El sol casi alcanzaba su punto más alto cuando Anne salió de la casa, Zven y Aidan la observaron detenidamente, la chica tenía un semblante totalmente tranquilo mientras se acercaba a ellos, pero ambos centinelas sintieron que aquella tranquilidad con la cual la chica se acerca a ellos, solo les traería un inmenso dolor de cabeza. — Iré con la manada. — afirma — Aquí no hago nada, y por lo menos allá soy de ayuda. Y efectivamente, aquellas palabras confirmaron las sospechas de los dos centinelas. La razón por la cual Lían no quería que Anne se acercara a la manada ese día a menos de que él estuviera presente, es debido a Alice le avisó que el día anterior había sido abordada por Helen. Al parecer el rumor de que Zacar había sido mordido por un maldito llegó hasta la centinela, por lo cual, después de interrogar a Brendan y que este le dijera que no puede asegurar algo así ya que el joven lo había dejado inconsciente, esta terminó hablando con Zacar. El joven se encontraba compartien
— Está más que claro que no conoces lo que es el respeto, humana. — Helen ignoró la advertencia dada por Dimitri y reniega su recomendación de guardar silencio, no pensaba quedarse en silencio después de que esa asquerosa mujer se atrevió a dejar salir aquella amenaza. Clavando el cuchillo con fuerza sobre la mesa, Anne se giró para encarar a la loba. En cada día de su vida, ha estado totalmente en contra de la violencia o de resolver las cosas de esa manera, pero que la palabra “humana” se usara hacia ella de forma tan despectiva, le despierta la misma ira que el ser llamada “débil” o “enferma” por las personas de su aldea. — ¿Quieres ver que tanto puede hacer esta “humana”? Durante mucho tiempo, y gracias a la relación secreta de Aisling con Wen, tanto su hermana como ella aprendió un par de cosas del cazador, entre ella, el uso de cuchillos y el combate cuerpo a cuerpo, y si bien, por su propia postura en contra de la violencia nunca ha sido buena en el último, algo que si aprend
Cuando la casa se mostró ante ella, Anne se apresuró en adelantar el lobo. Tomando algunas prendas de las que se encuentran en la estancia, sale al porche y las deja sobre la escalinata mientras ella regresa al interior del lugar. No pasa mucho antes de que Anne escuche los pasos de Lían ingresando en el lugar, pero, apenas si tuvo tiempo de hacer el amago de girarse cuando sintió unas fuertes manos tomar su cintura para abrazarla desde atrás. — Estoy bien. — son las palabras del contrario. Su aliento chocando contra la piel de su cuello la hace estremecer. — La sangre… — intenta decir, pero la lamida a su cuello corta sus palabras y da paso a un involuntario jadeo bajo. Desde la primera vez que la fragancia de su Luna llegó a él, Lían se volvió adicto a esta. En los días que llevan juntos, su casa rápidamente fue impregnada por esa misma fragancia, cada vez más fuerte, más presente, más territorial, pero es la primera vez que puede disfrutarla de una forma tan cercana y personal.
Las lágrimas no dejan de brotar de los ojos de Anne, después de días por fin había expresado sus sentimientos más profundos, mismos que dejaron al descubierto la lucha interna que estaba experimentando. Y es que a pesar de haber sido alejada de su familia y de todo lo que conocía, la extraña y naciente conexión que estaba mostrando con Lían y con aquel que varios insistirán era su nuevo hogar, la mantenían atrapada en un dilema emocional. El suave y efímero contacto que comparten, aunque breve, fue cargado de significado. Casi como si fuese un punto de inflexión en sus vidas, un momento en el que ambos se dieron cuenta de que habían encontrado lo que habían estado buscando durante tanto tiempo: el amor y la completitud ofrecido por aquello que otros llaman el verdadero amor. Las manos de Anne se cerraron con fuerza sobre los antebrazos de Lían, buscando una mayor seguridad, por su parte Lían toma igual la toma con una mezcla de delicadeza y fuerza. Su lobo negado a separarse de aquel
El crepitar de las llamas era totalmente hipnotizaste, pero ni siquiera eso es suficiente para quitar las preocupaciones de su cabeza y el miedo de su interior. No había logrado llegar muy lejos en su búsqueda de Anne y Aisling, en realidad apenas si logró llegar a tres días de viaje, y eso no es nada si tiene en cuenta que a cada paso dado prestó atención de revisar cada pequeño lugar posible donde pudiesen estar sus hijas. Las huellas de lobo que se mostraron a su paso y que estuvo siguiendo parecían llevarlo a un lugar que nunca antes había explorado, pero al final de estas dio con lo que parecía ser un campamento. La cabaña frente a él era pequeña, apenas lo necesaria para ofrecer resguardo a unas tres personas, pero al revisar los alrededores no se encontró con nadie. Su mirada se paseó por el interior de la estancia, o por lo menos lo poco que las empolvadas ventanas le permitieron, la comida servida en la mesa y lo cuidado del interior le indicó que el lugar estaba habitado.
