CAPITULO 29.2
Sabía que al entrar en el mundo de la medicina, mis horas de sueño se reducirían drásticamente, pero ¡virgen santa! ¡Ni siquiera había terminado el primer semestre todavía!

La semana pasada había sido caótica, especialmente por mis compromisos en la universidad. Los segundos parciales me tenían agotada. El ritmo era implacable y parecía que el tiempo se desvanecía entre las conferencias, las tareas, las interminables sesiones de estudio y las horas en el anfiteatro estudiando cadáveres. Cada día era una lucha constante para mantenerme enfocada y no sucumbir al cansancio. Aunque mi pasión por la medicina me motivaba a seguir adelante, debo admitir que en algunos momentos me sentí abrumada.

Me dolía la pierna, más veces de las recomendadas y por mi falta de tiempo, me había saltado dos secciones de terapia. Por si fuera poco, no había visto a Joaquín desde hace una semana, aunque hablamos todos los días antes de dormir y el sexo telefónico era increíble. Ni siquiera nos habíamos cruzado
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP