CAPITULO 36

«El amor es simplemente un apasionado admirador del sufrimiento.»

JOAQUÍN

—Le voy a pedir a Mía que sea mi novia —les cuento a mis amigos.

Ambos sueltan una carcajada.

—Si ustedes no son novios, entonces no sé quiénes lo son —expresó el Costeño, dejando caer los libros en la mesa cuando llegamos a la cafetería.

—Son «amigos». —Frank hace comillas con las manos.

—¡Cabrones, hablo en serio! Se lo voy a proponer formalmente —les explico con plastilina para que me entiendan.

—Eso ya no se usa —dice el Costeño.

—No se lo cuentes a Lara. No me dañes la sorpresa que le tengo preparada —le pido a Frank.

—Cuenta con eso.

Aparece Lara y saluda a Frank. Bueno, más bien se lo come delante de nosotros. Estos dos no tienen nada de pudor, siempre andan por ahí demostrando su hambre. El Costeño y yo nos vemos con cara de circunstancia.

—¿Y Mía? Estaba contigo —le pregunto a Lara. Es raro que no estén juntas, parecen dos siamesas.

—La dejé en el baño, pero ya viene, seguro.

Nos sentamos. Los minutos p
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