El crepitar de las llamas era totalmente hipnotizaste, pero ni siquiera eso es suficiente para quitar las preocupaciones de su cabeza y el miedo de su interior. No había logrado llegar muy lejos en su búsqueda de Anne y Aisling, en realidad apenas si logró llegar a tres días de viaje, y eso no es nada si tiene en cuenta que a cada paso dado prestó atención de revisar cada pequeño lugar posible donde pudiesen estar sus hijas. Las huellas de lobo que se mostraron a su paso y que estuvo siguiendo parecían llevarlo a un lugar que nunca antes había explorado, pero al final de estas dio con lo que parecía ser un campamento. La cabaña frente a él era pequeña, apenas lo necesaria para ofrecer resguardo a unas tres personas, pero al revisar los alrededores no se encontró con nadie. Su mirada se paseó por el interior de la estancia, o por lo menos lo poco que las empolvadas ventanas le permitieron, la comida servida en la mesa y lo cuidado del interior le indicó que el lugar estaba habitado.
El enfrentamiento entre el lobo blanco y Lían llegó a su punto más álgido en el momento que este le volvió a dar alcance y le arrojó contra el suelo. Los dos canes continuaban gruñendo y forcejeando en medio del terreno. La algarabía había hecho salir a los lobos de la manada, mismos que observaban con atención la pelea en la que está involucrado su líder, listos para intervenir si fuera necesario. A pesar de su menor tamaño, el lobo blanco mostraba una ferocidad impresionante, pero simplemente no es rival para el lobo negro. Sus garras arañaban la piel del lobo Alfa, quien respondía con mordidas poderosas que causaban grandes daños en su contrincante. La sangre manchando la tierra circundante mientras los dos luchadores se movían con agilidad y destreza. En un momento crítico, Lían logró esquivar una mordida del lobo blanco, ataque que buscaba ser letal, razón por la cual el alfa se abalanzó sobre sobre su rival una vez más. Esta vez, sus colmillos encontraron su objetivo y se hundi
— El deber de un Alfa es proteger a su Luna. — el reproche presente en las palabras de Josh no le hicieron ni un poco de gracias a Lían. — Si ella es tu compañera, debería tener más cuidado. Lían frunció el ceño ante las palabras de Josh, sintiendo una mezcla de ira y culpa. Sabía que había actuado impulsivamente ante la presencia de este en su territorio. Sin embargo, entendía que Josh tenía razón en su reproche. — ¿Qué haces en mi territorio? — es la pregunta desdeñosa del Alfa. — No estoy aquí para pelear. — ignorando el tono en las palabras de Lían, toma asiento una vez en el lugar que ocupaba antes — Si no fuese por mi manada, no hubiese caído tan bajo como para tener que aguantar las prepotencias de un bastardo que se considera un Dios. Un gruñido proveniente del lobo ante aquellas palabras no se hizo esperar. — Ahórratelo. — Josh dijo aquello mientras su mira se desvía a la cocina, lugar del cual proviene el sonido de loza partiéndose. Tanto los centinelas como el alfa hici
Anne había preferido retirarse de la sala y dejar que los lobos se reunieran, ella no logra entender nada de lo que hablaban más allá de la mención de aquellos lobos que los atacaron. Por suerte, esa noche no estaba tan fría como la anterior, incluso el cielo despejado de cualquier rastro de nube le permitía tener una vista perfecta de la luna y las estrellas desde su lugar en las escaleras de la entrada trasera de la casa — ¿Puedo acompañarte? La voz de Lían le sorprendió, pero manteniéndose en silencio, simplemente procede a abrazar sus piernas y apoyar su mentón en ellas. — Sé que no existe ninguna excusa que pueda darte por mi comportamiento, pero no sabes cuan apenado estoy de mi actitud hace un momento. — Mmm. — ¿realmente había algún sentido en decir algo? Tomando asiento junto a ella, Lían hace un intento por tomar su mano, pero Anne la retira de inmediato. El silencio entre ellos dejó que los sonidos de la noche se sientan más cercanos e íntimos. — Quiero ir a casa. — so
