédito a lo que había escuchado—. ¿Fingir? ¿Quién se cree usted para pedirme algo como eso?Se levantó tranquilamente y caminó los pasos que nos separaban. Tragué fuerte al tenerlo de frente…muy de frente.—Solo cobro un favor…dos de hecho —no soportaba esa mirada tan intensa y esa aura de arrogancia pura que emanaba—. Pensé que lo que más quería en este mundo era que su hija estuviera bien.—Y lo hago —aclaré rápidamente.—Entonces acepte —se encogió de hombros—. Solo serán tres meses.Volvió a su puesto y eso mismo hice.Había entrado pensando que tendría que acostarme con un desconocido y no, quería que mintiera fingiendo ser su novia.¿Qué tan difícil seria eso?Tenía que aceptar por mi hija, podría recuperarse más pronto.—¿Acaso no se da cuenta que usted y yo no nos conocemos para nada? —inquirí, demasiado confundida—. ¿Por qué le pediría algo como e
—No había necesidad que me acompañara —aclaré, viéndolo de reojo.Adriano había venido junto conmigo para ir por Emilia, esperaba tener el tiempo para hablar con ella, pero no, él decidía venir y dar una notica tan importante y trascendental como esa sin anestesia.—Es mejor que nos vean desde ahora juntos —sentía como su mirada me perforaba, pero seguí viendo las calles pasar—. Trataré que Emilia sea lo menos expuesta posible, esto es algo de los dos y no quiero involucrar a tu hija.Se sentía bien escucharlo tutearme, tenía que empezar hacerlo.—Exacto, no quiero que Emilia se vea involucrada —concordé.—Las personas nos preguntaran como nos conocimos, les diremos que en el hospital donde soy socio.Esta vez sí que lo había volteado a ver.—¿Así que eres casi el dueño? —cuestioné inquisitiva, mientras alzaba una ceja.—Se podría decir que sí —su sonrisa arrogante se abrió paso y rodeé los ojos—. ¿Qué pasa? ¿acaso hay algo que te incomoda, Lena?La manera en que había dicho mi nombre
Tres horas después de que se fuera Adriano, llegó su equipo de imagen, tenían encargado dejarme lista para la gala y estaba verdaderamente nerviosa con todo esto, era mi primera vez asistiendo a un evento de tal magnitud y no sabía que debía hacer o decir.¡¿Por qué me metí en esto?!—Tu hija —me recordó mi subconsciente emocionada por la acción. Claro.Me prepararon un baño demasiado relajante y purificante, según ellos debía de tener mi piel radiante.¿Cómo era eso?No tenía la menor idea, pero no era quien para negarme. Había sido el mejor baño de toda mi vida y estaba muy relajada…por ahora.Me puse mi bata de baño y salí, encontrando un improvisado salón de belleza en mi habitación.—Aw —susurré. Si que eran rápidos.—Eres tan hermosa, entiendo porque el señor De Santis esta contigo…tu belleza es natural —comentó una de las chicas que se encontraban aquí.—Fue tan estricto en cuanto al tema del maquillaje —otra suspiró enamorada—. Dijo que eras realmente bella al natural… ¿Cómo
¿Qué pensaban ellos? ¿acaso estábamos en el siglo quince o qué?—Pensé que tenías un novio y aun así estas aquí, hablando de matrimonio con alguien que ya no tiene ningún vínculo sentimental contigo —entrelacé mi mano con la de Adriano y sonreí—. Yo soy su novia, así que bájate de la nube en la que te has montado solita, ¿amor, le decimos?Ambos me miraron confundidos.¿Qué mierdas estaba haciendo? ¡peligro! ¡peligro!—¡Detente! —gritó mi subconsciente, pero en realidad casi nunca le hacía caso. —¿Qué cosa me tienen que decir? —preguntó de inmediato.—Sí —dijo entre dientes—. ¿Qué cosa amor? —rio nervioso, jalándome de la mano y negando.—La verdad es que no eres tan especial para saberlo antes que todos —dios, no me conocía—. Lo sabrás con el tiempo y si nos permites, tenemos conversaciones más importantes.Nos despedimos. En cuanto estuvo lejos de nuestra vista, Adriano empezó a caminar rápidamente, esquivando a todos lo que pasaban por nuestro camino. Fuimos aparar a un improvisad
POV Adriano. Miré de reojo a Lena, encontrándola terriblemente serena. Pensaba que estaría nerviosa al tener que conocer a mis padres, yo estaba nervioso. Necesitaba constantemente tener el control de la situación y el no tenerlo me inquietaba, cualquier cosa podría suceder sin yo saber.Entrelacé nuestras manos sin previo aviso, la miré nuevamente pero no se inmuto.¿Acaso pasaba algo?—Lena —nos detuve un momento, tenía que prevenirla nuevamente—. Tal vez mi madre diga cosas hirientes, querrá llevarte al límite, pero no puedes perder los estribos… ¿está bien?—Adriano —había resoplado y esa sexy, caliente, excitante mirada asesina que tenía estaba batiendo contra mí. Estaba enojada y no entendía la razón—. Si tu madre llega hablar de mi hija o a insinuar cosas sobre mí, tenlo por seguro que mi decencia se ira de mi —sonrió de repente y continuó caminando.¿Qué acababa de pasar? Era imposible entender a esta mujer.Cuando divisé a mis padres, fruncí mi ceño al ver a otra persona aco