PARTE 40

Habían pasado dos días, aunque Mariam había pasado de terapia intensiva a terapia media aún no lograba despertar, la pequeña Diana le permitieran verla cinco minutos donde le pedía que despertaba, le dejo una rosa y se marchó, mientras que en casa de Tatiana y Manuel.

—Mi tigre hermoso — Mientras acariciaba su cabello— Te veo como algo molesto o pensativo, tú no eres así mi amor.

—No es precisamente que esté molesto, es que no me terminan de cerrar algunas cosas y me parece extraño—Tratando de analizar la situación y no acelerar su juicio.

—¿Cómo que extraño? Sé más específico que no termino de entender nada—Mientras se quitaba los pendientes de oro, ya que habían venido de cenar para ver así podían aligerar la tensi&oacu

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