El enfrentamiento entre el lobo blanco y Lían llegó a su punto más álgido en el momento que este le volvió a dar alcance y le arrojó contra el suelo. Los dos canes continuaban gruñendo y forcejeando en medio del terreno. La algarabía había hecho salir a los lobos de la manada, mismos que observaban con atención la pelea en la que está involucrado su líder, listos para intervenir si fuera necesario. A pesar de su menor tamaño, el lobo blanco mostraba una ferocidad impresionante, pero simplemente no es rival para el lobo negro. Sus garras arañaban la piel del lobo Alfa, quien respondía con mordidas poderosas que causaban grandes daños en su contrincante. La sangre manchando la tierra circundante mientras los dos luchadores se movían con agilidad y destreza. En un momento crítico, Lían logró esquivar una mordida del lobo blanco, ataque que buscaba ser letal, razón por la cual el alfa se abalanzó sobre sobre su rival una vez más. Esta vez, sus colmillos encontraron su objetivo y se hundi
— El deber de un Alfa es proteger a su Luna. — el reproche presente en las palabras de Josh no le hicieron ni un poco de gracias a Lían. — Si ella es tu compañera, debería tener más cuidado. Lían frunció el ceño ante las palabras de Josh, sintiendo una mezcla de ira y culpa. Sabía que había actuado impulsivamente ante la presencia de este en su territorio. Sin embargo, entendía que Josh tenía razón en su reproche. — ¿Qué haces en mi territorio? — es la pregunta desdeñosa del Alfa. — No estoy aquí para pelear. — ignorando el tono en las palabras de Lían, toma asiento una vez en el lugar que ocupaba antes — Si no fuese por mi manada, no hubiese caído tan bajo como para tener que aguantar las prepotencias de un bastardo que se considera un Dios. Un gruñido proveniente del lobo ante aquellas palabras no se hizo esperar. — Ahórratelo. — Josh dijo aquello mientras su mira se desvía a la cocina, lugar del cual proviene el sonido de loza partiéndose. Tanto los centinelas como el alfa hici
Anne había preferido retirarse de la sala y dejar que los lobos se reunieran, ella no logra entender nada de lo que hablaban más allá de la mención de aquellos lobos que los atacaron. Por suerte, esa noche no estaba tan fría como la anterior, incluso el cielo despejado de cualquier rastro de nube le permitía tener una vista perfecta de la luna y las estrellas desde su lugar en las escaleras de la entrada trasera de la casa — ¿Puedo acompañarte? La voz de Lían le sorprendió, pero manteniéndose en silencio, simplemente procede a abrazar sus piernas y apoyar su mentón en ellas. — Sé que no existe ninguna excusa que pueda darte por mi comportamiento, pero no sabes cuan apenado estoy de mi actitud hace un momento. — Mmm. — ¿realmente había algún sentido en decir algo? Tomando asiento junto a ella, Lían hace un intento por tomar su mano, pero Anne la retira de inmediato. El silencio entre ellos dejó que los sonidos de la noche se sientan más cercanos e íntimos. — Quiero ir a casa. — so