Cuando la casa se mostró ante ella, Anne se apresuró en adelantar el lobo. Tomando algunas prendas de las que se encuentran en la estancia, sale al porche y las deja sobre la escalinata mientras ella regresa al interior del lugar. No pasa mucho antes de que Anne escuche los pasos de Lían ingresando en el lugar, pero, apenas si tuvo tiempo de hacer el amago de girarse cuando sintió unas fuertes manos tomar su cintura para abrazarla desde atrás. — Estoy bien. — son las palabras del contrario. Su aliento chocando contra la piel de su cuello la hace estremecer. — La sangre… — intenta decir, pero la lamida a su cuello corta sus palabras y da paso a un involuntario jadeo bajo. Desde la primera vez que la fragancia de su Luna llegó a él, Lían se volvió adicto a esta. En los días que llevan juntos, su casa rápidamente fue impregnada por esa misma fragancia, cada vez más fuerte, más presente, más territorial, pero es la primera vez que puede disfrutarla de una forma tan cercana y personal.
Las lágrimas no dejan de brotar de los ojos de Anne, después de días por fin había expresado sus sentimientos más profundos, mismos que dejaron al descubierto la lucha interna que estaba experimentando. Y es que a pesar de haber sido alejada de su familia y de todo lo que conocía, la extraña y naciente conexión que estaba mostrando con Lían y con aquel que varios insistirán era su nuevo hogar, la mantenían atrapada en un dilema emocional. El suave y efímero contacto que comparten, aunque breve, fue cargado de significado. Casi como si fuese un punto de inflexión en sus vidas, un momento en el que ambos se dieron cuenta de que habían encontrado lo que habían estado buscando durante tanto tiempo: el amor y la completitud ofrecido por aquello que otros llaman el verdadero amor. Las manos de Anne se cerraron con fuerza sobre los antebrazos de Lían, buscando una mayor seguridad, por su parte Lían toma igual la toma con una mezcla de delicadeza y fuerza. Su lobo negado a separarse de aquel
El crepitar de las llamas era totalmente hipnotizaste, pero ni siquiera eso es suficiente para quitar las preocupaciones de su cabeza y el miedo de su interior. No había logrado llegar muy lejos en su búsqueda de Anne y Aisling, en realidad apenas si logró llegar a tres días de viaje, y eso no es nada si tiene en cuenta que a cada paso dado prestó atención de revisar cada pequeño lugar posible donde pudiesen estar sus hijas. Las huellas de lobo que se mostraron a su paso y que estuvo siguiendo parecían llevarlo a un lugar que nunca antes había explorado, pero al final de estas dio con lo que parecía ser un campamento. La cabaña frente a él era pequeña, apenas lo necesaria para ofrecer resguardo a unas tres personas, pero al revisar los alrededores no se encontró con nadie. Su mirada se paseó por el interior de la estancia, o por lo menos lo poco que las empolvadas ventanas le permitieron, la comida servida en la mesa y lo cuidado del interior le indicó que el lugar estaba habitado.
