Sofía salió a de paseo por la ciudad, había estado muy preocupada últimamente. Un poco de aire fresco le haría bien. Necesitaba alejarse un poco de todo. Gabriela la acompañaba y empujaba el coche de la bebé.Darío le había permitido salir con un millón de recomendaciones, entendía su preocupación, pero era cuidadosa.—¿Piensas decirle a Darío lo que sientes?—No, es mejor así, pronto recuperaré mi herencia y seré libre, volveré a mi antigua vida.Gabriela creía que su prima estaba siendo muy tonta. Si le gustaba ese hombre, debía de hacérselo saber. Darío estaba loco por Sofía.—Te regalo orquídeas, y unos diamantes, ¿no es suficiente? —Es un Allen Gaby.—¿Y eso qué importa? No es igual a su familia, él se ve diferente, y lo sabes.Sofía continuó mirando los vestidos en los aparadores, todo le parecía muy hermoso.A la distancia linda miraba a la mujer con envidia, la había seguido en su auto, quería encarar a la mujer que le había quitado a su futuro esposo.Observo a las mujeres
Sofía estaba sentada en la oficina del abogado de su esposo, observó al hombre con atención, tenía un semblante serio.Eso significaba que las cosas no estaban bien, tenía un mal presentimiento. El hombre sacó un documento de su maletín. En ese momento rezaba para que no fuera una mala noticia, deseaba volver a casa, la mansión donde había crecido. La puerta fue abierta, observó a su esposo ingresar, se sintió más aliviada, al menos estaría acompañada. —Lamento llegar tarde, mi amor, estaba muy ocupado, pero ya estoy acá. Darío tomó asiento al lado de su esposa y tomó su mano; podía sentir lo frías que estaban. De seguro estaba muy preocupada, lograba entenderla. Unos años antes que él había pasado por lo mismo, lo habían despojado de todo lo que tenía. Lograba entender a la perfección ese sentimiento de impotencia y rabia. —Qué bueno verlo, señor, hice lo que debía, pero me encontré con un problema grave. ¿En algún momento firmó este documento, señora Clark?Sofía tomó el docu
Darío observó a su esposa tomar una botella completa de whisky, quería detenerla, pero se daba cuenta de que solo estaba tratando de olvidar y de tener algo de paz. —Fui una tonta, estaba ciega —sollozo la joven —hice hasta lo imposible para mantener mi matrimonio, era amorosa, atenta, para recibir algo como esto a cambio. Darío no soportaba verla llorar y menos por el imbécil de su sobrino. —Ese idiota no merece ninguna de tus lágrimas. —Duele —respondió —duele dar todo y que te paguen de esta manera y no estoy llorando por él, eso lo hice hace tiempo atrás, siento rabia, estoy enojada —habló la joven soltando un suspiro pesado. Darío se acercó y abrazó a Sofía, a pesar de que la odiaba al principio, sus sentimientos habían cambiado. Con el pasar de los días llego a apreciar su presencia. Ella era dulce, alegre, le daba color a sus días. —Ayúdame a olvidar, quiero por un momento dejar de pensar en todo esto. Darío sintió cómo su corazón empezó a latir con fuerza, estaba ebria
—¿Piensas utilizar a la bebé? —preguntó Erick, preocupado.No era una mala persona, no apoyaba la idea de que su jefe utilizará a la bebé, eso sería algo muy bajo y cruel.—Haré lo que sea necesario para seguir en la cima, tengo dinero y poder. ¿Crees que quiero volver a la ruina? Eso jamás.El señor Clark se quedó frío al escuchar las palabras del hombre, utilizar a la bebé, era algo atroz, una madre haría cualquier cosa por su hijo. Pero era una manera muy descarada de mantener controlada a su sobrina, no podía hacer nada para advertirle sobre lo que sucedía a sus espaldas. —Una madre es capaz de cualquier cosa para proteger a su hijo, crees que sea inteligente provocarla.—Tengo suficiente dinero, señor Clark, puedo hacer lo que me venga en gana y eso es lo que quiero. Ella me ocultó su embarazo descaradamente, ahora pagará las consecuencias, de eso me aseguro yo. Gabriela estaba detrás de la puerta, había escuchado todo, estaba furiosa. Pablo era un demonio, no un ser humano,
