Anne no logra entender absolutamente nada de lo que está sucediendo, y por más que su mente intenta encontrar alguna explicación o razón que justifique su presencia en ese lugar y la situación en la que se encuentra, simplemente, no hay nada que logre darle un sentido a todo aquello. Hasta donde logra recordar, hasta hace un momento, ella se encontraba en medio de aquel claro bellamente desconocido del bosque, pero ahora, ese claro desapareció y tras un instante de oscuridad le dio paso a la imagen de aquella casa en la cual vivió y creció durante toda su vida. En un principio su confusión y miedo y miedo fueron tales que no supo cómo reaccionar, pero tras un momento que tomó para serenar sus ideas, sus pasos comenzaron a acercarla de forma lenta a la casa, pasos lentos que terminaron dando paso a unos más presurosos que terminaron conduciéndola al interior de la vivienda, y aunque en un principio todo está como lo recuerda, por alguna razón, no puede evitar sentir aquel sitio como u
Lían acaricia con sumo cuidado la mano de Anne, casi como si este gesto lo hiciera sentir útil ante el estado de su compañera. Su mente perdida en el desespero, su lobo al borde de la locura al no ser capaz de hacer para ayudar a su Luna. La idea de que tal vez si salía y dejaba salir a su lobo a drenar el torrente de emociones estaba sintiendo, podría pensar con la cabeza más fría. Es por ello que tras esta idea estaba por soltar la mano de Anne, pero antes de hacerlo puede sentir como esta se aferra a él en un agarre que a pesar de su estado busca ser fuerte. — ¿Anne? — Pregunta con preocupación mientras observa atentamente el rostro de su compañera. — Hola. — Dice en tono suave, su voz apenas audible. — Lobo tonto. Cuando sus ojos se encontraron con aquel hermoso cielo del cual era dueña su compañera, la sonrisa que se dibujó en sus labios fue inmediata, al igual que calma. Acariciando las mejillas de Anne, Lían no puede evitar acercarse hasta finalmente tomar sus labios en un be
Cuando Zven entró en la cabaña del médico, Brendan se encontraba ayudando a Melisha a sentarse, la loba por fin había despertado. Aunque Zven estaba allí buscando ayuda para Josh, el centinela no pudo ocultar la emoción que despertó en él al ver que la pequeña loba estaba recuperándose de sus heridas. — ¡Zven! — Aunque aún está claramente débil, Melisha intenta levantarse al notar la presencia del lobo, pero esta intención es detenida por el médico. — ¿Dónde está Mark? — Al tener claro que el lobo no la dejaría levantarse, Melisha termina preguntando aquello con preocupación. — Está bien, aún sigue en su puesto de guardia. — Zven responde la pregunta mientras se acerca a ella. — Pero, ¡los malditos! — Dice con marcada preocupación. — Debo volver. — ante su nuevo intento de levantarse, el médico la vuelve a detener y esto hace que la loba suelte un gruñido bajo hacia el hombre. — ¡Déjame ir! — Tu lobo apenas si ha logrado mantenerte con vida. — Aunque el gruñido de la loba es una cl
— ¿Estás bien? — Pregunta suavemente mientras se acerca a su hermano. Sentándose junto a él en el porche, Alice apoya su cabeza en el hombro del menor. — Siempre me ha parecido horrible que seas más alto aun cuando yo soy mayor que tú. — Comenta en tono divertido. Allan no puede evitar sonreír un poco al escuchar aquellas palabras de parte su hermana, es por ello que con suavidad la abraza y mantiene junto a él. Al escuchar las palabras de Brendan, fija su mirada en el interior de la casa y ve a este atender al lobo del norte. Retornando su mirada al frente del porche, se deja ir en sus pensamientos, y en solo un momento su mente se llenó con el profundo dolor que le deja el pensar en aquellos hermoso y profundos ojos violetas. — Encontré a mi Mate. — Admite después de un momento de silencio. Aunque quisiera guardar para él lo que está sintiendo, sabe que es difícil e inútil tratar de ocultarle nada Alice. — ¡Allan! — Dice con emoción ante aquella noticia. Alice no puede evitar sent