El enfrentamiento entre el lobo blanco y Lían llegó a su punto más álgido en el momento que este le volvió a dar alcance y le arrojó contra el suelo. Los dos canes continuaban gruñendo y forcejeando en medio del terreno. La algarabía había hecho salir a los lobos de la manada, mismos que observaban con atención la pelea en la que está involucrado su líder, listos para intervenir si fuera necesario. A pesar de su menor tamaño, el lobo blanco mostraba una ferocidad impresionante, pero simplemente no es rival para el lobo negro. Sus garras arañaban la piel del lobo Alfa, quien respondía con mordidas poderosas que causaban grandes daños en su contrincante. La sangre manchando la tierra circundante mientras los dos luchadores se movían con agilidad y destreza. En un momento crítico, Lían logró esquivar una mordida del lobo blanco, ataque que buscaba ser letal, razón por la cual el alfa se abalanzó sobre sobre su rival una vez más. Esta vez, sus colmillos encontraron su objetivo y se hundi
— El deber de un Alfa es proteger a su Luna. — el reproche presente en las palabras de Josh no le hicieron ni un poco de gracias a Lían. — Si ella es tu compañera, debería tener más cuidado. Lían frunció el ceño ante las palabras de Josh, sintiendo una mezcla de ira y culpa. Sabía que había actuado impulsivamente ante la presencia de este en su territorio. Sin embargo, entendía que Josh tenía razón en su reproche. — ¿Qué haces en mi territorio? — es la pregunta desdeñosa del Alfa. — No estoy aquí para pelear. — ignorando el tono en las palabras de Lían, toma asiento una vez en el lugar que ocupaba antes — Si no fuese por mi manada, no hubiese caído tan bajo como para tener que aguantar las prepotencias de un bastardo que se considera un Dios. Un gruñido proveniente del lobo ante aquellas palabras no se hizo esperar. — Ahórratelo. — Josh dijo aquello mientras su mira se desvía a la cocina, lugar del cual proviene el sonido de loza partiéndose. Tanto los centinelas como el alfa hici
Anne había preferido retirarse de la sala y dejar que los lobos se reunieran, ella no logra entender nada de lo que hablaban más allá de la mención de aquellos lobos que los atacaron. Por suerte, esa noche no estaba tan fría como la anterior, incluso el cielo despejado de cualquier rastro de nube le permitía tener una vista perfecta de la luna y las estrellas desde su lugar en las escaleras de la entrada trasera de la casa — ¿Puedo acompañarte? La voz de Lían le sorprendió, pero manteniéndose en silencio, simplemente procede a abrazar sus piernas y apoyar su mentón en ellas. — Sé que no existe ninguna excusa que pueda darte por mi comportamiento, pero no sabes cuan apenado estoy de mi actitud hace un momento. — Mmm. — ¿realmente había algún sentido en decir algo? Tomando asiento junto a ella, Lían hace un intento por tomar su mano, pero Anne la retira de inmediato. El silencio entre ellos dejó que los sonidos de la noche se sientan más cercanos e íntimos. — Quiero ir a casa. — so
La confesión de Wen sobre los lobos y la misteriosa advertencia sobre no adentrarse en el bosque de nuevo dejan a Rowan en un estado de confusión y temor. Sus pensamientos se agitan mientras lucha por procesar lo que acaba de escuchar. Rowan finalmente rompe el silencio con una mezcla de desesperación y determinación en su voz. — ¿Qué demonios estás diciendo? ¿Qué sabes de mis hijas? ¿Por qué no puedo buscarlas? Wen parece medir sus palabras antes de responder, como si estuviera decidiendo cuánto debe revelar. — Por el momento solo puedo decirle que en el bosque no todo es lo que parece. Los lobos que le atacaron son diferentes, pero hay otros que no se pueden contar como simples depredadores, son, algo que va más allá de la comprensión humana. Sé que Anne se encuentra fuera de peligro, pero de Aisling no estoy tan seguro, si me da tiempo puedo averiguarlo, pero mientras, créame, adentrarse en el bosque en estos momentos podría ser lo más peligroso para usted. Rowan se siente atra
Los cachorros estaban correteando por todos lados, pero su divertida carrera se detuvo cuando vieron al Alfa acercarse a ellos, Michael, uno de los cachorros más grandes del grupo, corrió hasta quedar cerca del mayor, para el chico, el segundo al mando es su gran héroe. Con una sonrisa dulce, Allan acarició la cabeza del pequeño cachorro para luego seguir su camino al área de entrenamiento de los centinelas, lo que el lobo no esperaba era cruzarse con Helen en su camino. Cuando eran unos niños, e incluso hasta un par de semanas antes de la noche de presentación, Helen y él eran muy cercanos e incluso, secretamente guardaba la ilusión de que un día pudiesen estar juntos, pero todo aquello acabó después de la presentación de los lobos de su corte. — Allan. — Helen se apresura a llamarle al notar que este solo la ignoraría y seguiría su camino. Cuando el lobo no se detuvo, se apresuró a seguirlo. Apurando su paso, le da alcance y lo toma del brazo con fuerza. — acaso, ¿tú también vas a