—Felicidades, Señora Clark, está usted embarazada —hablo la doctora con emoción en su voz. Sofía se quedó sin palabras por unos segundos. Tenía dos años de estar casada con el hombre que ama y por fin había quedado embarazada, la emoción invadía todo su ser. —No puedo creerlo, doctora —exclamo la mujer emocionada —mi esposo estará muy feliz, esto será como un regalo para él, hoy es su cumpleaños. —Bueno, entonces no la atraso más, señora Clark. —Gracias doctora. Sofía salió prácticamente corriendo de la clínica, tenía una mezcla de emociones en su interior, iba a ser mamá, un pequeño ser crecía dentro de ella. Subió a su coche y empezó a conducir, no podía dejar de sonreír, ya no estaría sola, si pequeño la acompañaría a todos lados. Se detuvo por un momento, no sabía cómo darle la noticia a su esposo, continuó avanzando, eso no era tan importante después de todo. Al fin serían una familia de tres, era una lástima que sus padres no estuvieran allí para compartir su felicidad
—Unos hombres intentan asesinarme, estoy aterrada.—Guarde la calma —le responde la mujer del otro lado de la línea —¿dónde se encuentra?Intentó acelerar, pero el conductor del otro auto volvió a golpear su coche y esta vez perdió el control, el coche se precipitó por el barranco, dando vueltas en el aire.En el proceso se golpeó la cabeza, estaba algo mareada, pronto todo quedó en silencio de nuevo, todavía podía moverse, pero el dolor en su cuerpo era espantoso. Lucharía con todo lo que tenía por su vida, no quería morir, no allí, no de esa manera.Salió de las latas retorcidas con mucha dificultad, se arrastró unos metros. Era de noche y hacía demasiado frío, lágrimas gruesas rodaron por su mejilla, rogaba por su vida, quería otra oportunidad, para arreglar todo y cobrar venganza. Escuchó una fuerte explosión cerca de ella, se giró y observó el auto arder en llamas, eso había estado demasiado cerca, todo su cuerpo palpita de dolor.Trató de levantarse del suelo sin éxito, estab
—Al hospital no, él va a matarme — ella agarró la esquina del traje del hombre y murmuró —me quiere muerta. —¿Quién te quiere muerta? —preguntó rápidamente. Darío observó a la mujer perder el conocimiento, eso lo alarmo, se veía muy mal. —¡¿Va a morir?! —el conductor gritó aterrado. —¡Cállate y conduce! El chófer iba a toda velocidad rezando para que la mujer no muriera en el coche, era muy supersticioso, además de miedoso. —Señor, dígame que esa mujer todavía respira. —Sí, date prisa, se ve muy mal. Tomó su celular y llamó a su amigo para que estuviera preparado. Él podría ayudarla, era el mejor médico de la ciudad. El conductor aceleró al máximo, la clínica del señor Carlo estaba cerca, después de unos minutos llegaron al lugar indicado. Darío bajó con la mujer en sus brazos y corrió al interior del lugar donde lo esperaba una enfermera junto a su amigo, colocó a la chica en la camilla y ellos se la llevaron. Tenía sangre en la ropa y casi le hizo vomitar, od
—Maldito asesino, no solo mataste a tu esposa, sino también a tu propio hijo, eres un monstruo.Pablo trató de calmarse, él nunca quiso tener hijos con su esposa, lo único bueno era que ella estaba muerta.—Yo no la maté, ella provocó su muerte. Si sabes lo que te conviene, será mejor que cierres tu maldita boca —le advirtió.Gabriela lo miró como si quisiera matarlo, pero no era rival para Pablo; lo sabía a la perfección.—¿Es una amenaza? —preguntó con sin miedo. —Tómalo, como quieras —respondió el hombre.—Buscaré la verdad, no me importa cuánto tiempo me tomé —le advirtió la joven entre lágrimas.Mientras en el otro lado—Miró las noticias, jefe. Sofía Clark se suicidó, su cuerpo fue descubierto esta mañana por su esposo —habló John mirando al jefe.Darío levantó la vista, en ese momento tenía las respuestas que necesitaba. El cuerpo que estaba en la mansión no era de Sofía; algo realmente oscuro sucedía en ese lugar.—¿Estás seguro de lo que dices?—Su sobrino, dio una conferenc