La confesión de Wen sobre los lobos y la misteriosa advertencia sobre no adentrarse en el bosque de nuevo dejan a Rowan en un estado de confusión y temor. Sus pensamientos se agitan mientras lucha por procesar lo que acaba de escuchar. Rowan finalmente rompe el silencio con una mezcla de desesperación y determinación en su voz. — ¿Qué demonios estás diciendo? ¿Qué sabes de mis hijas? ¿Por qué no puedo buscarlas? Wen parece medir sus palabras antes de responder, como si estuviera decidiendo cuánto debe revelar. — Por el momento solo puedo decirle que en el bosque no todo es lo que parece. Los lobos que le atacaron son diferentes, pero hay otros que no se pueden contar como simples depredadores, son, algo que va más allá de la comprensión humana. Sé que Anne se encuentra fuera de peligro, pero de Aisling no estoy tan seguro, si me da tiempo puedo averiguarlo, pero mientras, créame, adentrarse en el bosque en estos momentos podría ser lo más peligroso para usted. Rowan se siente atra
Los cachorros estaban correteando por todos lados, pero su divertida carrera se detuvo cuando vieron al Alfa acercarse a ellos, Michael, uno de los cachorros más grandes del grupo, corrió hasta quedar cerca del mayor, para el chico, el segundo al mando es su gran héroe. Con una sonrisa dulce, Allan acarició la cabeza del pequeño cachorro para luego seguir su camino al área de entrenamiento de los centinelas, lo que el lobo no esperaba era cruzarse con Helen en su camino. Cuando eran unos niños, e incluso hasta un par de semanas antes de la noche de presentación, Helen y él eran muy cercanos e incluso, secretamente guardaba la ilusión de que un día pudiesen estar juntos, pero todo aquello acabó después de la presentación de los lobos de su corte. — Allan. — Helen se apresura a llamarle al notar que este solo la ignoraría y seguiría su camino. Cuando el lobo no se detuvo, se apresuró a seguirlo. Apurando su paso, le da alcance y lo toma del brazo con fuerza. — acaso, ¿tú también vas a
Para cuando Anne terminó de repartir la comida entre los miembros de la manada, el sol ya se encuentra en lo más alto del cielo. — Espero que no se me niegue la oportunidad de poder compartir su mesa. Hansen entró en el comedor de la manada y su sola presencia bastó para que el alegre jolgorio que había en el espacio se apagara. Una sonrisa de satisfacción se dejó ver en el rostro del anciano, misma que se hizo más notoria a medida que se acerca al lugar donde Anne se encontraba. Al estar frente a esta toma su mano con cuidado, lo cual hace reaccionar a los dos centinelas que debían cuidarla. Anne mantiene su mirada fija en aquel hombre, pero no por ello deja de prestar atención a lo que hacen los centinelas. Al salir de casa, Lían la había dejado bajo la custodia de Zven antes de marcharse al lugar donde debía reunirse con Josh. Anne, manteniendo su compostura, respondió a Hansen con un tono frío: — Seguro. — una sutil sonrisa se formó en sus labios tras sus palabras, pero, aun as
— Es un hermoso gesto que permita algo así. — Expresa la voz de Hansen a su espalda. — Estoy seguro de que en el momento que suja una nueva Luna en el futuro, tendrá que escuchar esta historia por mucho tiempo y vivir bajo su sombra. — agrega en tono mordaz. Anne observa como tanto la loba y la niña hace una reverencia ante la presencia del anciano, apenas si puede controlar la repulsión que siente al ver que una persona tan cínica recibe un respeto inmerecido por parte de todos. — Espero que no sea así. — Responde al girarse y encarar al Anciano. — Nadie merece vivir escuchando comparaciones con otros, eso es tan absurdo como los que esperan recibir el respeto de otros solo por tener una posición de poder, aun cuando ese poder lo utilizan para hacer un infierno la vida de quienes lo rodean. Anne siempre había tenido conflictos con el consejo de su aldea, siempre había visto a aquellos hombres hacer lo que querían, cambiar las leyes de la aldea a su conveniencia o a conveniencia de