La caída de una pequeña hoja en la superficie del agua distorsionó la imagen, cuando esta volvió a apaciguarse, dejó notar la presencia de Wen al otro lado del pozo. Levantando su mirada, Anne la fija en el recién llegado. — Así que eres la Luna de Lían. — Es el primer comentario de Wen tras un momento de silencio. — Así que eres un lobo. — Es la respuesta que recibe de regreso, mientras, Anne se retira del borde del pozo. — ¿Pensabas decirle la verdad a Aisling? Aquella pregunta dejó al lobo pensando, pero después de un momento, es un movimiento negativo de cabeza lo que obtuvo como respuesta. Aunque él así lo hubiese querido, Wen sabe que decirle a su novia su verdadero origen, hubiese traído graves consecuencias para ella y puesto en riesgo su vida. — Ella, ¿es tu Luna? — Anne no puede evitar hacer aquella pregunta con una marcada mezcla de interés y preocupación. Wen está totalmente consciente de que Anne tendría algunas preguntas para él, pero mentiría si dijera que no fue un
El llanto de los niños no logra ser opaco, ni siquiera con todo el infierno que se escucha fuera de aquellas paredes. Anne se encuentra dentro de una de las cabañas siendo resguardada por Scott, junto a ella se encuentran todos los niños de la manada, así como los lobos mayores, y aunque sabe que le prometió a Lían tratar de mantenerse segura, y de no meterse en mayores problemas, el saber que su compañero se encuentra afuera luchando contra aquella jauría de lobos salvajes no hace sino desesperar profundamente a su corazón. — Si me quedo, aunque sea un poco más aquí, juro que voy a volverme loca. — Anne dice aquello al tiempo que en la parte contraria de la puerta se escuchan las caídas de los lobos a causa del enfrentamiento que se está desarrollando. — Necesito salir de aquí y ver qué Lían esté bien. — Si sale de aquí, créame mi señora que la única cosa que encontrará allá afuera será una muerte segura y sumamente dolorosa — Es la rápida respuesta de Scott tras escuchar las palabr
Anne no pudo evitar sentir como en medio de toda la angustia y ansiedad que está experimentando en ese momento, su corazón comienza a latir con un poco de luz, esperanza y felicidad sumándose al vendaval de emociones que rugen en su interior. Al ser secuestrada, su principal preocupación quedó puesta en su pequeña hermana, el no tener ninguna certeza de lo que pudiera haber pasado con Aisling, hacía que su preocupación se mantuviera latente. Pero ahora, al verla allí, de pie frente a ella termina por llenarla finalmente de paz. Por un momento su hermana la mira fijamente, y aunque Anne quiere ir a su encuentro y abrazarla, que la fuerza de ese gesto diga lo que logra coordinar en palabras; sin embargo, sabe que no puede dejar a Scott en la condición tan grave en la que se encuentra. Por ello, cuando la menor ingresa definitivamente en el espacio, espera que sea ella quien vaya a su encuentro, pero; al contrario, aun cuando Aisling se quedó momentáneamente la sala de la cabaña, entre e
Poco a poco los lobos salieron del encanto producido por el aullido del maldito, pero para la sorpresa de los miembros de la manada, el resto de malditos se mantenían quietos en sus lugares, sus grandes cuerpos solo dejan clara su pesada respiración. Sus fauces semiabiertas dejan escapar un gruñido pesado. Ante el rápido movimiento del alfa Blake en la dirección del lobo mutado y la compañera del Alfa, los lobos se apresuraron a moverse, sus instintos diciendo que deben proteger a la Luna de la Manada. Pero no pudieron hacer nada, ya que los malditos recuperaron su movilidad, por lo cual se reanudó el enfrentamiento. Anne no supo cómo reaccionar ante aquella imagen, quien antes fuera un enorme y salvaje lobo, ahora es un hombre inconsciente a sus pies, solo necesita fijarse un poco para descubrir que es apenas un niño, o por lo menos eso le parece, ya que su rostro está contra el suelo. Un gruñido la lleva a fijar su mirada al frente, y es entonces que nota a aquel lobo que se acerca